Diciembre 21

Logan

• Logan •

¿Por qué a mi?

De todos los chicos nacidos en Texas de nombre "Logan", tenía que ser yo.

Primero, me enamoro sin darme cuenta de mi mejor amiga en el mundo, la cual resulta ser la novia de mi mejor amigo en el mundo; después, le confieso mis sentimientos, la beso y me alejo de ella, de todos los demás y me quedo solo; luego, me pide que vuelva, todo se resuelve, me arreglo con mi mejor amigo y todos volvemos a la normalidad; y por último, los padres de mi mejor amigo se enteran que él y la chica de mis sueños son novios y por lo tanto, ellos se escapan a no se donde, ya que fui lo bastante cobarde para quedarme y afrontar la verdad.

Patético, ¿No?. ¿A quién le pasan este tipo de cosas?... Bueno, supongo que a este pobre chico sin suerte, que tiene por nombre: Logan Phillip Henderson.

Después de haber salido corriendo de la casa de Clary, corrí y corrí hasta quedarme sin aliento. Después de recuperarlo de nuevo, seguí corriendo hasta llegar a mi casa.

No están los autos. Perfecto. Nadie en casa.

Cerré la puerta con todas mis fuerzas, subí las escaleras e hice lo mismo con la puerta de mi habitación. Me tumbé en mi cama y mientras miraba al techo, derramé cada lágrima que ansiaba salir de mis ojos. Sollozaba, gimoteaba y lloraba sin parar.

Tomé una fotografía que tengo en mi mesa de noche. Es una foto de Kendall, ____ y yo. La abracé contra mi pecho y lloré aún más.
¿Qué voy a hacer sin ellos? ¿Qué voy a hacer sin él? ¿Qué voy a hacer sin... Ella?.

El hecho de pensar en ella; en que ya no estaría, en que ya no iba a poder abrazarla, escuchar su voz, su risa, sin el olor de su cabello, todo eso y más, me hizo querer dejar de vivir.

No fue suficiente perderla una vez de niños, después perderla de nuevo con mi mejor amigo, después perderla otra vez al cometer una estupidez. Ahora la pierdo porque se ha ido lejos.

Me siento y limpio las lágrimas a medio camino de mis mejillas. Vamos, Henderson; eres mejor que esto. Dejo la fotografía en su lugar y bajo a la cocina.

Tomo un par de cosas y me voy de nuevo a mi habitación. Nada mejor que comer pepinillos (Mis favoritos) y escuchar "The Clash" (Mis favoritos otra vez) para sentirme mejor.

Sin darme cuenta, me quedo dormido.

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Me encuentro caminando por un, extrañamente tranquilo, Central Park. Todo esta desierto y no se escucha nada mas que el sonido del viento que acaricia los árboles.

Me siento en el césped, me quito los zapatos y me recuesto para ver el hermoso cielo azul, con nubes completamente blancas y un sol brillante pero no cegador.

La calma me llena y siento que alguien se recuesta a mi lado. Cuando giro mi cabeza, ahí esta ella. Hermosa como de costumbre.

Sus hermosos y brillantes ojos, su cabello sedoso y lleno de vida, sus mejillas rosadas y esos labios curveados en una sonrisa que te hacen querer mandar todo a la mierda y besarla hasta que no puedas más.

-Hola, Loggie- su voz suave como el terciopelo me llena de felicidad.

-Hola, preciosa- le sonrío-. Tenía tantas ganas de verte... Te extraño.

-Lo se, y yo a ti... Lamento haberme ido. ¿Estas enojado conmigo?- preguntó nerviosa.

-No, pequeña. Jamás podría enojarme con la chica más hermosa de todo el mundo- acaricié su mejilla logrando que ella se sonrojara.

Nos quedamos mirándonos en silencio el uno al otro por varios minutos, hasta que me dijo algo que me hizo sentir como el hombre más feliz de la tierra.

-¿Logan?

-¿Si, pequeña?- se acercó a mi oído y pronunció las palabras que tanto anhelaba que dijera.

-Te amo, Logan Henderson- mi nombre sonaba diez mil veces más hermoso cuando ella lo decía.

No pude más y la besé. La besé con tanto amor y ternura. Me respondió el beso y supe que esto era especial.

Después de unos minutos, se puso encima de mi y se separó del beso.

-Logan... ¿Te quedarías... Conmigo?- le sonreí y besé su frente.

-Para siempre- susurré.

Volvió a besarme llena de alegría, acariciando mi cara y mi cabello. Era el momento más feliz de mi vida.

Ella y yo, solos en todo el mundo. Compartiendo lo mucho que nos amamos. Jamás seré más feliz. Terminamos haciendo el amor, suave y lentamente.

Cada momento que paso a su lado es un momento dorado que jamás olvido. La primera vez que la vi, la primera vez que la besé, y ahora, nuestra primera vez. Este momento es solo nuestro.

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Abrí mis ojos lentamente y maldije por lo bajo. Oh no. No, no y no. ¿Por qué desperté? ¡¿Por qué mierda lo hice?! ¡Quiero volver!

Cerré mis ojos y me concentré, pero no pude hacer nada para volver a ese maravilloso sueño.

Golpeo mi almohada con fuerza. Quizá al final siempre será así. Estaré en el mejor momento y me sentiré el hombre más feliz del mundo y luego... La cruda realidad vendrá y me dará una bofetada.

Maldita mi suerte. Maldito yo por ser tan miserable. Maldita vida por ser tan cruel. Maldito mundo por ser como es. Maldita ella por ser tan jodidamente perfecta. Maldito todo.