"¿𝑷𝒓𝒐𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔?..

39 6 0
                                    

Estaba sentada husmeando mi teléfono hasta que recibo una notificación, papá me había llamado a su oficina. Levante la mano y pedí permiso al profesor.

—Está bien señorita Eva— respondió secamente este viejo.

Me levanté con las miradas de muchos y en especial del trenzudo, me miró pidiéndome explicación de adónde iba. Pase de largo, hasta llegar a la puerta donde decía Max Bloosom; Director

—¿Me necesitas?— pregunte, tomando asiento en frente de él. El se reincorporó, poniéndose de pies y venir hasta mi.

—Eva mira, de seguro sabes que te toco una compañera nueva, bueno ella es extranjera..— asiento atenta a sus palabras, —, bueno ella vino de Argentina buscando un instituto además de privado con todos los buenos modales, reglas que le satisfarán a sus padres. Los Colucci, ellos son una familia adinerada por lo qué me mandaron aquí, dándome un cargo importante, muy de hecho, es que cuidará a su hija. Por ser así, en síntesis, ella estaría conviviendo con nosotros.— abri mi boca, sorprendida de lo que me acababa de decir. Pero al final era buena idea, tenerla cerca pondría en marcha aquel plan sucio.

—Me gusta...¿porqué no?— respondí con una sonrisa divertida. Debo decir que fue sorpresa, su rostro lo mostro y al instante decidí convencerlo. —¡Obvio Max! ¡Hoy hablamos y me cayó más que bien, es tan buena y simpática!—

—¿Si? pues me sorprendes. Debo decirte...¿gracias?

—No te esfuerces— bromee riendo junto a él.

Al volver al curso presté atención, pero también estaba pensando en cómo ingeniármelas, un Tom atrás mío tal vez buscando sexo, no sé, y también detrás de Mía. ¿Cómo podría llevar acabo sin que se de cuenta de esto?

Mi hombro se movió, voltee mi rostro encontrando los ojos color cafés del trenzudo.

—¿Mh?— respondí en un murmuró bajito

—¿Estás bien?— asiento, —¿a que saliste?—

—Al baño, ¿por, querías acompañarme o qué?— respondo de mala leche. El soltó una risa pícara, por lo bajo, levanto sus cejas provocando.

—Eres tan amable— ironizo.

Lo ignore lo que quedaba de la clase, para así irme al estacionamiento. Al rato de meter la llave en mi coche siento unos gritos, saco mi cabeza por el ventanal.

—¿Tom?— susurró viéndolo acercarse.

—¿Adónde vas hermosa? ¿no te olvidas de algo?— metió su cabeza por la misma ventana, me hice hacia atrás y miré sus ojos

—¿No? ¿o sí?— pregunte ingenuamente haciendo reír al trenzudo, ahora más que otros días admiré su dentadura tan reluciente y blanca, sus colmillos perfectos igual a él. Más coqueto se veía con aquel arete negro en ep inferior de su labio, Jugó con este al darse cuenta que estaba siendo inoptizada por él.

—El trabajo de literatura señorita Evans, ¿o ya se olvidó que somos grupos?— sonrió ladino, mostrando picardía en su rostro —Y también esta aquella compañera nueva...Mía...¿nos juntamos?—

—¿Te gusta?— se me escapó de los labios, apenas los cerré oi su risita burlándose de mí. Si, había metido la patota —Es decir, es hermosa y tiene todo lo que tú definirías para que aquella mujer sea tuya...¿no, Kaulitz?— Murmure provocándole, alzó mi vista a él y estaba sonriéndome.

—¿Acaso tú estas celosa?— Sus dedos acomodó mi mechón despeinado detrás de mi oreja, viéndome a los ojos y sonreírme. Sentí su cálida respiración golpear mis labios, por la sequedad que sentía entre abrí mi boca viendo sus labios mojados. —Dios, Eva...¿nunca te cansas?— no entendí tampoco estaba prestando atención a sus palabras, sino a sus labios. Lo mire a los ojos y reí, intimidada de su punzante mirada.

—¿Disculpa, qué?— Reí, acomodándome en el asiento de mi coche. Estaba jodidamente acalorada que moví mis piernas, cruzandolas sobre la otra.

—Nunca te cansas de ser hermosa, eso te decía, estás ahora mismo rogando que te dé atención— miró mis piernas cruzadas para morder levemente su labio, tragué saliva viéndolo suspirar fuertemente. —¿O me equivoco?—

—Tom no..

—¿Probamos?— Jugó con su arete, siendo nuevamente atrapada por sus atractivos ojos, ese brillo me hacía perder en ellos. Instintivamente negué, una y otra veces con mi cabeza.

—Tom tengo que irme...— avisó con mi boca seca, viendo hacia el estacionamiento, temerosa de que si alguien más estaba con nosotros ante sentir una extraña mirada, no era la de Tom la sentía una segunda mirada entre ambos. —...¿nos vemos luego vale?—

–Yo te escribiré sobre aquel trabajo preciosa, adiós— beso mi mejilla y se alejó del coche, aún parado se quedó viéndome cómo daba marcha atrás para salirme del estacionamiento. Esté sonrío ladino, despidiéndose con una mano levantada.

¿Que mierda fue aquello?

Simplemente me quedé atrapada en sus ojos, labios, aquel jodido arete que le quedaba tan bien, cabia y le quedaba perfecto sólo a él. Mientras conducía no podía pensar en otra cosa que no fuera Tom, la cercanía de su rostro, sus dedos acariciando mi mejilla, tocando un mechón de mi cabello.
Tom...solo tú me hacías perder...¡Tom, Tom, Tom como te odio!





2/3 A VOTARRRRR

Y COMENTARRRR😚❤⚘

𝚄𝚗 𝚜𝚞𝚌𝚒𝚘 𝚓𝚞𝚎𝚐𝚘|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora