~ 𝐸𝑥𝑡𝑟𝑎 ~

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—Tu trasero es precioso, cariño— aseguré mostrando una perfecta sonrisa ignorando el ‘micht’ que hizo con su boca a modo de rechistar —Es mi parte favorita de tu cuerpo, huh.

Es que sus nalgas son tan redonditas... joder.

—Tom, por lo que más quieras, cállate o juro que esta vez sí me voy— amenaza ladeando la cabeza a un lado para poder verme.

Lo tengo boca abajo mientras yo permanezco en medio de sus piernas. Nuestras prendas yacen en el suelo tiradas en algún rincón y él desnudo bajo mi cuerpo es una gran tentación, no puedo evitarlo. Bill me pone, y mucho. Tenerlo cerca es olvidarme a pensar con raciocinio.

—Al único lugar al que vas a ir es al cielo, señorito. Tocarás las nubes por las maravillas que voy a hacerte...

Trata de darse la vuelta pero se lo prohíbo presionando su cuerpo contra la cama, jadea —Quiero descansar, en serio. Anoche lo hicimos tres veces, ¿no estás satisfecho?

—para nada. Me encantas... mira lo duro que me tienes— tomo mi entrepierna golpeando sus blancas nalgas con el.

Bill rueda los ojos —Maldición, deja de decir eso. Ya no soy como antes, nada más mira bien mi cuerpo... nada es sexy como hace cinco años.

Hago una mueca.

—¡tonterías! Todo sobre ti...— ascendí mis manos para tocar sus nalgas y apretujarlas levemente —...es sexy. Encantador. Tanto que me pone cachondo mirarte incluso cuando recién sales de la ducha... eres perfecto. Aún cuando te pones mi ropa y pareces Adam Sandler.

—Joder.

—Bill, eres hermoso...

—Como sea...

Me frustra. Últimamente Bill se ha estado acomplejando de su cuerpo. Qué si está gordo, que si está deforme, que si se le ven arrugas, que si debe hacer dieta, que si esto o lo otro. Joder, ¿por qué no entiende que es bello en todo el significado de la palabra?

Me inclino hacia él y comienzo a dejar besos lentos en su espalda, desde la parte baja hasta el dorso, lamiendo la curva entre su cuello y el hombro porque me encanta el sabor de su piel. Él jadeaba de manera tranquila, cómo si mis besos lograran darle paz y se que es así porque muchas veces me lo ha dicho. Así que muerdo la piel sensible de su cuello y con un movimiento rápido giro su cuerpo. Me mira con una expresión relajada y le sonrio.

—Me fascinas, no tienes idea de cuánto te amo— devoro sus labios, amando su dulce sabor, su saliva se mezcla con la mía, me embriaga —¿por qué buscas la manera de encontrar defectos en ti? no los tienes.

—Tom...— suspiró —Solo... solo cállate y sigue besándome— dice enredando sus brazos en mi cuello —te prohíbo dejar de hacerlo— reí.

Nuestro primer año de casados ha sido increíble. Tenemos nuestra propia casa, no dependemos de nadie y somos felices. Cumplo cada capricho de mi esposo, es tan despilfarrador pero así lo amo, incluso cuando me hace acompañarle a los centros comerciales a comprar ropa y me pone a cargar todas las bolsas. Felizmente lo hago ~notese el sarcasmo~ Bill es el amor de mi vida, ¿qué más puedo decir?

Cada rosa tiene sus espinas, él desde un principio me mostró las suyas y mis manos siempre estuvieron dispuestas a sangrar.

Sentir que su alma es mía...

—Tommie...— besa mis labios brevemente antes de separarse un poco para verme directamente a los ojos.

—¿humm?

—sí en algún momento futuristico encuentras a alguien mejor que yo, ¿me dejarías?

Parpadee tres veces seguidas antes de responderle. Los ojos de Bill brillan intensamente y eso causa que mi corazón comience a latir frenético. Él me pone como un adolescente experimentando esas cosas horribles de las mariposas y eso. Frente a cualquiera soy el corazón más frío que puede existir, pero Bill es capaz de derretirlo y me domina por completo, soy un maldito sumiso a sus pies, es mi Rey.

𝐃𝐄𝐁𝐈𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora