📿|CAPÍTULO 5.

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Malika.

Miré la marca de mi pecho viendo que el Onix había dejado marca tras el baile.

Estaba más que claro que se activó durante toda la noche ya que había vampiros dentro de la corte de Tritaria y hoy, pero lo que más me sorprende es que ni siquiera me di cuenta porque estaba sumida en otros temas.

Solté un largo suspiro aventando una pequeña piedra al lago teniendo detrás de mí la merienda matutina del reino.

Mi brazo derecho duele por la forma en la que Charles me sostuvo, él sabía donde presionar para conseguir lo que desea cuando sea, y ahí estaba la cicatriz que me recordaba lo que viví cuando cumplí siete años.

—Hace tiempo que no ha pisado mis tierras, señorita Moore—aquella voz grave pero a la vez ligera hace que me gire haciendo una rápida reverencia.

Sonreí correspondiendo su gesto amable.

—Emperador Friedrich—salude tras incorporarme por completo.

Sus orejas puntiagudas sobresalieron tan solo un poco de su cabello castaño claro, sus ojos verdosos conservaban el brillo habitual de siempre bajo sus cejas pobladas.

—Mi corte te ha extrañado, Malika—habla tomando asiento a mi lado sin importarle estar en un tronco mohoso.

—Usted sabe que no depende de mí los reinos que visitaremos, solo soy una empleada más.

La rara relación que tenemos se podría basar en una amistad tras que el pida una lectura cada que el Circe pisa Lafment y me invite uno de los postres famosos que su reino tiene. Los Macarons, son tan exquisitos.

—Bueno, al menos me alegra verla—confiesa con naturalidad—. Ayer con ese vestido se veía exquisita.

—¿Y por qué no se acercó a saludarme?—Solté con fingida indignación haciendo que pusiera una sonrisa—. Incluso pudo ir a mi carpa.

—Estaba muy bien acompañada por Dominick—respondió agachándose para recoger varias piedras que aventó al lago.

¿Lo conoce?

—¿Usted lo conoce?

Él asintió.

—Más de lo que me gustaría, pero si. También tengo que admitir que después del baile has logrado llamar un poco la atención, la mayoría se está preguntando quién eres.

Sonreí un poco.

—Solamente una chica con raros dones—confesé haciéndolo reír un poco.

—A lo que me refiero, es que desde hace muchísimo tiempo Dominick ha estado evitando las reuniones como estas, llenas de líderes de Nárom.

—¿Puedo saber por qué?

—Temo decirte que solo se un poco al respecto—me miró sin borrar su sonrisa, cosa lo cual agradecía ya que es muy hermosa.—¿Has oído sobre la canción de la emperatriz que se volvió loca por amor?

Hice un sonido con los labios causando que él arrugara las cejas confuso.

—La he oído a decir verdad, la loca de amor. Realmente no sé si es profética o no, pero es muy famosa en las tabernas.

—¿Te la sabes?

Asentí y comencé a tararear la melodía.


La historia comienza cuando ella nació.

Su imperio de nacimiento cayó al saberse su destino y se cuenta que la luna de sangre creció.

DE HIELO Y CENIZAS. | +21 «𝗕𝗢𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora