Anyone; hailey & justin bieber

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'🐩'

CHARLOTTE HARRISON

    Escuchar cantar a Justin Bieber es una cosa maravillosa. Pero hacerlo mientras lo tienes de frente mientras te mira y canta Anyone, una de tus canciones favoritas, es otro nivel que nunca pensé llegar en mi vida.

Y aunque él estaba en el escenario dándolo todo, poniendo a todos a bailar con sus canciones, recordándoles porque Justin Bieber es una leyenda en el mundo de la musica,  se acercó a mi lugar y se aseguró que estuviera cantando junto a él.

— You, if o not you, it's not anyone — cantó, estábamos tan cerca que escuchaba su respiración agitada, podía incluso oler su perfume. Miró a mi lado y vió a su esposa a quien era imposible quitarle la sonrisa del rostro — I gotta tell you, looking back of my Life, you're the only good I've ever done — le cantó ahora a Hailey, las miradas cómplices que ambos se daban y el leve abrazo hicieron que algo en el fondo de mi se retorciera de celos y no se si por Hailey o por Justin, seguro es todo el alcohol que he bebido.

Sin poder aguantar el tumulto de sentimientos que acribillan en mi estómago me excusé con Romee con la escusa de buscar más alcohol

Mi amiga asintió sin darme mucha importancia, ella seguía grabando el mini concierto mientras bebía de su vaso rosado.

Pasé por el grupo de gente amultadas en el segundo piso, bailando y bebiendo como si no hubiera un mañana. Me tomé un segundo para saludar a algunas que me paraban en el camino.

Bajé las escaleras y vi que no había nadie en el primer piso. ¿Quién sería tan estúpido de perderse el concierto de Justin Bieber?
Creo que yo soy la única.

Detallé todo el lugar y una alegría recorrió mi cuerpo completo. Recordar cómo hace horas atrás estaba parada frente a todas esas personas agradeciéndoles por formar parte de mi programa y de mi carrera de alguna manera, para después enseñar mi marca, fue asombroso.

Tomé una de las botellas de agua y decidí salir a fuera a tomar un poco de aire, la verdad es que tanto ruido hace que me duela la cabeza y el alcohol tampoco ayuda mucho.

El patio también estaba vacío, me senté en una de las bancas y aprecié todo el lugar, los farolillos hacían ver el lugar como una escena de una película romántica.

Escuché unos pasos detrás de mi y volteé esperando ver a cualquier persona menos a Hailey. Estaba hermosa hoy, debo decirlo, sus labios rojos combinando con su gran abrigo y su vestido de lentejuelas moradas. Una diosa total. Siempre se lo recordaba cuando eras amigas.

— Supuse que estarías aquí cuando desapareciste — me pidió permiso con la mirada para sentarse a mi lado, asentí lentamente bebiendo de mi agua — La noche estuvo estupenda, felicidades, siempre fue tu sueño.

— Si, tener mi propio programa y mi marca — hablé con ensoñación recordando cuando eramos más jóvenes y me pasaba la noche entera contándole mi aspiraciones — Tú también cumpliste tu sueño — choqué  nuestros hombros en una provocación burlona.

— Creo que sí — suspiró, su vista cayendo en su anillo.

— ¿Crees? — pregunté con mi ceño fruncido — Estás casada con el hombre de tus sueños, tienes una hija hermosa, tienes tú propio negocio, vives la vida que siempre quisiste — enumeré, pero eso pareció no inmutarla, al contrario parece que la hizo sentir peor.

— Fuera perfecta, si estuvieras tú — murmuró lo suficientemente bajo para que yo pudiera pensar que me lo imaginé, pero no fue así — No tengo a mi amiga a mi lado y ella ni es la madrina de mi hija, ni estuvo en su nacimiento y ¿sabes por qué? — no respondí — por mi jodida culpa, por ser una egoísta de mierda. Por eso te perdí y no hay un solo día que no me culpe por ello — lloró como nunca antes la había visto hacerlo. Sin pensarlo dos veces la abracé y ella se escondió en mi pecho — no es justo que yo esté aquí como si fuera la víctima mientras tú me consuelas cuando en todos estos años nunca fui capaz de hacerlo por ti — su voz sonaba amortiguada por mi pecho.