Capítulo 16: Mónica

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Las clases terminaron y Elli me acompañó hasta la salida. Caminamos un poco por el parque que se encontraba cerca del hospital en el que mi mamá estaba.

¿Cómo se sentiría? Seguramente estaba adolorida y acostumbrándose a su nuevo tratamiento. Esperaba con todas las fuerzas de mi corazón que pudiera soportarlo.

Un peso invisible parecía instalarse en mi pecho cada vez que pensaba en ella, como si cada respiración me recordara lo frágil que era todo.

Como si Elli pudiera leer mis pensamientos me preguntó sobre mi madre. Ella sabía que era un tema delicado y sensible para mí pero sin embargo, con ella podía platicar sobre eso sin llorar. Con ella nunca me sentía incómoda y me alegraba saber que estaba dispuesta a escucharme.

-Pues los médicos decidieron que necesitaba otro tipo de tratamiento para comenzar a tratar mejor el cáncer en sus huesos - le expliqué, recordando la conversación breve que había tenido con la enfermera el día anterior.

-¿Y cómo lo está llevando? - me preguntó con suavidad, siempre cuidando sus palabras.

-Aún no lo sé, no la he ido a visitar todavía pero seguro que mi tía me dará las noticias cuando vuelva a casa. Pero realmente espero que esté bien.

Asintió mientras ataba su cabello rubio en un elegante moño.

-¿Y tú? - me preguntó mirándome con dulzura con sus bellos ojos azules que eran del mismo color que el cielo - ¿Cómo lo estás llevando?

Bajé la mirada y tardé un poco en darle una respuesta. ¿Cómo lo estaba llevando yo? Sinceramente, con todas las cosas que habían pasado últimamente, no sabía descifrar cómo me sentía.

-Yo...- me mordí el labio y dudé un momento pero decidí ser sincera con ella sobre mis sentimientos - la verdad no lo sé. Han pasado muchas cosas y no sé qué hacer.

Elli hizo que nos detuvieramos para darme un abrazo. No fue un abrazo por lástima ni por pena, sino un abrazo para hacerme sentir mejor. Recargué mi mejilla en su hombro y la apreté con más fuerza.

Ninguna dijo nada por los siguientes silenciosos segundos en los que solamente se podían escuchar los graznidos de los pájaros pero ese simple contacto físico me había ayudado a acomodar el caos en mi mente.

El abrazo acabó y me aparté un poco para mirarla a la cara. Elli era más que una mejor amiga, era una hermana. Me recordó a la vez que me defendió en primaria, cuando los demás se reían de mis pecas. Ella siempre ha sido así: fuerte por mí cuando yo no podía serlo.

-Sabes que siempre voy a estar para tí - me dijo con emoción notable en su voz, tomándome de las manos - y también sabes que siempre seré el hombro en el que puedes llorar. Y también sabes que te ayudaré en todo en lo que sea capaz, sin duda te lo debo por todo lo que has hecho por mí.

Asentí y le dí un apretón. No importaba cuánto tiempo pasará, la vida nunca me haría alejarme de Elli. Y si alguna vez lo intentaba, sabía desde lo profundo de mi ser, que siempre encontraríamos el camino para volver la una a la otra.

-Gracias.

Me dedicó una sonrisa cariñosa y al cabo de unos momentos nos despedimos. Ella se fue caminando hacia la parada del autobús y cuando este llegó por ella, volví a despedirme con la mano mientras nos decíamos adiós.

Cuando estuve completamente sola, saqué el papel con la dirección de Mike que me había entregado Bryan y me dispuse a leerlo. Sin duda era un lugar que nunca había visitado. Supuse que mi tía aún no estaba en casa así que le mandé un mensaje diciéndole que llegaría un poco tarde porque iría a la casa de un amigo. Su respuesta llegó unos minutos después diciéndome que estaba bien y que me cuidara.

El pensamiento de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora