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La princesa ambiciosa.

"Daría lo que fuera para mantener la corona en mi cabeza"

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"Daría lo que fuera para mantener la corona en mi cabeza"

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Llegamos a Kings Landing, deje a mi dragón en el pozo y me reuní con mi familia para entrar a la fortaleza roja, al bajar del carruaje nadie estaba para recibirnos.

- Pero que insulto- exclame molesta- así reciben a la heredera al trono de hierro y a su familia-

- tranquila hermana- Jace tomo mi mano, a pesar que yo era la mayor, Jace era más alto que yo.

- Me largo- bufé- ¿Vienen?- le pregunté a mis hermanos Jace y Luke.

- si, vamos contigo- Luke fue el primero en correr a mi lado luego le siguió Jace.

- ¿A dónde vamos?- Luke miraba todo con admiración ya que cuando nos fuimos de aquí el era solo un niño pequeño.

- Al campo de entrenamiento-

- ¿Qué haremos ahí?- me miro Jace.

- jugaremos con muñecas y tomaremos el te- dije con una sonrisa en mi rostro y Jace me miro serio por su parte Luke no aguantó la risa-

- Mamá dijo que no puedes agarrar armas Danny- Luke me miro- ¿Lo harás?-

- tomare una espada y un par de dagas, por protección- me encogí de hombros.

- Mamá dijo que las princesas no pueden ser caballeros ni empuñar espadas- Jace me estaba colmando la paciencia, puede que sea mi hermano pero es muy... recto, no le hace daño ni a una mosca.

- si bueno, yo no soy cualquier princesa- llegamos al campo de entrenamiento y nos dirigimos a la mesa donde había un montón de armas- yo seré la que cambié la historia...- lo apunte con la espada- ¿Algo más que quieras agregar Jace?

-n-no... nada- miro con temor la espada.

- bien- sonreí- vamos Luke agarra una espada- Luke las tomaba y miraba con detenimiento yo como dije tome dagas y las oculte en un cinturón que hiba amarrado a mi pierna debajo del vestido.

- ¿Qué sucede?- miro Luke y Jace a unos chicos que estaban peleando.- vamos- Jace tomo a Luke de los hombros y me tomó la mano jalandonos a el ruedo que se había formado.

Eran muy buenos a decir verdad cuando terminaron pude reconocer a Ser.Criston.

- a mejorado mi principe- le dijo a el otro hombre que al ver la falta de ojo reconocí a Aemond.

La delicia del ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora