La delicia del Reino

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Amenazas.

"No se si todavía yo también..."

Todos creían que la amenaza y el miedo eran provenientes de algún rincón de la fortaleza roja pero la verdadera amenaza provenía de las sombras y debajo de las camas.

- rompiendo el ayuno muy temprano sobrina-

- pretendia pasar un momento en paz y a solas...

- lastima que no será así- Aemond estaba empezando a disfrutar de su desayuno cuando yo llegué.

- si que lastima- me senté delante de él mientras los sirvientes servían mi desayuno el me miro con su característica mirada profunda.- ¿Desea compartir algo? O ¿cuál es el motivo de esa mirada?

- nada ¿no puedo ver a mi sobrina?

- lo haces por mucho tiempo lo que lo hace algo incomodo- dije con la verdad es realmente incomodo cuando hace eso tiene cierta costumbre el hacerlo en la mesa.

- lastima. Disfruto hacerlo- susurró lo último pero alcancé a escuchar.

- ¿Vas a hacer algo en particular esta mañana tío?-

- lo mismo de todos los días sobrina ¿deseas ir conmigo?- me dio una pequeña sonrisa. Los niños el día de hoy estarían con Jace así que no hay ningún problema.

- por supuesto tío- le devolví la sonrisa.

- excelente nos vemos en el campo de entrenamiento no tardes- dijo para darme una última mirada y salir de el salón. Tendría que ir a cambiar mis ropas.

Salí lo más rápido posible casi trotando a mis aposentos al llegar tome mi ropa de montar que igual serviría para esto me la coloque haciendo resaltar los colores de mi casa; rojo y negro con unos detalles en dorado.

Me recogí el pelo en una trenza y por último deje dado un beso en la frente de cada uno de mis niños quienes seguían descansando.

Al llegar al patio de entrenamiento ya estaba Aemond ahí practicando unos movimientos con la espada.

- llegaste- se acerco a mí.

- espero no haberte echo esperar

- para nada voy llegando- tomo mi mano y caminamos hacía las armas que había sobre una mesa de madera.- ¿Qué arma prefieres?

- el arco sin duda- sonreí tomándolo y también unas flechas.

- interesante veamos que tan buena puntería tienes- me puse en posición no pude evitar sentirme nerviosa ante su presencia. Aemond con el paso de los años había optado un nueva esencia que ahora tanto la caracteriza como el Targaryen firme y formidable que es ese que impone, causa miedo y terror a quienes osan en confrontarlo y yo no puedo caer más rendida a sus pies.
3 tiros al blanco perfecto.