XIX: lo lograré

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Después de haber acordado el trato con Gio, no hago más que pensar, en los acuerdos.

Cada uno es peor que él otro.

El primero es que cada cabeza tendrá que ser cortada de forma igual y perfecto, no se puede fallar en el corte porque si no no contará como parte del trato.

El segundo es que cada cuerpo tendrá que tener una marca para poder identificar que fue un encargo de Gio y no de la organización.

El tercero será que no me pagaran de forma obligatoria por los asesinatos, esto para poder pagar la deuda de Zeus en su totalidad.

Y la última pero no menos importante es que ninguno traicionara al otro, y si esto llegase a pasar, el traidor morirá por una bala del traicionado.

Está situación es estresante, no sé cómo se lo contaré a Abigail. Ni siquiera puedo imaginar su rostro al contarle que hice un trato tan arriesgado con un tipo tan peligroso.

Pero aún así lo haré, porque me guste o no es la historia de toda mi familia, la única familia que estuvo para mí, desde mi padre cuando estuvo vivo, hasta Zeus, el cual aunque halla cambiado todo el legado por una cura ha estado para mí siempre.

Pero algo que aún me hace pensar bastante es en como Gio están joven y logro apoderarse de un imperio tan estratégicamente.

Es escalofríante solo pensarlo. Solo él sabrá que cosas paso para volverse un ser tan despiadado.

Pero algo que ahora tengo claro es que debo mejorar mis habilidades, así que me pasaré toda la tarde en los campos de entrenamiento de Paradise.

Práctico y pulo mis cortes, para poder hacerlos limpios y precisos.

Pero a lo lejos veo a una figura conocida acercarse. Pero como bien ha dicho Abigail, estoy tan ciega que no logro distinguir de quien es la figura desde lejos, por lo que espero para que se acerque.

Al verla más de cerca veo a mi compañera, a la cual una vez salve de la muerte durante las pruebas, es Eliana.

- ¡Luz!, ¡Luz!- La escucho llamarme a lo lejos.

- ¡Eli!- Respondo mientras agitó el brazo en el aire para que pueda verme más claramente.

Veo como se acerca y se abalanza sobre mi abrazándome.

- Luz, tenía tanto sin verte, ya eres toda una asesina.- Dice mientras me abraza.

- Hola, Eli. También es un gusto volver a verte. - Digo al ver su emoción.

- Te he extrañado mucho, Luz- Dice abrazada a mí.

- Pero si solo ha pasado un mes desde la última vez que nos vimos, Eli.

- Lo se, pero aún así te extrañe mucho, eres mi única amiga, además de mi compañera favorita de cuarto.

La separó un poco para que yo pueda moverme un poco, aunque no lo parezca tiene bastante fuerza en los brazos.

- ¿Y que te trajo devuelta a Paradise?, pensé que te quedarías en Londres - Pregunta curiosa.

- Un asunto de Negocios, no es nada de lo cual preocuparse. - Miento.

Pero al parecer ella percibe cuando algo me preocupa, así que me toma de la mano y me guía fuera del centro de entrenamiento.

- Luz, ¿qué te parece si salimos un rato?, se de un lugar maravilloso para pasar un buen rato, además es bueno tomarse un respiro de vez en cuando.

- Me parece bien, Eli- Digo con una mirada suave, porque se que ella tiene razón.

Salimos de los campos de entrenamiento, y nos dirigimos a las afueras de las instalaciones de Paradise, dónde a lo lejos puede apreciarse un sendero que lleva al bosque.

Caminamos hasta encontrar unas escaleras en medio del bosque. Por las cuales Eli me guía.

Es simplemente precioso como todo a nuestro alrededor da un intenso sentimiento de paz. Seguimos caminando hasta llegar a un prado repleto de amapolas rojas, el aroma es simplemente divino. Pero siento como Eli toca mi hombro con delicadeza para poder hablarme y que yo la escuché.

- Luz, no te quedes oliendo las amapolas así, de estás flores sacan el extracto llamado Opio para hacer morfina, una droga capaz de ocasionar somnolencia. - Dice mientras dibuja en su block una de las plantas a detalle.

- ¿Cómo es que sabes tanto?- Pregunto sorprendida ante sus conocimientos.

- Pues es porque me gustan las plantas y venenos, es interesante saberlo.- Dice mientras continúa dibujando.

- ¿Osea que ahora eres boticaria?- Pregunto curiosa.

- Si, podría decirse. Es increíble ver cómo hay plantas como la amapola que son tan delicadas como para ser arrancadas y marchitarse al poco tiempo pero también son tan fuertes como para causar una toxina capaz de dormir a personas adultas en segundos. Tu, Luz, me recuerdas a ellas.

- ¿Te recuerdo a una flor?

- Si, eres fuerte pero a la vez frágil, así que no te dejes arrancar y que nadie te marchite, linda amapola.

- Gracias, Eli.- Digo más tranquila y relajada, por un momento me permito descansar de toda esta situación tan agobiante.

- De nada, Luz. Pero aún no hemos llegado a nuestro destino.

Me sorprendo un poco pero la continuo siguiendo.

Llegamos hasta un arrolluelo el cual conduce hasta una quebrada, la cuál tiene un agua tan cristalina que parecería que te limpiará hasta el alma de solo tocarla.

Pero lo más impresionante es la estructura antigua que está cerca de él, dónde no s sentamos un rato a disfrutar el paisaje.

Después de un rato nos divertimos jugando en el arrollo, lo cual me trae recuerdos melancólicos de los fugaces momentos felices de mi pasado.

Al empezar a atardecer, volvemos a Paradise, esa noche tendré que quedarme en una de las habitaciones asignadas para asesinos de la organización.

Pero gracias a las palabras y al apoyo de Eli, me siento más tranquila y segura para llamar a Abigail y contárselo todo.

Empiezo a marcar su número en el teléfono y escucho el repicar del tono.

Cuándo ella contesta la saludo, le cuanto y le explico todo.

Le cuento hacerca del trato de Zeus y de mi nuevo trato con Gio.

Ella se disculpa por no haberme dicho antes, pero la tranquilizó diciéndole que ella no hizo nada malo como para disculparse.

Me ofrece su apoyo y ayuda, además de darme aliento como siempre.

Cuelgo la llamada y me preparo para ir a dormir.

Me peino el cabello y me pongo mi pijama, me cepillo los dientes y me voy a la cama, pero antes me preparo mentalmente para todo lo que viene en el futuro. Mañana oficialmente empezare a matar para Gio. Pero estaré lista, porque yo se que lo lograré.

Una luz, para LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora