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'Trafalgar'

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Örebro, Suecia…

La primavera en un país nórdico significaba grados bajo cero, o sea, lagos congelados, y nieve por todas partes.

Un paraíso para aquellos que disfrutaban patinar sobre hielo y jugar al hockey.

«Check! Check! Check!», el juego no era tan rudo ni tan cuidadoso.

Los palos utilizados eran en su totalidad de madera, «Sven», se leía en uno de ellos con un poco de claridad.

«¡GOOOOOOOOOOOOOL!», rebosaba todo en alegría entre los niños.

Incluso pese a un mal resultado: felicidad e inocencia.

«Clap! Clap!», se escuchaban los aplausos de los padres:

Entre ellos… Un hombre alto vestía un traje elegante, un par de gafas oscuras, y sonreía ligeramente con orgullo.

El "cirujano de la muerte" o mejor dicho, el cirujano Trafalgar D. Water Law.

Torao… para los aliados molestos.

—¡Papá! —exclamó un niño de hilos rojos y tez blanca, su mirada gris azulada y su gran sonrisa al ver a su progenitor.

—¡Sven! —dijo Law recibiendo a su hijo, no sin antes plantarle un beso en la mejilla: —, wie ghet's mein Klein Pinguin?! (¡¿Cómo está mi pequeño pingüino?!).

Ich bin Gut! —("¡Estoy bien!").

—Has mejorado con el alemán, eh. Lo dices perfecto. —le dijo Law.

—Es que escogí el alemán cómo mi tercer idioma, y a mamá no le gustó.

—¿En serio? No es raro, a ella nunca le gusta nada. —mencionó Law.

—Se molestó conmigo, y no es justo… ¿Por qué no puedo aprender alemán sí yo lo soy cómo tú?

—¿Alemán cómo yo? Vaya, creí que todavía tenías esa lucha entre Thorfinn y Braun. 

—No, ya no —le dijo su hijo. —, pero escojo a Thorfinn.

—Me lo imaginé —mencionó Law. —. Ah, se me olvidaba… Mira esto: un regalo para mi estrella de hockey.

—¿De verdad? ¡Gracias! —exclamó Sven con alegría: abrió la caja para encontrarse con el Jersey de “Krefeld Pinguine”.

Un jersey de color negro y toques amarillos en sus mangas y cuello, así cómo blancos...

El dorsal decía "BRAUN" en letras blancas y mayúsculas, y con su número "90" debajo, además de la publicidad.

Al pequeño Sven le brillaron los ojos al ver la camiseta, al estilo de Nami: cuando veía un botín de dinero en dólares.

—No te iba a dar una de Thorfinn, valen una auténtica millonada. —le dijo Law.

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