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ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇𝔢𝔠𝔦𝔪𝔬𝔰𝔢𝔵𝔱𝔬
"No más palabras"

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Allí estaba ________, en el lugar secreto que Legolas le había mostrado, ese mismo príncipe que en aquellos instantes era la razón por la cual lloraba y abrazaba sus rodillas, incapaz de disfrutar de la belleza del quiosco.

No solo le dolía el hecho de que la había negado ante el rey, luego de prometer que no le importaba si se enfurecía o no. Su mente jugaba trucos crueles con ella, convenciéndola de todo tipo de cosas horribles que solo podían tener sentido en un momento de vulnerabilidad como aquel. ¿Y si Legolas solo fingió amarla para zafarse de las amenazas de su padre? ¿Y si en realidad nunca estuvo enamorado y se encapricha con aquella perfecta princesa?

________ era consciente de que nunca había estado a la altura de un elfo en cuanto a belleza de refiere, ni siquiera entre los humanos hubiera sido considerada una maravilla. Esa tal... "Krelia" tenía todo lo que ella había deseado desde su adolescencia, ¿cómo a Legolas no le habría de gustar?

Los celos no eran un sentimiento agradable, mucho menos cuando se los experimenta por primera vez. Los celos hacen oídos sordos a la razón, ojos ciegos a la verdad por más clara que esté, debilitan al cuerpo y lo drenan, reemplazando todo recuerdo feliz por una hipótesis colérica.

En aquel desenfreno de emociones, todas mixtas y confusas, alguien más llegó a su escondite, la única otra persona que conocía de su existencia.

-________, te he estado buscando por todos lados- la voz de aquel a quien no deseaba ver por el momento habló. -¿Qué haces aquí?

-Esperaba que te tardaras un poco más en encontrarme...- murmuró ________ para sí, internamente rodando los ojos mientras aquel príncipe se acercaba, jadeando visiblemente, como si hubiese estado corriendo -¿No tienes que estar allá, socializando con tu futura esposa?

-Tu eres mi futura esposa- dijo él, su voz suave y suplicante, ojos celestes titilando con indiscutible honestidad que ella se rehusaba a reconocer -No sé quién sea esa chica, pero te juro que todo esto lo planeó mi padre, yo no tengo nada que ver con esto.

-Dices que no tienes nada que ver, pero sabías bien que Thranduil te encontraría una esposa eventualmente- respondió la humana, sus mejillas rojas pero no por las razones de siempre, estaba iracunda, furiosa -¿Cómo sé que todo esto de casarte conmigo no fue solo una maquinación tuya para evadir las amenazas del rey? ¿Qué diferencia hay en casarte conmigo o con esa princesa?

Legolas pareció sorprenderse ante tal acusación, ________ incluso notó cómo las puntas de sus orejas se bajaban apenas un poco, un descenso casi irreconocible si no fuera porque lo conocía tan bien.

-Meleth, ¿tan bajo piensas de mí?- cuestionó, su tono como herido.

No, ________ sabía que Legolas no tenía un gramo de crueldad en su alma, en su cuerpo no cabía un solo hueso perverso, era una criatura demasiado bondadosa. Aún así, su mente la convencía de cosas completamente diferentes, cosas que hacían burbujear su enojo y no hacían más que provocarle ganas de gritarle hasta de lo que se iba a morir, aunque esa no fuera ni siquiera una posibilidad.

-No has respondido.

-No- se apresuró a decir, sus manos alzándose para tomarla de los hombros pero ella se apartó bruscamente -Claro que no. Si tú no hubieras aparecido en mi vida probablemente no me importaría que el rey hiciera y deshiciera de mi vida como le complaciese, pero ahora me rehúso a dejarlo apartarte de mí.

 𝙏𝙝𝙚 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙙 𝙈𝙚 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora