ABC del control

X de xilolita

— ¿Qué es esto?

—Una replica de mi pene

— Ya lo sé, me refiero al material.

—X de xilolita. Significa esposa que eres una tonta si no sabes de lo que te hablo. Estás descuidando tus estudios, probablemente quedes en ridículo en el instituto.

Tu puta madre, pendejo. Chinga tu madre. Soy inteligente pero no lo uso para parecer una presumida como tú.

— Ajá, pero entonces que se supone que hago con esto.

— No te parece obvio.

Me negaba a siquiera mencionarlo.

— Está bien, ya que lo pones así. Lo tendremos de adorno solamente.

— Un adorno muy...peculiar.

—No importa, pensé que sería apropiado. Podrías colgarle tus joyas.

Mi vista viajo hacia su entrepierna. Tenía puesto una jaula de polla, las piernas enrojecidas por las marcas de mis dientes y uñas que le sacaban sangre.

—Estas muy lucido. —le provoque, moviendo mi cuerpo a su alrededor, lo estudiaba como una obra de arte. Era todo hermoso, el pecado hecho hombre.

—Es mi deber amada, mi placer viene de servirte. Usa mi cuerpo para lo que quieras.

Mal parido. Le he quitado la jaula, gimio como un cachorro pero no hizo intento por correrse, aunque sabía que solo quería la orden.

—Llora, quiero que salga gota tras gota.

Sus labios se abrieron, el ronco sonido salía de ellos cuando mi mano se mueve, guiado su hinchado falo. Gota tras gota de su semen cae en mi mano. Los fuertes gemidos que salían de su boca se hacían más pronunciados, era casi doloroso para él pero amaba el dolor.

—Eso es amor, dame ese rico semen —le destrozaba que le hablara con amor.

...

Si muevo un solo dedo, voy a romper a llorar. Gracias por los anticonceptivos, sino ya me hubiera embarazado de quintillizos, el mamón me exprime hasta el último orgasmo que le da la gana, a mi vagina le vendría bien un descanso pero joder eso fue intenso. Me siento una campeona solo por soportar su enorme falo y la réplica bien profundos en mi canal. Me estiró tanto que ya me veía en un quirófano en una cirugía de emergencia.