"El odio que das."
El odio que una persona puede guardarle a otra solo por un pasado que ni siquiera es el suyo, algunas veces resulta ser, tremendamente inquietante.
Es un año el que Thomas lleva trabajando en una tienda de abarrotes, una de las más grandes y conocidas de la ciudad. Él se encarga de la caja y de la limpieza cuando hace falta. El sueldo no es mucho, pero no podría esperar más, pues sin tener la mayoría de edad no cuenta con otras opciones de trabajo.
Josué Caldera es el hijo del dueño de la tienda, así como también el responsable de que Thomas viva en estrés cada día en el trabajo. Como todos, él sabe del pasado de Esteban, y por supuesto, eso ha sido el detonante para que odie y fastidie a Thomas cada que puede y quiere. Él haría cualquier cosa por verlo mal, por hacer aún más estresantes sus días, ya que ver mal a Thomas, lo hace sentir bien a él, es como si tratarlo mal fuera una tarea diaria de Josué, en la que siempre obtendría diez.
Y este día, seguro que lo haría.
—¿Qué es esto? —Josué se dirigió a Thomas con unos tickets de recibo en las manos.
—Son los tickets de los productos que llegaron hoy —respondió Thomas, sin voltear a verlo.
—Deja la maldita escoba y mírame —le exigió y Thomas lo miró acto seguido.
—No quiero volver a ver esto fuera de su lugar, ¿te cuesta tanto trabajo guardarlos?
—Tranquilízate, Josué. Son solo tres tickets y si no lo hice fue porque lo olvidé —Thomas siempre intentaba ser lo más pacifico posible con Josué, pues no podía poner en riesgo su trabajo.
—Y yo podría olvidar tu pago. ¿Verdad que no te gustaría?, tu maldita loca familia depende de ti, de tu miserable trabajo, eres tan poca cosa que, no solo me provocas pena, también asco —Josué miraba a Thomas como si se tratase de un pedazo de basura, había odio en su mirada, parecía como si de pronto fuera a vomitar—. No es difícil entender porque ni siquiera tu madre te quiere.
Las palabras de Josué se sentían tan pesadas en la cabeza de Thomas. Había un nudo grande formándose en su garganta, sus ojos se llenaron de agua casi al instante, pero no podía permitirse dejar caer una sola lágrima, retenerse de todas las cosas que su boca quería soltar era lo más indicado, perder su trabajo por una "absurda" pelea no era una opción.
—¿Algo más? —fue lo único que salió de su boca.
—No quiero ver más de estos estúpidos papeles por ahí.
Cuándo Josué se fue, Thomas pudo dejar caer una que otra lágrima, ese momento había sido tan humillante para él, a pesar de que nadie los estuviera viendo o escuchando, Josué siempre lograba hacerlo sentir mal, tan miserable y poca cosa, no comprendía del todo su odio.
"Él solo es una persona sin suficiente amor propio, sin atención, ni valores y educación, Josué no sería nada sin sus insultos, porque es un chico tan vacío que al final del día lo único que provoca es lastima."
Existen momentos de nuestra vida en los que nos preguntamos, ¿cuánto pueden herirnos las palabras de alguien más?, y sobretodo, ¿qué tanto podemos permitir qué eso nos afecte en nuestro día a día?
𖠋
¡Hola hola! ¿Les gustó el capítulo?
Pobre de nuestro Thomas, ¿no?, en todos lados sufre jaja, ¿qué les pareció el personaje de Josué?, puedo jurarles que lo van a odiar con todo su corazón, a menos que sean de esos que aman a los malos personajes, (yo soy esa) aunque no en este caso jaj.Gracias por leer, deseo que sigan por aquí. :)
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Nunca te olvidé
أدب المراهقينThomas es un chico de diecisiete años que vive junto a su madre, Mina, quien es alcohólica y proyecta constantemente sus pesares sobre él. A pesar de esta carga, Thomas se aferra a la esperanza de demostrar la inocencia de su hermano mayor, Esteban...