ABC del control

M de manía retorcida

Mirar mi rostro, es darme cuenta de lo rápido que funcionan sus tratamientos.

— Tu piel está perfecta.

— El burro hablando de orejas.

Sigue molestandome con sus trajes, es que si no le quedarán tan bien, diría que es ridículo y que está robando la ropa a la realeza, hasta que recuerdo su posición.

—He estado pensando. ¿Quieres ir al instituto?

Eso sí ha llamado mi atención, pero requiere un precio, no estoy segura de que quiera pagar por ello.

—Depende de lo que vayas a pedirme a cambio.

Él levanta tres de sus dedos.

—Tres compañeros.

— ¿Qué?

—Quiero tres compañeros.

— Me estás jodiendo.

—Idioma.

—Oh no me vas a corregir, tu nunca has hecho eso.

Que tonta, porque me sigo haciendo esto. Todavía creo que va a responder con una broma, no eres su amada, graba eso en tu cabecita.

Su sonrisa me inquieta muchísimo. Por el ángel no dejes que sea tan malo.

—Me alegro que recuerdes eso, perdóname amada.

La madre que lo parió, este cabron lo hace a propósito.

— Sobre los compañeros, no es que me interese la propuesta...

—Variedad, me he dado cuenta de que necesitas más personas a tu servicio.

Traducción: Quiero más víctimas.

—No veo, mucha ganancia para mi, es decir, supongamos que me dejas ir al instituto. ¿Cómo voy a conseguir a estos compañeros?

Más chicas para satisfacer sus...mierda dijo compañeros. Mi cara me ha delatado.

—Ya te has dado cuenta, no te preocupes amada. Seguramente tú inteligencia va a conseguir lo que deseas, por supuesto en caso de que falles yo mismo los traeré.

Mordí mis labios. Salir de aquí por primera vez es un sueño que estoy dispuesta a cumplir aunque condenar a tres personas más a esta locura es diabólico.

— Te das cuenta que tendré que follarles.

Ese es el maldito dragón en la habitación, su egoísmo y posesividad no va a dejarme avanzar en este absurdo plan suyo.

— Lo he pensado no consigues tus objetivos sin algunas piedras que aplastar en el camino.

—Me van a coger.

Tengo que pincharle, supuestamente me amas, enfermo.

—Te los vas a coger.

Su corrección me golpea como un camión de carga. Ya lo ha perdido, seguramente se le botaron los últimos engranes que le quedan.

—¿Por qué tres?

— Uno no es suficiente, dos es casi adecuado y tres conmigo hacen cuatro, mi número favorito es cinco. Contigo somos cinco.

—Esa la idea más pendeja que has formulado hasta ahora.

— Solo me estás haciendo preguntas y medianamente quieres evitar hacerlo por lo que considera que puedo cambiar de opinión, la oferta no va a durar por mucho más tiempo.

— ¿Cuánto tiempo tengo?

—Hasta que nuestra intimidad termine, amada me siento especialmente tímido hoy.

Mentiroso, eres un farsante tu no eres tímido ni a putazos.

— ¿Preferencias?

—Quiero que tengan al menos una característica mía.

—¿Física o mental?

—La que quieras.

— Prometes no lastimarlos...

Buenas, me presento soy pendeja, yo tengo la boca tan grande que solita me jodo.

—Amada, una cosa debe quedar claro en esto, al único que amas es a mi, tu amor es mío. Serán mis compañeros no mis iguales.

Traducción: Si te enamoras, despídete de ellos.

— Tengo alguna fecha límite de la que no me estoy enterando.

—Ya que lo preguntas tienes hasta el final del instituto para conseguirles.

— ¿Cuánto falta para que tenga que ir al instituto?

—Poco tiempo.

— ¿Cuánto?

—Dije que poco.

—Visto de ese modo.

—Inicia.

...

—M de manía retorcida. Tienes razón tu mugrosa verga no es suficiente para mí, necesito hombres que me hagan rogar por un buen polvo, luego del patético que es el tuyo.

Mi mandíbula se va a dislocar y estoy segura de que me acaban de callar por un tiempo, sus poderosos movimientos me ahogan en su polla, mi nariz toca su hueso púbico libre de vellos, mis pulmones quieren aire. Lo único que me consuela es sentir que le estoy arrancando la carne del pene con los dientes. Le he mordido a petición suya.

Me he tragado cada gota sin derramar nada, puedo ver marcas de mis dientes en su larga verga, no me han metido una mierda, debe estar esperando a que se lo ordene, mi orgullo me dice que me abstenga de pedirle nada mientras mi lujuria quiere que me empale duro.

Ganó mi lujuria, aprendí el significado de que te la metan con huevos, porque precisamente eso me hizo, fue la sensación más inusual pero me vine.

Chan chan chan.
¿A qué ya lo vieron?