Una luz, para Luz

XXIII: Aprender a vivir con la presa

Mi mente aún está procesando el hecho de que ahora seré compañera de cuarto de mi presa, el hecho que esto suceda en parte es bueno, pero con tantos asesinos trás el mismo objetivo podría ser peligroso.

Pero vuelvo a la realidad cuando Diego me habla, la verdad esto ha sido una sorpresa para todos.

- Al parecer tienes suerte, Luz. Solo tendrás que esperar a la fecha de entrega.

- ¿Esperar?–pregunto algo sorprendida– ¿No se supone que quien mate primero a la presa gana?

- Si, pero no antes de que se anuncie la cacería.–Responde tranquilo– Además, primero hay que acabar con los enemigos, pero yo no planeo pelear contigo. Eres más fuerte que yo. Prefiero esperar al otro año.

- Entiendo, ¿Puedo preguntarte algo?

- Si, lo que quieras– Responde tranquilo el moreno.

- ¿Cuántos asesinos hay en esta cacería?

Noto como su mirada se vuelve analítica y piensa por un rato. Hasta que por fin responde:

- Unos quince o veinte, más o menos.

- ¿y son peligrosos?

- Probablemente si, probablemente no. Lo más seguro es que quien sabe.

Diego se estira y empieza a caminar hasta la salida, pero antes de irse se despide con un gesto de mano.

Quedó allí sola en la biblioteca.

De repente, mi teléfono suena, para mi sorpresa es una llamada de Gio.

Respondo y lo primero que escucho es:

- Escúchame bien, no puedes matar a Thorner antes del 04 de junio, porque si no será considerado traición.

- Entiendo, pero en ese caso ¿Por qué arreglaste que quedará con él en la misma habitación?– Pregunto, recordando que me había dicho.

- No fui yo, fue casualidad. Ah, y si puedes venir aquí está noche te lo agradecería bastante, no me vuelvas a dejar plantado.– Dice algo seco

Corto la llamada y me dirijo por los pasillos hasta la habitación.

Pero en el camino, encuentro a varias prsonas interesantes.

La que más me llama la atención es una chica religiosa que es mi vecina de habitación.

Inento ignorarla pero se interpone en mi camino.

- ¡Hola!, mi nombre es Samantha y soy tu compañera de habitación – Dice la pelirroja rizada frente a mí.

- Hola, mucho gusto.– Digo intento irme.

- ¿Cómo te llamas?– Insiste

- Me llamo Luz, ahora con tu permiso voy a pasar – Digo haciendola a un lado, logrando pasar.

Cierro la puerta detrás de mí,  y reviso el departamento mientras tanto.

Es pequeño pero bien organizado.

La cocina está conectada con una pequeña sala.

Hay dos habitaciones, una con baño y la otra con balcón.

Un baño de invitados y una pequeña habitación que podría ser un armario.

Cabe resaltar que todo está sucio, lleno de polvo.

Asi que me preparo para limpiar este lugar.

Mientras limpio las estanterías de la cocina saco estadística de las probabilidades de las habitaciones.
Por mi anterior encuentro con Liam, se que es un idiota presumido, por lo que tengo que ser precisa.

Hay un 70% de probabilidad de que elija la habitación con baño, ya que está cerca de la cocina y es más espaciosa pero más alurosa.

También hay un 20% de probabilidad de que elija la habitación del balcón ya que está más cerca de la salida y es más fresca.

El último 10% es que me deje elegir, pero en caso de que eso pase le daré la oportunidad para que elija él.

A mí me conviene más que se quede en la primera habitación, ya que es más cerrada, y podría idear una muerte que parezca accidente en el baño.

Sigo limpiando un rato, y para mí sorpresa, Liam llega con una escoba y detergente, diciendo:

- Bueno, Enana. Es hora de limpiar este cuchitril.

El empieza a barrer torpemente haciendo que me estrese.

Me acerco, le quitó la escoba y le digo:

- ¿En serio no sabes barrer?

- No, no se – Dice relajado.

Siento como mi ceño se frunce pero exhalo y lo mando a limpiar otra cosa.

Pero como no sabe hacer prácticamente nada, me toca enseñarlo a barrer.

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Al terminar con todo, me alistó para ir a ver que es lo que quiere Gio.

Me manda a recoger en un Ferrari rojo, lo cual me sorprende bastante, subo al auto y cuando nos acercamos a nuestro destino, me sorprendo bastante al llegar a un lago iluminado con lámparas flotantes.

A lo lejos puedo ver a Gio. Está vestido con un traje de pantalón negro y una camisa roja manga larga.

Pero lo que más me llama la atención es que trae con el un ramo de rosas blancas con mariposas azules y luces.

Se acerca al auto y me ofrece su mano para bajar diciendo:

- Me debías una cita, Luciérnaga...

Nota de la autora:

¡Hola!, espero que estén disfrutando la historia. Me alegra ver más lectores, pero me gustaría ver más votos, no olviden dejarlos por favor.

No había escrito tan seguidamente porque he estado enferma este mes.

También vengo a recordarles que no se ilusionen con ningún personaje todavía, nadie es bueno ni malo en esta historia.

¡Ah! Y también quiero invitarlos a leer mi nuevo proyecto, se trata de una historia de fantasía, cuando la suba les estaré avisando así que atentos.

Hasta pronto, Paradisianos.

(Les digo así porque note que "estrellitas" ya es utilizado por otra autora)

Se supone que este capitulo se subiría ayer pero tuve problemas con Wattpad en la última actualización por lo que se borró el capítulo por lo que tuve que reescribirlo, pero intentare seguir con la historia.