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Cuando regresé al departamento era pasada de la media noche.

La tenue luz de una lámpara iluminaba el interior de la sala. Una persona se encontraba en la penumbra esperando. Cerré la puerta con cautela y colgué las llaves, a continuación, caminé hasta tomar asiento a su lado en el sillón doble.

Bill me miró durante todo el proceso en completa calma. Recargó su mentón sobre su mano, con la otra mano libre buscó la mía y dio un ligero apretón. Su rostro inexpresivo era traicionado por sus ojos llenos de preocupación.

—Estoy bien— aseguré mirandole a los ojos, le ofrecí una sonrisa cansada.

—¿Dónde estabas?— preguntó mi novio con calma.

Me encogí de hombros y suspiré —Cerrando algunos asuntos.

Bill me dio otro apretón reconfortante. Mi cuerpo se encontraba frío y tenso, no obstante, cuando llegó el toque de mi novio todo cambió, era como si él pudiese brindarme el calor que yo no podía generar por mi mismo. Siempre, cuando él no está he sentido frío, desde siempre a pesar de un clima muy caluroso también me albergaba un sentimiento desolador que amenazaba con asfixiarme día con día, hasta que llegaba Bill a mi vida y podía respirar de nuevo.

—Dime que esos asuntos te dejarán dormir ahora— pidió Bill murmurando bajo.

Al observarle comprendí que todos estos meses no había podido engañarlo con mi comportamiento feliz y estable. Asentí.

—Encontré a mi agresor.

—¿Quién..?— preguntó apresurado.

—Sarah...— respondí con burla.

Bill se tensó a mi lado, me miraba sorprendido sin comprender. De repente vacilé, él amó a esa mujer, casi se compromete con ella, tal vez, ¿él se pondrá de su lado? Bill siempre ha sido amable y generoso con los demás, incluso con sus ex's parejas.

—Ella organizó una emboscada cuando salí de visitar a mi madre— continúe observando el rostro de mi novio el cual seguía sorprendido. Carraspee: —De acuerdo con lo que confesó Sarah, armó todos estos inconvenientes porque yo la soborné para alejarte de ella, también dijo que estaba embarazada cuando esto sucedió y perdió el bebé cuando yo la tiré por las escaleras... debo admitir que está chica ha visto demasiadas telenovelas.

Algunas personas tienen demasiada imaginación.

—Espera, espera...— interrumpió Bill, sacudió su cabeza como si tratara de enfocarse. Soltó mi mano y se puso de pie para detenerse a unos cuantos pasos de mí —¿Sarah...? ¿estamos hablando de la misma chica con la que mantuve tres años de noviazgo?

—Lo siento— murmuré sin saber que decir.

“¿En verdad te pondrás de su lado, billie?”

Bill me miró perplejo y soltó una risa dolorosa —¿Por qué tendrías que disculparte? Todo ha sido mi culpa, ¡Casi mueres, Tom! ¿en qué pensaba esa chica? ¡Es una locura!

—bill, cálmate— ordené poniéndome de pie.

De repente la actitud de Bill cambió, él se veía como si fuese a colapsar y por primera vez tuve miedo. No podía soportar que otra persona a la cual amaba perdiera la razón y menos por culpa de alguien más. Me puse de pie, me coloqué a su lado y sujeté con mis manos su rostro inquieto, aquellos ojos avellana maquillados por sombra negra me miraron con un ardiente remordimiento.

—No es tu culpa, ¿lo comprendes?— dije mirándolo con seguridad —Nada de esto lo es. Ella tomó sus propias decisiones, es una adulta. No puedes cargar con culpas que no te corresponden Bill.

𝐃𝐄𝐁𝐈𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora