La noche de tequila no resulto tan bien, como lo esperaban, ya que Jimin no estaba acostumbrado a este tipo de bebida tan fuerte, lo que causo que alcanzara un grado de embriaguez muy alto, Yoongi tuvo que llevarlo a la ducha y con cuidado se sentó en el suelo manteniendo la misma posición.
El agua empezó a mojarlos mientras él le acariciaba los cabellos (percatándose de una cicatriz importante, como no se había percatado de eso antes) acariciaba el rostro a Jimin, repartiéndole besos por donde sus manos pasaban, como si intentara borrar las huellas que dejaban sus labios.
—Creo que no volveremos a jugar al tequilazo —.
—¿Estás loco? Si quiero repetirlo la próxima semana, me encantó, y en la próxima, no pienso perder —.
—Está bien no dejaré que pierdas... —dijo sonriente y la abrazó, frotándole cariñosamente la espalda.
—Yoongi ... —murmuró con la barbilla apoyada en uno de los hombros del chico.
—¿Pasa algo? ¿Te sientes bien? Creí que te habías quedado dormido
—Yo me siento bien, pero sé que tú no, te he notado un poco aturdido. No conmigo... tal vez es algo con el trabajo... me gustaría ayudarte un poco, pero no sé nada de leyes —Aunque supieras, no podrías ayudarme. No es sólo el trabajo, son cosas que me pasan.
Confiaba en Jimin en ese momento, en el cual prácticamente eran uno, y creía que sería muy egoísta de su parte no contarle por lo que estaba pasando cuando el le estaba brindando compañía, mientras a cambio quería saber un poco más de él.
—Con tu mamá. Sé que algo pasó con ella y lo siento... lo siento tanto.
Inevitablemente los ojos se le llenaron de lágrimas, estar bajo los efectos del alcohol lo hacía más vulnerable.
—De verdad lo siento, porque se nota que aún la amas —
—Todos los días de mi vida... Cuando me la arrancaron sólo hicieron que ese amor no conociera límites. Durante mucho tiempo me creí culpable de lo que le pasó. Era lo que todos decían, que había sido mi culpa y tal vez fue así, porque yo no pude sacarla y en el intento sólo logré lastimarla aún más.
La garganta se le inundó y ahogó el sollozo en el hombro de Jimin. Era imposible controlar su dolor cuando lo asaltaban las imágenes del pasado. La impotencia y la desesperación lo invadían sin piedad.
—Quiero ayudarte —.
—No puedes hacerlo —
—Déjame intentarlo ——No puedes hacerlo Jimin. Puede que algún día encuentre el valor para contarte lo que pasó, pero eso no va a cambiar nada... Él se obligaba a sofocar los sollozos en el hombro de el. Nada de lo que haga o diga va a cambiar lo que pasó, así que nadie puede ayudarme. He aprendido a vivir con eso, sé vivir... Puedo hacerlo, pero no porque te cuente voy a olvidar o voy a dejar de sentir.
—Tienes razón, no quiero que olvides. Si amas a tu madre, no pido que dejes de sentir ese amor por ella.
—Puedes llorar todo lo que quieras y quiero que sepas que cuando el Sol salga en el horizonte, volveremos a ser los mismos. No tienes que huir avergonzado por lo que sientes: son hermosos sentimientos y de cierta manera envidio eso —
Yoongi se aferró a Jimin. Era la segunda vez que lloraba con el. Era el único a quien hasta ahora, mostraba verdaderamente sus sentimientos.
No podía entenderse a sí mismo, ¿por qué nunca llegó a ese grado de confianza con sus primos o tío? Ellos habían sido apoyo indispensable para él y sin embargo les escondía su dolor, les escondía su verdad.
Estuvieron el tiempo que necesitó Yoongi para recuperar nuevamente el valor y para que el mareo de Jimin desapareciera completamente. Ambos se ayudaron a secar y regresaron a la habitación.
La cama estaba hecha un desastre, mojada de tequila, limón, sudores y fluidos. Necesitaría al menos unas cuantas horas para que pudiera recibir sus cuerpos y brindarles la comodidad que necesitaban.
—Tengo una idea —
—Debimos hacerlo en otro lugar o poner un plástico, no hicimos previamente un seguro contra accidentes. Vamos a ponernos algo de ropa y nos vamos a mi departamento.
—¿Estás loco, Yoongi ? Ya casi amanece —
—¿Qué tal si dormimos en un colchón inflable?
—¿Acaso tienes un colchón inflable? —
—Sí, claro que lo tengo... en el armario del pasillo está, lo encontrarás en su caja, de hecho nunca lo he usado. Ve a buscarlo. Yoongi salió en busca del bendito colchón inflable en el armario del pasillo. Al estar frente a la puerta de madera tallada y de color blanco, le echó un vistazo a la puerta de la habitación donde se encontraba Jimin y al ver que no salía dio un paso más a la derecha para abrir esa puerta que tanta curiosidad le causaba.
Quizás esta vez contaría con suerte si la encontraba abierta, pero al girar el pomo, volvió a sentir la frustración que lo recorría en el momento en que el seguro le impedía saciar su curiosidad.
Decidieron ducharse una vez más para salir y comer fuera. Caminaban tomados de la mano y conversaban, cuando la mirada de Jimin fue captada por unos globos rojos de surcaban el cielo. Seguramente se le habían soltado a alguien. Yoongila sorprendió con un beso.
—Mira al frente que te vas a llevar el poste del alumbrado —
En ese momento su mirada captó un auto con un hombre en el asiento de copiloto fotografiándolos.
—Mierda —
—¿Pasó algo? —preguntó el desconcertado.
—Nada importante. Mañana en las noticias de farándula, saldrás como la nueva conquista del sobrino de Lee Namjoon — Le comunicó señalándole con la boca y tratando de ignorar el auto con el logo de un importante canal televisivo de Japón.
—No me preocupa, no conozco a nadie en Japón, ahora no sé si a ti te importa que te vean conmigo —
—Si me importara la mierda que la gente pueda hablar, no estaríamos caminando agarrados de las manos por la calle. Lo que me molesta, es que no tengan un mínimo de respeto. Bien podrían pedir permiso si quieren fotografías —
—Es su trabajo. ¡Y deja de ser tan gruñón! Si a ti no te importa y a mí tampoco, no veo nada de malo en que nos hayan hecho un par de fotografías —
—Debería importarte porque has salido con la boca abierta mirando al cielo —
—Eso sí que es grave —
—No me importa que digan que salgo con un chico que sueña con volar.
—No me hace gracia. Espero y sean piadosos y elijan la mejor. Ambos saludaron a la chica que se acercó con el menú y se los entregó, mientras les ofrecía la especialidad de la casa.
Almorzaron y el resto de la tarde lo pasaron juntos caminaban por el parque, Jimin algunas veces parecía ser un niño. Era como si no hubiese vivido plenamente su niñez y eso él podía identificarlo muy bien, ya que se conocía a él mismo, conocía a ese niño que se había quedado pausado en el tiempo y que algunas veces luchaba por salir.
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EPIFANIA 2 YOONMIN (Saga Selenosis Completa)
SonstigesEn un mundo donde los secretos son moneda corriente, los lazos de sangre pueden ser tanto una Bendición como una maldición. Yoongi con su egoísmo desmedido desencadenara una serie de eventos que cambiarán la vida de aquellos que lo rodean. Jimin bri...