Noche de chicos y Grandes revelaciones

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• Kendall •

Este era oficialmente, uno de los días más grandes de toda mi vida. ¡No puedo creer que ____ aceptara ser mi novia! Si valió el esfuerzo de escribir esa canción. Creo que después la cantaré con los chicos. Después de eso, la llevé a comer a un restaurante de mariscos por la zona, fuimos a Central Park y estuvimos toda la tarde hablando de música. ¿Podría esta chica ser más increíble?. Volvimos a casa como por las 6:30 p.m. y mamá estaba poniendo adornos navideños.

-Hola, mamá- me acerqué a ella y le dí un beso en la mejilla

-Hola, cariño. ¡Wow! Estuvieron casi todo el día fuera. ¿Qué hicieron?- sonreí para mis adentros; Uff mamá, si supieras el día que tuve con esta niña. ____ y yo nos dirijimos unas miradas

-Pues no mucho, fuimos a un restaurante de mariscos cerca del muelle, a central park y solo... Platicamos- dije con toda tranquilidad para que no sospechara

-¿Y se divirtieron?

-Oh si, muchísimo. Creo que uno de los mejores días de mi vida- ____ me miró y me guiñó un ojo. Me encanta que lo haga. Le devolví el gesto

-Muy bien, niños

-Oye, mamá, ¿Necesitas ayuda con algo?- pregunté mordiéndome el labio, tenía algo en mente con ____

-No, gracias hijo. Vayan a divertirse o algo- ¡Si!

-Perfecto- caminamos a las escaleras, fuera de la vista de mi mamá, me acerqué a ella y le susurré cerca del oido- No hagas ruido- Me miró con cara de curiosidad y cuando estaba desprevenida, la levanté en mis brazos como una pareja de recién casados y ella sonrió, lo que me hizo sonreír a mi.

Subí las escaleras hasta llegar a su cuarto. Ella abrió la puerta y una vez adentro, la cerró. Pensé en que podía hacer, así que me dirigí a su cama y salté con ella en mis brazos. Cuando caímos, ambos comenzamos a reír.

-¿Te he dicho que estas loco?- me preguntó entre risas

-Hmm quizá. ¿Yo te he dicho que me encantas?- no se si ya se lo había dicho, creo que no; pero es cierto. ____ me encanta

-Hmm quizá- me dijo en un tono tierno y divertido

Recordé lo que mi mamá nos dijo hace unos momentos, y me dio una idea- Oye, Kathy dijo que nos divirtiéramos- me coloqué encima de ella con cuidado, la miré y le guiñé un ojo- Deberíamos obedecerle

-No lo creo, Schmidt- se movió de debajo mio, fue por una almohada y me la arrojó a la cara. Ay Dios, ¿Qué voy a hacer con esta niña?

-Ah, ¿Con que quieres jugar, eh?- me acerqué a ella peligrosamente. No iba a dejar que saliera de esta tan fácilmente

-No te atrevas- empezó a retroceder con una mirada divertida y lista para escapar en cualquier momento

-Oh, ya es muy tarde cariño- comencé a perseguirla por su habitación. Esto me trae recuerdos no muy lejanos. Sonrío al recuerdo de ellos. Se giró hacia mi y puso sus manos al frente

-Detente Señor Doble Arcoíris- ¿Es enserio? ¡Debería superar esa historia! Maldigo al enano de Carlos por haberle contado, pero ya me vengaré de él luego. Puse cara de ofendido

-De acuerdo, esto merece guerra- corrí hacia ella lo más rápido que pude, ya que estaba algo desprevenida y la tiré en la cama. Me puse encima de ella y usé mi arma favorita contra ella. Las cosquillas

-¡Kendall! ¡Detente!- dijo entre risas. Como me encanta hacerla reír; ya sea de esta manera o siendo divertido- ¡Hablo enserio!- decidí dejarla, ya que tampoco me gusta que se desespere o algo así. Me puse a un lado de ella

Diciembre 21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora