"Lo prometo."
Fuera del hospital, me encuentro listo para entrar. Con los nervios de punta y tratando de encontrar las palabras correctas, porque así como esto puede salir muy bien, también puede salir muy mal.
Dispuesto a seguir, camino hasta la entrada y me recibe el guardia de seguridad, mismo quien me acompaña hasta la oficina de la directora.
—Buenas tardes, ¿puedo pasar? —le pregunto una vez que abro un poco la puerta.
Ella se encuentra leyendo un libro, al escucharme, levanta su mirada para encontrarse con la mía.
—¿Mondragón, cierto? —pregunta y le asiento. Ella me indica a pasar—. Dígame, ¿qué sucede?, ¿en qué puedo ayudarlo?
Trago fuerte y me siento frente a ella, —Quisiera decirle que, encontré un prueba —le digo, mostrándole el teléfono de mi padre.
—¿De verdad? —pregunta asombrada—, ¿ese es el teléfono de su hermano?
Niego con la cabeza, —Es el teléfono de mi padre. Cerca de la hora en la que falleció se reunió con el ex suegro de Esteban, él fue quien lo asesinó, estoy seguro.
—¿Encontró mensajes?, ¿llamadas? —me pregunta curiosa.
—Ambos, mírelo usted misma, aquí está todo —le entrego el teléfono, ella comienza a leer los mensajes con calma, y mientras más baja en la conversación, más sorprendida parece estar.
—Thomas, estos mensajes sí podrían probar que ese hombre tuvo algo que ver en la muerte de su padre, pero, no hay que olvidar que esa noche también murió él —menciona dejando el teléfono de lado.
—¿Y eso qué?, primero mató a mi padre y después se mató él mismo.
—¿No creerá en serio qué incluso él planeó su propia muerte, o sí?
—Pues no lo dudaría, Ernesto odiaba a Esteban, y con tal de hacerlo pagar y sufrir lo haría, no me cabe duda.
Ella se queda pensando, —Thomas... —me toma de las manos—, se que se trata de su hermano, y se lo mucho que lo ama y le importa, pero, tiene que ser consciente, o al menos tratar, debe salir de esa burbuja que no le deja ver la realidad, comprenda que su hermano...
—¿Qué? —la interrumpo soltándola de las manos—, ¿salir de mi burbuja?, ¡no estoy en ninguna maldita burbuja!, yo creo en la inocencia de mi hermano, y no me importa si soy el único, o si no tengo el apoyo de nadie, haré esto solo y le comprobaré al mundo entero que Esteban fue juzgado, rechazado y reprimido de una libertad y una buena vida de una manera tan injusta, siendo inocente... —comienzo a llorar—, me separaron de mi hermano cuando más lo necesitaba, dejé de verlo, de crecer a su lado, de escuchar sus consejos, de aprender todo lo que él quería enseñarme... Mi vida ha estado en pausa desde entonces.
—Lo comprendo, pero.. —intenta hablar.
—¡No!, usted no lo comprende, pasé cuatro años sin ver a mi hermano, ¡y solo porque ustedes así lo quisieron!
—No fue nada más porque sí, su hermano no podía recibir más visitas que no fueran solo las de su madre. Pero ahora está por cumplir la mayoría de edad, ¿no?, podrá venir con mayor regularidad —me lo dice animada.
Suelto una risilla sarcástica y me cruzo de brazos. —No señora, yo voy a sacar a mi hermano, Esteban no pasará más años aquí, ¿me escuchó?
Digo como por último y salgo de la oficina sin esperar otro comentario de su parte.
Estando aquí, decido pasar por la habitación de Esteban, después todo, no pueden sacarme sin antes verlo un rato.
—¿Esteban? —entro a la habitación, pero no logro verlo por ningún lado, tan solo está una enfermera cambiando las sábanas de la cama—, disculpe —me acerco a ella—, ¿dónde está Esteban?
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Nunca te olvidé
Fiksi RemajaThomas es un chico de diecisiete años que vive junto a su madre, Mina, quien es alcohólica y proyecta constantemente sus pesares sobre él. A pesar de esta carga, Thomas se aferra a la esperanza de demostrar la inocencia de su hermano mayor, Esteban...