𝙏𝙝𝙚 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙙 𝙈𝙚 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠ

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ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇é𝔠𝔦𝔪𝔬
"Pasadizo secreto"

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-¿Qué?- cuestionó la humana, a pesar de haber escuchado a la perfección las palabras que habían salido de la boca del príncipe hace apenas segundos.

-Quédate esta noche- repitió Legolas, se le veía firme y convencido de lo que quería, a pesar de estar tan obviamente nervioso.

-Legolas, mi madre debe estarme esperando, además, no quiero meterlo en problemas con...

-Por favor, _______, te lo suplico- rogó, no habría parecido tan desesperado de no ser por aquella mirada tan triste -Al menos por hoy no quisiera estar solo.

Después de escuchar algo así, ¿cómo rayos podría negarse?

-De acuerdo- suspiró ella. En aquel momento solo los Valar le dieron la fuerza para aparentar estar calmada y serena -Espero que mi madre no se preocupe demasiado.

-Yo mismo me encargaré de explicarle todo mañana- prometió Legolas con una nueva sonrisa triunfal, todo mientras volvía a tomar la mano de la humana y la guiaba a quien sabe dónde. ¿Hace cuánto que había planeado aquello? -Tolo ar nîn.

-¿Mas anirach baded?

-Ya lo verás, estelio nîn.

________ no se atrevió a hacer alguna pregunta más, resignándose a dejarse guiar por aquel príncipe. Su mano se sentía tan cálida, aferrada a la suya, rehusándose a dejarla ir. Se adentraron cada vez más al palacio, pasando debajo de los salones iluminados eternamente con la luz de las estrellas.

Pasaron por un pequeño pasadizo debajo de las fuentes alumbradas que decoraban la entrada al salón del trono, Legolas parecía saber muy bien a dónde iba, _______, sin embargo, estaba asombrada con aquel pasadizo secreto. Usó sus manos para escudar su rostro de las gotas que el choque del agua de las cataratas con las rocas provocaba, su cabello llenándose de pequeñas gotitas semejantes al rocío de la mañana que se adhieren a una telaraña y resplandecen con el sol.

Siguió al príncipe hasta una pequeña escalera, cuyas gradas tuvo que tantear debido a la repentina oscuridad que había detrás de la pared acuática. Sintió las manos del príncipe en su cintura, alzándola sin esfuerzo alguno y posicionando sus pies en las gradas para incitarla a subir, cosa que no tardó en hacer.

Luego de subir un rato, finalmente se manifestó un poco de luz sobre sus cabezas. Destellaba muchísimo, y era casi cegadora, y extrañamente, incluso titilaba.

Aquella revelación la motivó a subir más rápido, agarrándose de las paredes rocosas a su alrededor. Finalmente llegó a la cima, y se encontró a sí misma en una especie de quiosco externo al palacio. La cúpula estaba hecha de madera entrelazada entre sí, y el suelo era de piedra y mármol. Era la perfecta mezcla entre naturaleza y elegancia.

________ caminó lentamente alrededor, admirando con labios partidos el precioso quiosco blanco, del cual colgaban flores moradas y celestes. Podían verse perfectamente las constelaciones desde la altura en la que estaban, cada una rodeada de estrellas y nebulosas. Poco sabía que con la misma admiración, Legolas la observaba a ella.

-Mellon, ¿qué es este lugar?

-Lo llamo mi escape de la realidad- suspiró con una sonrisa -Lo construí específicamente para cuando me siento abrumado con todo lo que ocurre en el palacio, si necesito un respiro vengo aquí. Nadie más conoce este lugar, solamente tú.

-¿Usted lo construyó?- cuestionó la humana con una risilla incrédula. Sintiéndose tan en confianza, se atrevió a acercarse al príncipe y tomó sus manos. Las suaves yemas de sus dedos rozaron con la inesperada dureza de las palmas del príncipe. Se veían tan tersas, pero eran tan ásperas al más ligero tacto, las evidencias del trabajo se esparcían por todas sus manos -¿Hay algo que su alteza no haga bien?

-Supongo que vivir tantos años ayuda a aprender muchas cosas, así como sufrir otras.

-Veo que algo lo preocupa- notó _______, no soltando las manos de Legolas mientras lo llevaba a sentarse en la banca a su lado -¿Qué ocurre?

-Hay rumores de una tropa de orcos que ha estado merodeando muy cerca de las fronteras- suspiró el príncipe, dejando que sus hombros se cayeran -Mañana por la mañana iremos a averiguar qué traman. Lo más probable es que se forme una batalla.

-¿Una batalla?- repitió la mortal, sus ojos adheridos al elfo con mucha preocupación. No le agradaba la idea de que tuviera que ir a una batalla, a pesar de lo ágil que era -¿Por qué me estoy enterando de esto hasta ahora?

-No quería preocuparte.

-¿Cómo no me voy a preocupar? No quisiera que usted saliera herido.

-_________- Legolas rió por un momento, cerrando sus párpados y dejando que su pecho se contrajera cada vez que tomaba aire -Los orcos no son un problema para mí, tengo suficiente experiencia. No son nada nuevo.

-Ay, pero qué modesto.- la humana cruzó sus brazos -Le recuerdo que los orcos de inteligencia no tienen un pelo, pero se multiplican como una plaga. No me preocupa que sean más habilidosos que ustedes, me preocupa que los superen en número.

-La batalla ni siquiera es segura aún, solo iremos a investigar. Podría tratarse de nada importante y todo saldrá bien.

-Eso espero.

-Oye, _______.

-¿Hm?

-Gracias por ayudarme hoy, y por haber accedido a venir conmigo.- murmuró el príncipe, a los que ________ le dedicó una sonrisa que expresó lo suficiente.

El silencio que cayó sobre ambos no fue uno de incomodidad, de esos en los que las palmas sudan y el corazón palpita nervioso al no saber qué hacer o decir. Pensamientos así nunca invadían al elfo y la humana cuando estaban juntos, las cosas simplemente... surgían.

La canción de los ríos y el caer constante del agua de las fuentes de alguna manera los arrulló, y por lo menos _________ ni siquiera notó en qué momento había recostado su cabeza en el hombro de Legolas y cerrado sus párpados, solo para caer inmediatamente en los brazos de Morfeo.

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TRADUCCIONES

"Tolo ar nîn" -> Ven conmigo
"¿Mas anirach baded?" -> ¿A dónde quieres ir?
"Estelio nîn" -> Confía en mi
"Mellon" -> Amigo