Muchas personas, tres bodas, dos destinos y mucho, pero mucho alcohol son la combinación perfecta para el desastre total.
Los comprometidos buscarán mantener la balanza entre un control sobre las azañas y dramas que sus amigos pueden crear de un seg...
El sonido de espera de la llamada hacia eco en su auto.
— Contesta...Contesta... — repetía mientras se aferraba al volante y pisaba el acelerador cada vez más.
Pero la llamada fue denegada, por lo que volvió a llamarlo al instante.
— ¡Por Dios George solo contesta! — giro el volante para aparcarse frente al hospital pero antes de bajar Charles se detuvo.
— ¿Aló? — la llamada fue atendía por Alex.
— ¡Alex! — el tailandes se tuvo que despegar del teléfono por el fuerte grito — ¡Pasame a George!
— Lo siento, el esta dormirdo ahora... — observó de reojo a George dormido en la cama, tenía unas ojeras por estar toda la noche aprendiendo español en la aplicación de Duolingo y siendo corregido por Carlos.
— ¡Pues despiertalo! — grito desde su asiento.
Observó a todos lados para buscar a alguien conocido que le pudiera decir el paradero de su amado.
— No puedo, estuvo toda la noche despierto con Carlos — se levanto de la silla en la que estaba para salir de la habitación.
A como iba la conversación probablemente George despertaría por los gritos de Charles.
— ¡Entonces TU dime donde esta Carlos! — pidió frustrado.
— ¡Toto me dijo que no dijera nada! — susurro entrando en pánico.
— ¡Tu no sabes mentir! — era ceirto, a Alex se le dificultaba mentir — ¡Tienes que decirme!
— Bueno yo no se donde no esta... — dijo nervioso.
Hubo un silencio.
—¿Estas diciéndome que no sabes donde esta Carlos? — pregunto confundido.
— No sería inexacto suponer que no podría dejar de decir que no es casi parcialmente incorrecto — su corazón empezó a latir muy fuerte.
Aguardo unos segundos para comprender lo que le había respondido.
— ¿Quieres decir que... si sabes donde esta?
Alex intento que sus nervios no lo traicionaran.
— ¡Oh! Al contrario, definitivamente que rechazo la idea de que sea posible con cierta falta de improbabilidad...
— ¡Alex! — Charles se impaciento pero Alex continúo hablando.
— ...de que sepa o no sepa a lo mejor no este y si en verdad ahí no estuviera — Charles palmeo su cara — Y aunque no estuviera donde yo no se que estaba, no es que estuviera con certeza donde no está— fue interrumpido.
— ¡Ay ya basta! — grito George quien se había hartado del palabrerío de Alex — Carlos esta en casa de Toto.
— ¡Por fin! — Charles encendió el auto ya arranco en marcha a la casa de Toto.
— ¡Toto me dijo que no dijera nada! — dijo Alex en un susurro, pues si el austriaco lo escuchaba seria su fin.
— Te lo dijo a ti, no a mi — y volvió a recostarse en su cómoda cama.
— Ay no...
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