— De alguna manera siempre termino con alguno de ustedes en la madrugada — dije observando el mar frente a nosotros, el sonido de las olas chocando contra la orilla quedando de fondo. El cielo comenzaba a cambiar sus colores a unos más claros indicando que pronto el Sol llegaría — por lo menos esta vez veremos el amanecer.
— No creo que te moleste mucho nuestra presencia — habló Justin a mi derecha, su hamburguesa a medio comer en sus manos — al contrario, creo que la adoras. Reconócelo somos tus favoritos — negué ocultando la sonrisa que se me comenzaba a formar detrás de mi hamburguesa casi acabada.
— Son buena compañía — fue lo único que dije sin darle mucha importancia, Justin empujó mi hombro — ¡Eres un agresivo! — le exclamé, su rostro giró demasiado en mi dirección que tuve miedo de que se haya roto su cuello y antes de lograr procesarlo estaba sobre mi, sus manos sobre mi cintura haciéndome cosquillas sin parar. Una gran carcajada salió de mi.
Miré a mi amiga en busca de ayuda pero la traidora solo se quedó sentada a un lado de nosotros riéndose de como su marido abusaba de mi a base de cosquillas, mi hamburguesa quedando abandonada sobre la arena.
— Discúlpate — demandó el canadiense sobre mi, negué con la cabeza todavía riéndome, mi respiración yendo más rápido— Haz tomado tu decisión — se levantó y me cargó sobre su hombro como si yo fuera un saco de papas, su mano detrás de mis rodillas cuidando que no me cayera. Corrió hacia el mar, solté un grito pero fue demasiado tarde, ya nos había sumergido en el agua y ambos estábamos completamente mojados. Agradecí el no llevar zapatos puestos.
— Estás completamente loco, el agua está helada — todo mi cuerpo tenía temblores, sentía mis huesos comenzar a congelarse, sin duda no es buena idea meterte a bañar en la playa en la madrugada donde no está el Sol para calentar la jodida agua. El canadiense estaba muy sonriente, con su mano llevó para atrás su cabello mojado. Sus tatuajes brillando por el agua sobre ellos y la luz de la Luna.
— Te ves muy bien toda mojada — le lancé agua molesta. Sus manos fueron a parar a mi cintura, su toque sintiéndose caliente aun dentro del agua, me atrajo más hacia su cuerpo — pareces un ciervo recién nacido, todo tembloroso — sus manos no se mantuvieron quietas en su lugar y mientras sus ojos me daban una mirada penetrante, ellas dejaban caricias en la zona haciendo más difícil el no desearlo. Sus labios literalmente me gritan para que los besaran.
— Voy a volver a la orilla, me estoy congelando aquí dentro — señalé el lugar donde la traidora de amiga nos esperaba. Otra vez fui sorprendida por el hombre, me hizo enredar mis piernas alrededor de su cadera, mis manos por instinto pasando por detrás de su cabeza buscando sujetarme para no caer — ¡Justin bájame! — grité sin tener ninguna reacción de él, al contrario siguió caminando.
— Yo te traje, yo te llevo, es la ley del caballero — mencionó.
— Nunca he escuchado sobre esa ley — resignada apoyé mi cabeza sobre su hombro.
— Lo haces ahora y recuerda nunca olvidarla, aunque yo nunca haré que lo hagas —dijo, la decisión sonando en sus palabras — con el tiempo te enseñaré mas leyes.
— Mañana tengo una cena para presentar los nuevos productos de la marca, me gustaría que vinieran conmigo — noté como cada vez nos acercábamos más a la orilla, el volumen del agua disminuyendo poco a poco.
— Sería un placer, Char — su voz ya no era tan suave, ahora era un tono más grave, su piel conservaba el calor que yo carecía.
— Es hora de volver a casa, te irás con nosotros, Char — Hailey anunció recogiendo las pocas cosas que teníamos sobre la arena, con la mirada le pedí al tatuado me bajara no queriendo incomodar a la castaña, él negó mi petición y me mantuvo cautiva entre sus brazos impidiéndome bajar. El agua escurriendo de nuestros cuerpos — Podemos hacer una pijamada aprovechando que Jack se está quedando esta noche en casa de mi madre.
— Yo quería ver el amanecer — un puchero apareció en mis labios. La castaña besó mi mejilla y negó.
— Estás toda mojada, podrías enfermarte, lo mejor sería volver a casa y abrigarte — explicó caminando hacia el carro negro, Justin siguiéndola de cerca — iremos a la nuestra, está mas cerca.
— Todo por tu culpa, Drew — hablé en el oído a Justin que soltó un bufido.
— Lo siento, preciosa. Buscaré la manera de arreglarlo en otro momento.
— Mas te vale.
Por la ventana del carro veía fascina el cielo y los nuevos colores que lo pintaban, el viento frío de la mañana chocando con mi rostro, las gotas de agua salada cayendo de mi pelo con rumbo a mi ropa o al asiento trasero del auto de la pareja. Mi cabeza descansaba sobre el hombro del cantante que se había entretenido masajeando mi caabello con suma tranquilidad a la vez que mantenía una conversación sobre Jack con Hailey conduciendo. De fondo se reproducía una canción cualquiera con un bonito ritmo. El auto se detuvo una vez estacionado dentro del garaje de la casa de los Bieber.
— ¡Vamos, Char! — Justin fue el primero en salir, dio la vuelta hasta llegar a mi lado y abrirme la perta como todo un caballero. Antes de poder poner los pies en el suelo volví a ser cargada esta vez por orden de Hailey. Una mala mirada por parte mía fue hacia ella.
— No me mires así, estás descalza, además Justin hace ejercicio por una razón — dijo entrando a la casa agarrando mis sandalias y otras cosas que llevamos para la playa.
— Ustedes son increíbles — hablé sobre el hombro del tatuado. La casa totalmente ordenada, eso si no contamos los peluches que te encontrabas de vez en cuando, que mas que desorden parecía decoración de la casa, una que Justin pondría si tenemos en cuenta su estilo.
— Lo sabemos, no es necesario que nos lo recuerdes tanto, princesa — un beso sobre mi frente por su parte detuvo mi respiración incluso los latidos de mi corazón — por cierto, ¿Cuál es tu flor favorita? — su pregunta me tomó por sorpresa dejándome pensando por unos segundos que él aprovechó para llevarme hasta el baño.
— Me gustan los tulipanes, pero las lavandas también son muy lindas — mencioné todavía pensando en otras flores que haya visto y me hayan gustado.
— Está bien — me dejó sentada sobre el lavamanos — Hails no demorará en traerte algo de ropa así que te dejaré aquí para ir a cambiarme tambien.
Antes de que saliera del baño, lo llamé, una de sus manos sobre la manilla de la puerta — Gracias por todo, de verdad fue muy divertido — una sonrisa sincera apareciendo en su rostro.
— Soy un caballero, Char y siempre te lo demostraré.
Disculpen la demora, mi país está en un apagón masivo, nadie tiene electricidad, ni siquiera sé si este capítulo se pueda publicar. No está editado pero ustedes merecen que lo publique.
70 🌟 y 15💬 para desbloquear capitulo del próximo viernes

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Anyone; hailey & justin bieber
Fanfiction🦢✧˚ · .- 𝐚𝐧𝐲𝐨𝐧𝐞 by justin bieber ¿Qué pasaría si Charlotte se encuentra con una vieja amiga y los sentimientos que habían reviven? ... ¿Qué tal si Hailey estuviera esperando encontrarse a Charlotte para tener más que una amistad? ... ¿Y...