NARCOS

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La lancha, con cuatro hombres a bordo, atracó en secreto frente a Farid y Iván. Los cuatro encapuchados llevaban armas y bultos escondidos bajo una lona negra. El más alto movió la mirada hacia Farid e Iván, mientras ajustaba la empuñadura de su metralleta para indicar a Farid que se moviera, Iván asistía a la escena atónita: aquello era tráfico de drogas.


Cuando Farid y Iván terminaron de descargar la lancha, el hombre encapuchado más bajo de todos dijo algo en árabe que Iván no entendió.Iván deseaba salir corriendo de aquella situación. Farid le miraba con una expresión que decía claramente: NI TE MUEVAS.


El narcotraficante más bajito de repente habló en español: —Vais a esconder la mercancía donde os hemos ordenado, ¿ok, rey? Cuando el hombre más alto se quitó la capucha, Iván lo reconoció: era el traficante de drogas y armas más importante del Estrecho de Gibraltar, Adir Bull. Les amenazó y golpeó a Farid, que cayó al suelo empapándose de arena. Antes de subir a la lancha, Abir se dio la vuelta y dijo:—Hemos ganado. Ya no eres el rey, así que te jodes, Majestad.


La lancha negra desapareció en las aguas oscuras del océano.Iván ayudó a Farid a ponerse de pie; la sangre le salía de la nariz. Empezaron a cavar en la arena, escondiendo la mercancía. Iván temblaba todavía del susto.


Cuando acabaron, eran las ocho de la mañana. Por suerte, no había visitantes ni turistas queriendo visitar la playa. Farid le contó toda la historia a Iván. Él era el capo de una organización hacía unos años, pero desgraciadamente, Adir Bull había secuestrado a su prima Fátima. Para rescatarla, Farid tuvo que "regalar su reino" a Bull.

LOS CUENTOS DE SARAHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora