¿Dónde estás, Milk? [GOCHI/DBS]

V E I N T I O C H O

Capítulo 28: Solo un recuerdo.

Era una fresca y reluciente mañana en la Montaña Paoz, llena de vida y color por doquier gracias a los animales que paseaban y los árboles moviéndose con el viento. La familia que vivía allí no podía ser más feliz.

Habían pasado varios meses desde que por fin podían vivir en paz, sin otro enemigo, y las cosas volvieron a ser completamente normales. Parte de esa normalidad era que Goku cumpliera su promesa de trabajar, y así fue.

Ser granjero le sentaba bien. Era hábil con el tractor y rápido recolectando las cosechas, muchas veces acompañado por Milk. Los días de la semana eran tranquilos a pesar de los arduos trabajos en la tierra y usando las herramientas. Milk, además de limpiar y cocinar en casa, cuidaba del huerto junto a su esposo, quien animado iba a vender las grandes cantidades de vegetales al pueblo y la ciudad para obtener un buen dinero.

Allí estaban ambos esposos continuando la jornada de ese día bajo el cálido sol de la tarde. Goku, con una pala en mano, cavaba la tierra mientras Milk colocaba las semillas con cuidado.

—Oh, Goku, esto me hace tan feliz.—dijo ella, con una sonrisa.—Siempre quise volver a estar juntos.

Goku se detuvo un momento para secarse el sudor de la frente después de escucharla con atención. Sonrió y asintió.

—Yo también me sentí muy feliz. Al fin estaba en casa con ustedes.

Milk lo miró con ternura y luego le sonrió burlonamente.

—No creí que realmente te dispusieras a trabajar, pero aquí estás.

Goku, al oír eso, cerró los ojos mientras se rascaba la nuca y reía de forma nerviosa.

—Bueno, siempre cumplo mi palabra.—le guiñó un ojo y le regaló una dulce sonrisa.

Luego sintió el ki de su hijo menor acercándose a toda velocidad, lo que hizo que mirara en su dirección con emoción.

—¡Mamá! ¡Papá!—saludó con una gran sonrisa.

Goku y Milk rieron, felices de verlo.

—¡Hola, Goten!

Milk anunció que ya era la hora del almuerzo y los dos saiyajines, padre e hijo del mismo aspecto, se alegraron de ver a la pelinegra traer una gran cantidad de bentos con deliciosa comida lista para servir. La familia disfrutó del festín como siempre, sintiéndose plenos.