•CAPITULO 11•

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Carlos llegó a la casa de Oscar, donde ya se encontraban reunidos los demás militares infiltrados. La tensión en el ambiente era palpable; todos parecían llevar el peso de sus secretos y conflictos internos.

Oscar fue el primero en hablar, su voz cargada de emoción: "No puedo seguir con esto". Esas palabras parecieron abrir las compuertas, y uno por uno, comenzaron a compartir sus experiencias y sentimientos.

Daniel habló sobre cómo Antoine había mostrado una ternura inesperada con su hijo, y cómo eso había tocado una fibra sensible en él. "Nunca pensé que vería ese lado de él", confesó.

George describió la noche de conversaciones profundas con Julien, revelando una vulnerabilidad que nunca había esperado ver en el enigmático Marceau. "Es como si fuera una persona completamente diferente cuando estamos solos", dijo.

Oscar compartió sus momentos con Marc, hablando de cómo habían conectado a un nivel que iba más allá de lo superficial. "Hay mucho más en él de lo que jamás imaginamos", admitió.

Finalmente, Carlos habló sobre Alain, su voz temblando ligeramente al describir la mañana que acababan de compartir. "Está mostrando un lado de sí mismo que creo que ni él sabía que existía", dijo.

Cada confesión fue recibida con comprensión y empatía. Todos estaban pasando por el mismo conflicto interno, atrapados entre su deber como militares y los sentimientos genuinos que estaban desarrollando.

Después de un largo silencio, fue Daniel quien habló: "No podemos seguir así. Les estamos mintiendo a ellos y a nosotros mismos".

Carlos asintió, tomando una decisión. "Tenemos que decirles la verdad. Antes de que esto vaya más lejos, antes de que alguien salga realmente lastimado".

La sugerencia fue recibida con una mezcla de miedo y alivio. Todos sabían los riesgos que implicaba revelar sus verdaderas identidades, pero también sentían que no podían continuar con el engaño.

"¿Y si reaccionan mal?" preguntó George, expresando el temor que todos sentían.

"Es un riesgo que tenemos que correr", respondió Oscar. "No podemos construir nada real sobre una mentira".

Después de una larga discusión, llegaron a un acuerdo. Cada uno hablaría con su respectivo Marceau individualmente, revelando la verdad sobre su identidad y misión. Acordaron hacerlo esa misma noche, sabiendo que cuanto más esperaran, más difícil sería.

"Pase lo que pase", dijo Carlos, mirando a cada uno de sus compañeros, "estamos juntos en esto. Nos apoyaremos mutuamente, sin importar el resultado".

Con un plan establecido y los corazones pesados por la anticipación, los militares se separaron, cada uno preparándose mentalmente para la conversación más difícil de sus vidas. Sabían que estaban a punto de cambiar el curso de sus misiones, sus carreras y posiblemente sus vidas personales. Pero también sabían que era lo correcto, lo único que podían hacer si querían tener alguna esperanza de una relación genuina con los hermanos Marceau.

Mientras salían de la casa de Oscar, cada uno llevaba consigo la pesada carga de sus secretos, pero también un rayo de esperanza. Esa noche, para bien o para mal, las cartas estarían sobre la mesa.​​​​​​​​​​​​​​​​

La tensión en el aire era palpable cuando Alain entró en la casa de Carlos. El rostro de Carlos estaba tenso, sus ojos reflejando una mezcla de miedo y determinación.

"Prométeme que no te vas a enojar," dijo Carlos, su voz apenas un susurro.

Alain sintió que su corazón se aceleraba, su expresión cambiando instantáneamente a una de seriedad. "¿Qué pasó?" preguntó, su tono frío y distante.

Peligrosa Atracción ( Carlos Sainz • Male Oc ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora