ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇𝔢𝔠𝔦𝔪𝔬𝔱𝔢𝔯𝔠𝔢𝔯𝔬
"La propuesta"╔══ஓ๑🌿๑ஓ══╗
________ se aferró a su estado de somnolencia, abrazando su almohada y cubriéndose por completo con su cobija para ignorar los rayos de sol que inevitablemente entraban por su ventana. Estaba soñando demasiado a gusto, su subconsciente repasando los maravillosos eventos de la noche anterior, de los cuales no quería desprenderse aún.
Labios sabor miel impregnaban su memoria, manos gentiles en su cabello y cintura la hacían ruborizar incluso ahora. Lo único que podía motivarla a dejar sus cobijas era la seguridad de que en el palacio estaría Legolas esperando. La emoción no cabía dentro de su cuerpo, y no tardó en bañarse y vestirse.
Ya en el palacio, ignoró los regaños de Lady Arthiel por sus recientes ausencias. Tanto la elfa como los demás que la rodeaban no tardaron en notar que algo le pasaba, pues tarareaba en todo momento y se guiaba por el palacio con una ligereza de pies inmensa, como si el suelo que pisaba fuera una nube.
Incluso mientras inclinaba su cántaro sobre la copa dorada del rey, allá en el salón del trono que usualmente la intimidaba, no podía contener su lengua de tararear dulcemente. Ignoró la extraña mirada que Thranduil le lanzó, pero éste se vio incapaz de ordenarle silencio. Había algo en su voz que era agradable al escuchar, tan apacible que no quiso que terminara la melodía.
Había una magia en aquella voz, la magia que solo puede provocar un sentimiento pleno y sincero, de esos que se cantan con todo el corazón. Thranduil no lo admitiría jamás, pero incluso después de que la humana se retirara del salón, la melodía había quedado atascada en su cabeza, y hasta de encontró a sí mismo tarareándola.
Las puertas del salón volvieron a abrirse, revelando al príncipe del Bosque Negro, quien entró con una gran sonrisa mientras escondía algo detrás de su espalda. Analizó el salón, pero no pareció hallar lo que buscaba.
-Goheno nîn, hir. Me he equivocado- se disculpó prontamente, dándose la vuelta para salir como si jamás hubiera irrumpido.
-Si es a _______ a quien buscas te informo que ya estuvo aquí, y acaba de irse.- habló Thranduil desde su trono con una ceja alzada -Dudo que esas flores que te esfuerzas por ocultar sean para mí.
-De acuerdo, con su permiso- una vez más Legolas trató de irse, no deseando estar en la presencia de su padre, no cuando tenía algo mucho más emocionante por hacer. Se dio la vuelta y posicionó su mano en la manija de la puerta, listo para torcerla, pero la voz del rey lo volvió a interrumpir.
-La vi muy extraña hoy. Cantando y tarareando, haciéndolo todo por puro instinto y apenas notando la presencia de quienes la rodean- comentó, el tono tan sarcástico ya familiar para el príncipe destilaba de sus labios en cantidades exageradas -Supongo que tú no tendrás nada que ver con eso, ¿o si?
Legolas permaneció en silencio por un momento, buscando la manera más apropiada de responderle a su padre. Aún no era el momento de confesarle que se había enamorado de la humana. No pudo evitar la sonrisa que se manifestó en su rostro por sí misma, imaginándose a su _________ cantando por todo el pasillo.
-No sabría responder eso, aran nîn- dijo finalmente, alzando sus cejas como si retara a su padre. No le permitió decir palabra más, finalmente saliendo del salón del trono y dejando a un Thranduil molesto en su silla real.
-----🌿-----
Mientras _________ desempolvaba unas estanterías por orden de lady Arthiel, un par de manos se deslizaron como por arte de magia alrededor de su cintura. El príncipe y la humana estaban una vez más en la biblioteca, a solas, a merced de lo que les depararan las circunstancias como muchas otras veces.
ESTÁS LEYENDO
𝙏𝙝𝙚 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙙 𝙈𝙚 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠ
Fanfiction𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐂𝐔𝐀𝐋... Todos conocen el reino del Bosque Negro, sus habilidades para el comercio y las leyendas que lo rodean, y ciertamente todos conocen a la familia real, pero, ¿qué pasa cuando una humana llega a trabajar al palacio, solo para cae...