Diciembre 21

En Grandes Problemas

-____, preciosa, despierta- una suave voz me despertó. Claro, era él- Es hora de levantarse- dio pequeños besos en mi mejilla

Me digné a abrir los ojos y me encontré con su hermosa mirada verde. Ahí estaba él. El chico con el que había hecho el amor, hace unas horas. Mi novio y mejor amigo, Kendall.

Hice un gesto de sueño y volví a cerrar los ojos. Estaba muy cansada, pero quería mirarlo.

-No, no y no. Ya despierta- estaba sonriendo; lo se

-Mmm no quiero- me di la vuelta y me acomodé

-Bueno, no quería tener que hacer esto, pero no me dejas opción- se subió encima de mi y comenzó a hacerme cosquillas

-¡No, Kendall, basta!- grité mientras la risa se apoderaba de mi. Después de unos segundos se rindió y volvió a su lugar

-Yo te lo advertí- levantó los brazos a la defensiva y lo fulminé con la mirada- Ya, ya... Buenos días, princesa- se acercó a mi y me dio un dulce beso en los labios. No hay nada mejor en las mañanas que despertar con él- ¿Cómo dormiste?

-Bastante bien- le sonreí. Me puse de pie y fui al baño para tomar una ducha; supongo que debemos salir pronto

-Linda vista- me dijo. No entendí a que se refería hasta que recordé que ambos habíamos dormido desnudos. Mierda. Digo, ¿Debería importarme?. No lo se

Sentí que las mejillas me ardían, corrí al baño sin decir nada y tomé una ducha con agua caliente. Se siente bien. Creo que la necesitaba. Terminé y me envolví en una toalla. Salí y volteé a ver en toda la habitación pero Kendall no estaba. ¿A dónde se habrá ido?.

Camine hasta la cama y tomé mi ropa del suelo, cuando siento que me agarran de la cintura. Me giró rápidamente y nos tumbó en la cama mientras me besaba.

Ambos sonreíamos sobre la boca del otro y soltábamos pequeñas risitas. Creo que jamás olvidaré esta mañana. Es simplemente perfecta.

-Bueno, creo que ahora es mi turno- dijo poniéndose de pie y caminando hacia el baño y me di cuenta que su trasero si es muy pequeño

-Que lindo y pequeño trasero, Schmidt- me empecé a reír y se giró hacia mi

-No es lindo, es sexy; no es pequeño, es ligeramente menos voluminoso que los traseros normales y... Es todo tuyo- puso esa cara malvada de pervertido que me enloquece y me guiñó un ojo

Entró al baño y yo puse mis ojos en blanco. ¿Qué voy a hacer con este hombre que me vuelve completamente loca?. Me puse mi ropa de ayer y me miré en un espejo que colgaba de la pared para acomodarme un poco el cabello. Como desearía tener un peine. Me senté en la orilla de la cama y tomé mi celular. ¡Mierda! Había doce llamadas perdidas de Kent y Kathy. Definitivamente estaremos jodidos ahora.

Escondí mi cara en mis manos. ¿Qué vamos a hacer ahora?. Escuché que Kendall salió del baño. Me incorporé para decirle lo de las llamadas pero, ¡Madre mia!. Estaba frente al espejo secando su cabello con una toalla pequeña. Su cuerpo estaba aún con gotas de agua y solo lo cubría otra toalla enrollada en su cintura. Me quedé boquiabierta. Es claro que las cosas no volverán a ser lo mismo entre nosotros.

-¿Admirando la vista?- dijo sacándome de mis pensamientos- Sé que lo disfrutas- se giró hacia mi y me guiñó un ojo

-Yo, ah... No, no estaba... Ahh...- bien. Ni siquiera puedo hablar ahora

-Tranquila nena, lo entiendo. No es fácil manejar tanta hermosura- le puse los ojos en blanco

-Cámbiate ya niño. No querrás enfermarte. Además debemos irnos lo antes posible. Tengo doce llamadas perdidas de Kent y Kathy- al mencionar eso último, abrió los ojos como platos y comenzó casi a volar