ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔘𝔫𝔡é𝔠𝔦𝔪𝔬
"Heridas"╔══ஓ๑🌿๑ஓ══╗
Un frío repentino recorrió los hombros de la humana, hojas secas se movían con la brisa y se acumulaban debajo de sus pies. Los pajaritos madrugadores le avisaban que ya era hora de despertar, y sobre todo los rayos de sol metiéndose por la cúpula del quiosco obligaron a su párpados a abrirse.
________ se levantó, encontrándose sola en la banca de aquel quiosco. No había rastro alguno del príncipe más allá de la capa que había dejado sobre los hombros de la humana, la cual se deslizó de su cuerpo al instante de erguir su espalda adolorida.
La noche anterior se sentía como un recuerdo tan lejano y ajeno, como si sus conversaciones con el príncipe y el haber dormido a su lado hubiera sido solamente un sueño. Lo único que podía confirmarle que todo había pasado como lo recordaba era que seguía en aquel mágico lugar que Legolas le había mostrado, y suspirando en su trance de enamoramiento y sonrojo, abrazó la capa e inhaló su aroma. Olía indiscutiblemente a él, a eucalipto, vainilla y menta.
La mortal ahuyentó el sueño de sus ojos, frotando sus párpados y bostezando. Aún era temprano, dedujo por la posición del sol, pero aún así decidió que lo mejor era irse del lugar antes de que alguien la viera escabulléndose por el palacio y fuera a pensar de más.
A esas horas el rey ya debería estar en el comedor, esperando que se le sirviera du desayuno junto con su indispensable copa de vino tinto. _________ no esperó a que lady Arthiel llegara para regañarla, y sin vacilación alguna se dirigió a la bodega, llenó su cántaro, y se dirigió al comedor.
-Le abdollen- le dijo uno de los guardias cuando llegó a la puerta del comedor.
-Iston- suspiró la humana, impacientemente dándole golpecitos al suelo con su pie mientras la puerta se abría para ella.
Ante ella se encontraba una larga mesa rectangular, varias filas de sillas estaban a cada lado, y en la cabecera, en aquel remoto extremo de la mesa, estaba el rey Thranduil. Se le veía, como siempre, inexpresivo, apenas y abriendo sus labios para llevar su tenedor a la boca.
-Hir nîn- _________ hizo una reverencia una vez que estuvo cerca, no esperando una respuesta del rey para comenzar a servir vino en la copa de oro que reposaba vacía.
Los ojos de la humana se desviaron al asiento en el que a veces Legolas estaba sentado, que era dos sillas a la derecha de Thranduil. Estaba vacía, ni siquiera había un plato puesto en el lugar. _________ suspiró, esperando que estuviera yéndole bien en aquella batalla.
-Puedes retirarte- murmuró Thranduil, después de observar las acciones de la humana por un rato con el ceño fruncido. _________ se disculpó rápidamente, y con una última reverencia, salió del comedor.
Afuera se encontró con Lady Arthiel. Apenas tener que verla a esas horas de la mañana obligó a la mortal a suspirar, y rodar sus ojos internamente. Sabía bien lo que le esperaba cada vez que cruzaba palabras con la malhumorada administradora en jefe.
Y es que hacía poco que Lady Arthiel había decidido que ________ tenía muy pocas responsabilidades en el palacio, y ahora había adoptado la costumbre de hacerla ocuparse de tareas que no le correspondían, desde limpiar ventanas hasta doblar la ropa de cama. Era por eso que estaba tan enojada, porque la humana se le había escapado la noche anterior, y había dejado un sin fin de tareas inconclusas.
-¿Se puede saber en dónde estabas anoche? Te dije específicamente que necesitaba que te ocuparas de los platos sucios y cuando volví ¡había una montaña de trastes sin hacer!- exhortaba la elfa, sus orejas poniéndose rojas mientras dejaba salir toda su amargura como si del veneno de una serpiente se tratara.
ESTÁS LEYENDO
𝙏𝙝𝙚 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙙 𝙈𝙚 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠ
Fanfiction𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐂𝐔𝐀𝐋... Todos conocen el reino del Bosque Negro, sus habilidades para el comercio y las leyendas que lo rodean, y ciertamente todos conocen a la familia real, pero, ¿qué pasa cuando una humana llega a trabajar al palacio, solo para cae...