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Nota: Holiii, solo hago este pequeño comunicado para darles un pequeño dato; cada capítulo es un día diferente, ¿Vale? Es por si se confundían, sentí la necesidad de dejar esto claro, JAJA. Bueno, sin nada amas que decir, les dejo proseguir con la historia... ah, se me olvidaba, ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS DE SEXO EXPLÍCITO Y/O ERÓTICO, a quién no le guste este tipo de contenido, por favor abstenerse de leer, gracias. Ahora sí, continúen, Xoxo...

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Bill, está de mal humor.

No ha dicho mucho desde que llegó de la facultad, las únicas oraciones que han salido por su boca durante la cena son quejas. Resulta curioso debido a que él es una persona calmada. Además, después de cenar se ha salido al balcón. Bill me invitó ayer a pasar la noche en su pequeño departamento, sin embargo, la situación se ha tornado un poco inusual. La única solución en la que he pensado es en darle espacio.

He ocupado mi tiempo solitario mirando la televisión, Bill es una persona coleccionista, tiene todo tipo de cosas en sus muebles. Su departamento es lujoso, cómodo y amplio ~gracias al dinero que cada mes, sin falta, sus padres le envían~ También tiene alrededor de cinco puertas, la única puerta conocida para mi es la que lleva a la habitación de Bill.

Mi reloj indica que son pasadas de las 11 de la noche y no hay señales de él. Tal vez su asunto se ha alargado. Una vez en la habitación de Bill busco la pequeña maleta de ropa que he traído. Tomo una ducha rápida y uso el pantalón de pijama, no soy de usar camisas son incómodas. Me meto a la cama y descanso el cuerpo, puedo sentir como me agradece, sin duda he pasado días de estrés por el trabajo en el supermercado y los exámenes en la universidad, y por fin lograré descansar.

El movimiento de la cama hundiéndose a mi espalda me sobresalta del sueño en que he caído, me dormí sin darme cuenta. Un brazo se posa sobre mi cuerpo  hasta apretar mi espalda contra un pecho tibio y suave. La esencia de Bill poco a poco llega a mis sentidos avisándome que es él.

—No quería que durmieras todavía— murmuró Bill en la oscuridad.

—Estoy cansado— respondí cerrando los ojos y acomodando mejor mi cabeza sobre la almohada.

Bill se queja y hunde el rostro detrás de mi hombro.

—Despierta, tommie.

—Es tarde— me quejó con un gruñido.

—Lo sé pero no podré verte mañana.

Eso capta mi atención y abro los ojos —¿A qué te refieres?

—Tengo que tomar un vuelo a las 7 de la mañana— suspiró Bill.

—¿A dónde?— pregunté en voz baja.

—Hamburgo... mis padres quieren que les acompañe por una reunión familiar que harán para dar una... noticia...

—Oh, vaya... ¿Eso es malo?

—Sí, si es muy malo... tengo que irme por tres días y dejarte— dijo Bill aferrandose mi cuerpo con su delgado brazo.

Eche a reír sin ganas.

—Eres un idiota.

Bill gruñó, se recargó en su brazo mientras hacía girar mi cuerpo para mirarlo, entonces lo comprendí. Su rostro se veía cansado y triste, al parecer la idea de estar separados no le gustaba demasiado.

—¿Lo soy por no querer dejar a mi novio solo? ¿Qué pasa si cambias de parecer al no verme? ¿o si alguien llega a coquetear contigo? Esto es serio, Tom— explicó Bill frunciendo el ceño.

𝐃𝐄𝐁𝐈𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora