JESSICA Y FLOR

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Cuando Jessica encontró la mirada de la chica que estaba de pie en el umbral, lo primero que captó su atención fueron sus ojos; una mirada intensa de un azul profundo que parecía atravesar su alma. La tez pálida de la chica contrastaba con el resplandor de su cabello recogido en una elegante cola de caballo, cuyo color rubí destellaba con matices rojos bajo la luz del atardecer.


La chica avanzó con determinación hasta el escritorio y extendió la mano hacia Jessica. "Me llamo Flor", anunció con una sonrisa amable. "Me encantaría apuntarme para aprender a montar a caballo", agregó con entusiasmo.


"Pues bienvenida, Flor", respondió Jessica con una sonrisa acogedora. Tomó el papel necesario para rellenar la ficha de inscripción y se lo entregó. "Rellena esto y luego hablamos, ¿de acuerdo?", ofreció con amabilidad antes de dar un paso atrás, dejando espacio para que Flor pudiera completar la información necesaria.


Mientras Flor se concentraba en rellenar el papel, Jessica no podía evitar mirarla de reojo. La coleta de Flor caía suavemente sobre uno de sus hombros al descubierto, mientras que la camiseta que llevaba revelaba unos hombros bonitos gracias a su delicado escote. El ambiente tranquilo de la caballeriza se impregnaba con una sutil tensión, como si el tiempo se detuviera por un instante mientras Jessica observaba con curiosidad y admiración.

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