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ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔖𝔢𝔵𝔱𝔬
"Siglos de diferencia"

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'Gracias a Illúvatar por la medicina élfica' una joven humana pensó, sintiendo un alivio inmediato mientras se tomaba el té que su madre le había preparado debido al terrible dolor de cabeza con el que había despertado. Las palabras de su viejo padre resonaron en su cabeza:

"Recuerda, _______, nunca te emociones bebiendo. La mañana siguiente solo te arrepentirás."

Cuánta razón tenía.

En fin, su pasado malestar finalmente se disolvió por completo al terminarse el té, la taza ahora solo tenía los restos de las hojas reposando en el fondo de porcelana. Agradeció a su madre por el remedio y salió de su casa, el palacio siendo su destino como siempre.

Ignoró las quejas de su tardía por parte de Lady Arthiel al llegar, simplemente dirigiéndose al sótano y llenando un jarrón con vino para llevárselo a su majestad. La rutina era tal que podría hacerla con los ojos cerrados, y en un santiamén ya estaba de nuevo vagando por el pasillo, preguntándose qué hacer con el tiempo libre que tenía.

No podía buscar a Legolas, sabía que a esas horas debía estar en sus lecciones que como príncipe cada día debía tomar para llegar a ser rey algún día. Era un día agradable, el sol brillaba con fuerza y hacía que la nieve que cubría el césped, árboles y techos resplandeciera y encandilara con un destello singular.

Pensando que con un clima tan agradable la biblioteca no estaría tan espeluznante como la última vez, quizás esta vez encontraría algo para leer mientras mataba el tiempo. Decidida, sus pies la guiaron hacia la biblioteca, en cuyas puertas esta vez sí habían guardias a cada lado.

Reconociéndola, la dejaron pasar sin cuestionamiento alguno. De todas formas era solo una humana, no había mucho que pudiera hacer ahí adentro.

Como sospechaba, la biblioteca aquel día se veía mucho más acogedora. La luz del sol entraba fácilmente por los ventanales, iluminando los libros y las estanterías. Ciertos rayos de sol permitían ver incluso las partículas de polvo que flotaban alrededor, y ésta vez, el techo de la biblioteca era visible. ______ notó muchos más detalles que la última vez, así como las plantas que crecían alrededor de las columnas, los detalles en oro que cada libro tenía, e incluso la pintura de un amanecer nublado en todo el cielo raso.

Se quedó maravillada con tantos detalles, y solo bajó la mirada cuando el cuello comenzó a dolerle de tanto torcerlo. Con un suspiro, comenzó a buscar por la biblioteca algo que despertara su interés. Tal vez algún cuento de hadas o leyenda la satisfaría. Sus dedos rozaron delicadamente sobre cada lomo de cada libro. La mayoría trataban de asuntos de conocimiento, medicina, ciencia y astronomía.

Un título en particular llamó su atención, a pesar de no tener nada que ver con sus intereses iniciales.

"Historia de la Monarquía del Bosque Verde"

En cualquier otra ocasión el libro no habría llamado en absoluto su atención, lo que despertó su curiosidad era que el libro era extrañamente pequeño y angosto, con apenas algunas cuantas páginas cuya suma no pasaba de las treinta. Además de eso, le extrañó que se le llamara "Bosque Verde" a su hogar, desde siempre había pensado que se le llamaba "Bosque Negro".

Curiosa y confundida, ________ tomó el libro en sus manos, no sorprendiéndose ante lo ligero que era. Soplando la fina capa de polvo que se había acumulado encima, caminó hasta una banca junto a una ventana y se sentó, no perdiendo tiempo en abrir el libro.

 𝙏𝙝𝙚 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙙 𝙈𝙚 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora