No podía concentrarme en la clase.
No podía dejar de mirar de reojo el golpe que Mike llevaba en su mejilla. Cuando vino hasta mí para disculparse por su actitud del otro día lo había notado, pero no pensé que estaba tan mal ahora que me había dejado observar más a detalle.
La piel de su mejilla era totalmente diferente a su piel normal, pálida, en cambio la piel del golpe estaba rojiza.
Me causaba dolor físico tan solo verla.
Algo en mi se tranquilizó cuando me explicó que se lo había hecho porque se había caído de la cama, pero podía sentir que algo andaba mal y que estaba probablemente mintiéndome.
Lo supe por la manera en la que respondió a mis preguntas, como si quisiera decir exactamente lo que yo quería escuchar. También lo supe por las vibraciones de su pie debajo de la mesa y por cómo apretaba los puños. Estaba nervioso pero no quería demostrarlo.
Quise hacerle más preguntas pero me limité a mi misma. No éramos tan cercanos como para compartir ese tipo de cosas, no éramos siquiera amigos por lo que lo incomodaría.
La maestra de Química estaba hablando sobre algo de los estados de los líquidos pero yo no podía prestar atención.
Mike, por su parte, pretendía escuchar a la maestra pero en su cuaderno no había ningún apunte y constantemente cabeceaba y se movía mucho.
Después de un tiempo, encontró una posición cómoda. Se recargó en la mesa sobre un brazo como si estuviera durmiendo. Solo que sus ojos no estaban cerrados.
Estaban abiertos. Y me estaban mirando a mi.
Podía sentir sus ojos recorriendo cada parte de mi rostro. Mis cejas, mis ojos, mi nariz, mi boca...
Eso es imposible, me dije a mi misma, avergonzada por lo que acaba de pensar.
Sentí la piel de mi cuello calentarse y deseé con todas mis fuerzas que él no lo notara.
Mike suspiró, un sonido grave y pesado, y cerró los ojos. Los cerró durante tanto tiempo que pensé que estaba dormido, esta vez de verdad.
-¿Mike? - lo llamé al ver que no se movía ni emitía ruido alguno.
No respondió. Me puse nerviosa y me mordí las uñas de los dedos como usualmente hacía cuando me sentía así.
¿Ahora qué hago?, me pregunté. No podía dejarlo dormirse, eso sería fallar como tutora y si la maestra lo descubría me reemplazaría por alguien mejor. El poco avance que Mike había logrado se destruiría y todo por mi culpa.
No, no, no, no podía dejar que eso pasara.
Tomé aire y cuidadosamente tomé la tela de su sudadera de un brazo y la jalé.
-¿Mike? - lo volví a llamar - no puedes quedarte dormido, ¿me escuchas?
Al escucharme, las comisuras de su boca se elevaron, mostrándome una de sus sonrisas traviesas. Después abrió los ojos y soltó una pequeña risita.
Con que me estaba engañando, pensé.
-¿Por qué te preocupas tanto por mi? - preguntó con una sonrisa aún más grande.
Tenía una sonrisa muy bonita.
Fruncí el ceño y bajé la vista a mi cuaderno, molesta. Tomé el lápiz y fingí tomar apuntes.
Mike pareció darse cuenta de mi molestia por lo que se enderezó sobre su asiento y se acercó a mi.
-¿Te molesté? - preguntó como si fuera un niño al que lo habían regañado - perdón.
![](https://img.wattpad.com/cover/371019949-288-k606511.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El pensamiento de ti
RomanceMónica Kelsey es una chica tranquila y dedicada a sus estudios, conocida por ser una excelente alumna de bachillerato. A pesar de su vida aparentemente normal, Mónica guarda un doloroso secreto: su madre está enferma de cáncer, un hecho que la consu...