Capítulo 6

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Lo primero que vino a la mente de Rebecca al despertar fue el delicado aroma de los cabellos de Freen cuando se había acercado a ella la noche anterior. Volvió a revivirlo y le pareció que en ese momento podía percibirlo de nuevo. O tal vez realmente era así. Se giró y vio a Freen de espaldas a ella, al lado extremo de la cama. En la orilla, como si quisiera mantenerse lo más lejos posible de ella. A su pesar, sonrió. La que ahora era su esposa no le pondría las cosas fáciles, aunque en realidad no esperaba que las cosas fueran como debía ser entre ellas.

A pesar que ya el sol había salido, la habitación estaba en penumbras, pero la poca luz que se filtraba por las gruesas cortinas le permitían ver su perfecta silueta. Si estuviera con cualquier otra mujer, se habría acercado y hundido la nariz en sus cabellos para llenarse de nuevo de su embriagante aroma, pero en la situación en la que se encontraba, eso no era correcto y ella lo sabía bien. Freen Sarocha Chankimha era heterosexual y ella debía respetarlo, aunque al principio no lo había sabido considerar.

Apartó la vista y miró al techo respirando profundo. El día anterior, mientras se preparaba para ir a su boda y luego, cuando se fue a la cama dejando a Freen a solas, lo estuvo pensando bastante y aún no entendía qué la había llevado a ir hasta el altar con la hermana de la mujer de la que estaba enamorada.

«¿Quiero reemplazar a Neung con Freen?»

No, definitivamente no. Ciertamente ellas se parecían físicamente, pero, en primer lugar, sus personalidades eran muy distintas; y, en segundo lugar, al menos Neung era mucho más abierta que su hermana que parecía odiarla. Aunque reconocía que Freen tenía todos los motivos para hacerlo.

«¿Quiero darle celos a Neung?»

Probablemente, pero, ¿hasta el punto de casarse para hacerlo? Si fuera así, deberían de declararla insana mentalmente.

Fueron muchas las preguntas que se agolparan en su mente sin una respuesta concreta que, cansada de tantos pensamientos, decidió que era hora de levantarse. Así que fue al baño y luego se dirigió a la cocina, abandonando en silencio la habitación.

De inmediato dispuso todo para hacer café, al tiempo que preparaba la mezcla para hacer hotcakes. Cuando le agregaba pasas, la cafetera comenzó a gorgotear y el oscuro líquido caía lentamente en la jarra.

Rebecca puso una sartén en la estufa y mientras esperaba a que se calentara, se sirvió una taza de café.

—Buenos días.

Rebecca se sorprendió tanto que casi se derrama el café encima. Miró con los ojos entornados a Freen sabiendo que lo había hecho a propósito.

—Buenos días —respondió con tono neutro sin dejar de mirarla.

Ésta sonrió al verse descubierta, pero no le importó. Entró a la cocina y echó un vistazo a las cosas sobre la encimera.

—No sabía que podías desenvolverte en la cocina.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí —dijo después de darle un sorbo a su taza—. ¿Café?

Entregandome a tu amor (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora