Capítulo 3

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Rebecca bajó de su auto y se dirigió a paso firme hacia el ascensor. Encontró en su camino a varios empleados que también llegaban a Corporación R&A. Era las ocho de la mañana y la jornada de trabajo comenzaría en pocos minutos. Cuando llegó al ascensor había una empleada que también lo esperaba, le dio los buenos días y ambas entraron en cuanto las puertas se abrieron.

Rebecca llevaba un traje Armani de chaqueta y pantalón de color gris con finas rayas blancas que le daban un porte de elegancia distintivo; complementaba su imagen con unas sandalias también grises de tacones de 5 cm, lo cual la hacía lucir mucho más alta de lo que ya era. Cuando el ascensor abrió sus puertas y descendió, lo primero que vio fue a Anika en su escritorio. Estaba muy concentrada en algo en la pantalla de la computadora.

—Buenos días —saludó a su secretaria en cuanto estuvo cerca.

Anika finalmente quitó su atención de la computadora y levantó la cabeza para mirar a su jefa, dedicándole una amplia sonrisa.

—¡Buenos días!

—¿Qué tal la agenda para hoy? —preguntó mientras revisaba un pequeño fajo de sobres que Anika le entregó de inmediato.

—Tienes una junta en quince minutos. Es lo más importante del día.

—Perfecto. Trata de mantenerme el día despejado, tengo unos asuntos fuera de la empresa que atender. ¿Es todo? —Anika la miró; Rebecca seguía revisando los sobres entre sus mano, pero al no recibir una respuesta, levantó sus ojos hacia su secretaria. Arqueó una ceja al mirar su expresión—. ¿Qué?

—La señorita te espera —dijo señalando hacia el área de espera. Al girarse, Rebecca se encontró con unos ojos negros que la miraban con un frío y, nada disimulado, resentimiento—. Quiere hablar contigo —terminó de anunciar Anika.

Allí estaba ella, con su porte de princesa encantada que podía deslumbrar a cualquiera. Llevaba una blusa de color rojo que dejaba gran parte de sus hombros a la vista, combinada con un pantalón negro y sandalias altas del mismo color. Rebecca sintió que se quedó sin aire. La última persona a la que esperaba encontrar en su empresa era a Freen Sarocha Chankimha.

—Tenemos que hablar —dijo Freen cuando se levantó con determinación y se acercó unos pasos a Rebecca.

«Ni buenos días, ni por favor... vaya», pensó cuando Freen se detuvo frente a ella.

Anika podía palpar la tensión entre las mujeres, no dejaban de mirarse a los ojos. Un silente enfrentamiento estaba sucediendo entre ambas. Ninguna de las dos se movía, sus rostros eran imperturbables. Ningún gesto que pudiera indicar qué pensaba la una o la otra.

Tras largos segundos, Rebecca se movió y con su mano le hizo un gesto a Freen para que la siguiera a su oficina. La dueña de Corporación R&Aesperó a que la inesperada visita entrara para cerrar la puerta, luego se dirigió a su escritorio. Freen se quedó parada en medio de la oficina.

—Por favor, toma asiento —dijo.

—Está no es una visita de cortesía —le advirtió. Rebecca sonrió levemente.

Entregandome a tu amor (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora