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"Tentación"╔══ஓ๑🌿๑ஓ══╗
Saliendo de la enfermería, ________ podía escuchar los latidos de su propio corazón retumbando en sus oídos. No podía escuchar otra cosa; las voces, el cantar de los pajaritos, y el agua de las cascadas se habían transformado en un ruido distante y apagado, obstruido por los nervios y confusión de la humana.
Se llevó una mano al cabello mientras se lo peinaba, aclarando su garganta al ver a algunos guardias pasar ante ella. Sus labios estaban partido levemente, y de su boca solo salían exhalaciones que evidenciaban el desenfreno en su interior.
Nuevamente las tareas que lady Arthiel le había asignado quedaron olvidadas en el más recóndito rincón de su mente, y queriendo nada más que la comprensión de alguien que podría responder sus dudas, se fue a casa.
Al llegar, su madre abrió la puerta con el ceño fruncido. Sus labios se abrieron, listos para dejar salir un buen regaño por no haber llegado a dormir la noche anterior, pero sus intenciones se vieron interrumpidas por la manera en que su hija se lanzó a sus brazos y la abrazó como si de nuevo fuera una niñita que busca consuelo luego de haberse caído y raspado las rodillas.
En aquel momento la molestia y el enojo de la madre se desvanecieron, derritiéndose como un como de nieve expuesto al sol de verano. El instinto maternal de ayudar a su pequeña la llenó por completo, por lo que devolviendo el abrazo, dejó pasar a la mortal y cerró la puerta suavemente.
Las miles de preguntas que moría por hacer tuvieron que esperar, apurándose a preparar algo de té para que su hija se calmara. Estaba tan pálida, tan fría al tacto, sus cejas estaban fruncidas en una manera que solo delataba su angustia.
-Dime, mi niña- suspiró la elfa, sentándose a la mesa junto a su hija y tomándola del mentón para mirarla a los ojos cristalinos -¿Qué ocurre? ¿Lady Arthiel te trató mal? ¿Alguien te ha insultado?
-No, nana- suspiró la mortal, con apenas un hilo de voz saliendo de su garganta.
-¿El rey se molestó contigo?
Esta vez, ________ negó con su cabeza.
-Entonces tiene que ver con el príncipe.- adivinó la elfa con un suspiro, a lo que _______ la miró con mucha vergüenza y asombro, eventualmente resignándose a asentir lentamente como un perrito regañado.
-No sé por qué tenía que ser él- admitió débilmente, sus mejillas tintándose de un intenso color carmesí.
-Oh- la mayor alzó sus cejas.
-Su presencia es asfixiante, nana, ya no lo soporto- la mortal se echó a llorar, dejando su rostro caer entre sus brazos plegados sobre la mesa.
-Así que de eso se trata... sabía que este día llegaría tarde o temprano- la elfa dijo, más para sí misma, recordando las palabras de su esposo cada vez que hablaban del tema. Él habría sabido exactamente qué decir, pero ella ahora se encontraba sin habla, incapaz de hacer algo más que frotar círculos en la espalda de su hija -¿Quieres... hablar de eso?
La cabeza enterrada de la mortal solo se sacudió en rotunda negación. No podía simplemente admitir frente a su madre que había mirado al príncipe con unos ojos mucho más que amorosos, no podía ni siquiera llegar a un acuerdo consigo misma de que ese enamoramiento suyo iba de mal en peor. El recuerdo de la piel de Legolas debajo de su toque había quedado impregnado en ella, y solo podía imaginarse yendo más allá... que los Valar la perdonen por pensar tales cosas.
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𝙏𝙝𝙚 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙙 𝙈𝙚 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠ
Fanfiction𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐂𝐔𝐀𝐋... Todos conocen el reino del Bosque Negro, sus habilidades para el comercio y las leyendas que lo rodean, y ciertamente todos conocen a la familia real, pero, ¿qué pasa cuando una humana llega a trabajar al palacio, solo para cae...