Capitulo 37: "Wolf"

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Dedicado a todas las Gatitas de Sehun, allá afuera.



"Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando"

Tagore



Mi vista comenzaba a tornarse borrosa, el anestesiólogo había puesto la droga suficiente en mis venas para poder quedarme dormida lo antes posible, pero antes de que aquello sucediera, en mi mente y en mi corazón se prendió aquella amarga chispa, la angustia, el miedo y el pavor de perder a Sehun me acobijaron en su mas profundo y amargo manto, no podía, o mas bien, no quería creer cual era la intención detrás de todo su melancólico comportamiento, él no podía ser, él simplemente no debía ser.


Tenia miedo de cerrar los ojos y al abrirlos de nuevo no encontrarlo, mi vista se perdió en el gran faro que se encontraba en el techo del quirófano, parecía un gigantesco sol en medio de la sala, no quería dormir, no ahora, pero la droga que ahora circulaba dentro de mi organismo fue mas fuerte que mi miedo, de un momento a otro mis ojos se cerraron por completo, podría parecer dormida, sin embargo mi mente estaba mas que despierta, no en este mundo, en un mundo totalmente diferente, en un mundo en el cual solo mis mas profundos miedos habitaban, en un mundo donde se encontraba la línea delgada de la vida y la muerte, unos segundos más de luz y después.. oscuridad.


************


Me encontraba pisando nieve firme, aquella hermosa y blanca nieve que parecía polvo de diamante, tan brillosa y blanca, alce mi rostro para ver en donde me encontraba, el sentimiento de paz y tranquilidad me absorbieron por completo al ver en el paraíso en el que estaba.


Me encontraba en un cálido y hermoso desierto de nieve, a lo lejos se podían apreciar los filosos picos de las cordilleras montañosas, mas cerca se encontraban las familias de enormes y robustos pinos que amenizaban el paisaje, mis ojos se perdieron en lo más hermoso que pude haber experimentado hasta ese instante, el cielo estrellado, se encontraba en matices purpuras y oscuros, aquellas hermosas auroras boreales se paseaban como serpientes celestiales que se escondían detrás de las montañas, aquel hermoso lugar, era como estar viendo el ojo de Dios, tan tranquilo, tan calmado, si ese era el paraíso, me quería quedar ahí para siempre.


Comencé mi trayecto sin un rumbo fijo, solo caminando y deleitándome con la cálida brisa que acariciaba mi piel, en los instantes en que caminaba experimenté un sentimiento de infinita felicidad, me sentía la persona mas feliz del universo, no le encontraba sentido a la palabra tristeza, todo ahí era perfecto y hermoso.


Caminaba en dirección a las estrellas, ellas habían tomado de mi mano y me guiaban hacia algo, deje que hicieran conmigo lo que les apetecía, era tan placentero poder ser guiadas por ellas, era como si los mismos ángeles estuvieran marcando mi camino, en un inesperado momento, una silueta negra perturbo mi vista, era una silueta masculina, alta y delgada, el cabello castaño y rulo despertó en mi el deseo de correr hacia él y abrazarlo, aquella silueta dándome la espalda, se trataba de mi padre.

WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora