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Ya era de noche, nos encontrábamos alrededor de una fogata mientras permanecimos sentados en silencio encima de un tronco gigante, un tronco que sentía que en cualquier momento gracias al pequeño peso de Sarten muy pronto se partiría en dos.

Nuestra ropa se estaba secando encima de pequeños bloques, mientras la brisa pegaba en esta haciendo su función de que dejaran de estar empapadas. Yo me había cambiado de ropa por otra vez mis prendas viejas, bueno, no tan viejas, pero nuevamente me las había vuelto a colocar. He de aclarar que por más que permanecimos en silencio sin saber que decir, el silencio era tranquilo y relajante, un silencio que por alguna extraña razón yo tenía mucho tiempo sin escuchar.

Un silencio de paz.

Un silencio de tranquilidad.

Pero obvio, mi hermano tenia que abrir su gran bocota y arruinarlo.

-Asi que de Italia,¿Eh?-. Mira a Nikolai con una mueca de gracia en sus labios.

Ah claro, esa era otra historia.

Después de nuestro maravilloso encuentro con el italiano asustadizo, parece, que el pobre le habíamos dado tanto miedo que su habla había desaparecido mágicamente, ya que no había formulado ni una palabra más después de que lo encontráramos en el suelo tirado atemorizado.

Diría que a mi también me daría miedo ver a Alice mirándome amenazante, cons su guardaespaldas de medio metro sentado en una silla de brazos cruzados.

Se me erizo la piel de tan solo pensarlo.

Pobre chico inocente.

Pero después de aquel encuentro, todos nos habíamos puesto en marcha a cumplir nuestra labores. ¿Cuáles labores preguntaran? Me pregunte lo mismo apenas el idiota anciano con barba de merlín de jorge dijo.

-"¡Bueno! Dejemos al nuevo niño perdido en paz, parece que la boloñesa se ha asustado. ¿Si captaron el chiste?-. Todos rodamos los ojos.

No, el era el único que reía como loco ante su mal chiste.

-Jorge, la pasta a la boloseña es de francia, no de Italia.-. Interrumpio brenda con una sonrisa de lado.

Jorge rueda los ojos molesto, dándose la vuelta como si estuviera haciendo un berrinche mientras miraba incrédulo a brenda.

-¡¿Y Que importa de donde mierda sea?! Italia, Francia, ¡Es lo mismo!-.

-En realidad.-. Trata de hablar Nikolai tímidamente, aun tirado en el suelo con mucho miedo.

-¡Tu callate!-. Lo mira fulminante jorge.

-S-Si señor.-.

-¡Callense todos! Mejor empecemos a trabajar en sus labores, este lugar luce del asco, luce como.-. Quita la mira de nikolai para mirar a thomas de arriba a abajo con una sonrisa burlona.-. Luce como un vagabundo.-.

-¿Disculpa?-. Dio un paso al frente sarten con sus manos en su cintura.- Has dicho, ¿empecemos con nuestras labores? Anciano, acabamos de llegar hace menos de diez minutos, nos encontramos a un niño miado con cara de asustado tirado en el suelo, y por si fuera poco casi muero con una Alice apuntándole con un arma al pobre chico. ¡me voy a volver loco!-.

-Más.-. Agregue mirando hacia otro lado disimulando que había sido yo quien lo había dicho.

Jorge parece no darle mucha importancia a las palabras de sartén y comienza a patear los derrumbes de las paredes que estaban en el suelo.

-Empezaremos limpiando un poco esto, o aunque sea intentarlo, no podemos dormir en un lugar tan asqueroso. Aunque, para ustedes ya debe ser costumbre.-. Nos mira a mi y a los chicos.-. Y ni hablemos del francés.-. Susurra entre dientes mirando con asco el lugar.

𝐃𝐢𝐞 𝐨𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 | Newt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora