Unos niños pasan corriendo al lado de Lord Debling y Penélope, esta por poco se cae. Él la coge a tiempo antes de que llegará a tocar tierra. La primera reacción de ella es reírse, lo cual a Lord Debling le parece la criatura más adorable de la faz de la tierra y, pensar en que el señor Bridgerton le haya podido hacer algún mal, le enturbia.
—¿Sé encuentra bien? —pregunta, preocupado.
—Sí y gracias a su rapidez estoy mucho mejor —suelta riendo.
—Me alegro de que no se haya hecho ningún daño —añade.
Regresan con la caminata, poco después Penélope descubre que el pueblo es muy bonito, en medio de la naturaleza y, aunque ella no es aficionada al campo, debe admitir que se siente muy bien respirando aire puro.
—Retomando la conversación... —menciona él, rascándose la nuca —Me estaba hablando sobre el motivo que le ha llevado abandonar la ciudad.
Penélope carraspea antes de hablar.
—¿Le puedo ser totalmente franca? —Él asiente —¿Sin que me juzgue? —Lord Debling frunce el ceño, pero aún así vuelve asentir.
—Sé que usted no lee la revista de Lady Whistledown...
—En efecto, me parece algo frívolo —se adelanta a decir.
—Resulta que... —hace una pausa, respirando hondo —Yo soy Whistledown —concluye, nerviosa.
Lord Debling en ese instante se recrimina por haberle dicho que ella era frívola, cuando ni por asomo lo era.
—Perdóneme por llamarla...
—No debo perdonar nada, está en todo su derecho de pensar que, lo que yo escribo son frivolidades —Se pasa la lengua por su labio inferior, hecho que no pasa desapercibido por Lord Debling —Es cierto, escrito chismes de la alta sociedad y seguro que merezco que me lo recriminen e incluso que me digan cosas como... —se calla al recordar las palabras de Colín.
—Para nada, si escribía esas cosas de seguro tendría un motivo para ello —expresa él.
Penélope se le queda mirando, pensando porque razón Colín no ha podido reaccionar de la misma manera que lo esta haciendo Lord Debling, comprensiva. Entiende perfectamente su enfado, claro, aún así; no dolía menos sus palabras hirientes.
—Me puedo llegar a imaginar, que el señor Bridgerton lo ha descubierto —La cara de Penélope era afirmativa —Y por lo que puedo ver, no se lo tomo demasiado bien... —Deja de mirarla a los ojos para fijar su vista en el pueblo, apretado sus manos en puños.
—Rompí el compromiso y necesitaba salir de ahí, pensar con claridad —explica Penélope —Colín —traga saliva —Él, me lanzó palabras muy dolorosas, me acuso de pretender usarle, de engatusarlo para beneficiarme de su influencia en mi propio beneficio como escritora de chisme —La voz le tiembla.
Lord Debling al escucharla, gira sobre sus latones. Advirtiendo que el rostro de ella estaba congojado, pálido e incluso. Maldice a Colín Bridgerton por no ver la mujer tan poderosa que tenía ante sus propias narices. Aunque, por otro lado, un lado egoísta; ya no estaban juntos y tras ofenderla como lo ha hecho, puede que Penélope por fin lo vea a él, lo elija a él. Se le escapa una risa llena de ironía.
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Eres todo lo que quiero
Romance¿En qué momento uno se da cuenta de sus verdaderos sentimientos y obra en consecuencia? Para Colín abrazar lo que siente por su mejor amiga ha sido un viaje mucho más largo, de aquellos que está acostumbrado cuando viaja por el mundo. Para Penélope...