"𝑬𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒔á𝒃𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑻.𝑲.

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Cuándo abrí mis ojos me encontré con la preciosa figura de Tom a mi lado, me dio ternura que sonreí embobada en él y sus marcados brazos envueltos entre las sábanas.

—Deja de mirarme así....es como que quieres despertarte con un mañanero, ¿no es así?— Hablo el trenzudo con su voz ronca, haciéndome sonreírle.

—No, no es así jovencito, ahora levantemos nuestros cuerpos que necesita hacer actividades...— Respondí con unas energías a flor de piel, realmente quería hacer ejercicios con el ya que mi cuerpo estaba volviéndose feo, desagradable para mi gusto por tomar las pastillas anticonceptivas.

—¿Tú hacer ejercicios?— Pregunto con un tono de burla, lo miré de mala gana y esté se encogió de hombros —, bien no dije nada pero bueno, prepara algo nutritivo y baja así comenzamos. Primero de lo primero va a ser sentadillas, así te enseño cómo es...— lo miré y estaba subiendo las cejas con picardía.

Al bajar no encontré a nadie en su casa por lo que parecía ser que aún no habían regresado Gordon y Bill, saque lo necesario y buscando en el internet, nunca falla, algunas recetas de desayunos nutritivos. Opté por una re fácil y era hacer panqueques de avena y huevos no tan cocinados ya qué sabia más rico y tenía vitaminas mayores.

—Aquí estoy...¿con que me sorprenderás mh?— Apoyo sus grandes manos en mi cadera y miro lo que estaba terminando de hacer. —Wow, me gustan, nunca los probé pero tienen una buena pinta— reímos juntos, le entregue un plato y agarre el mío. Nos sentamos en la pequeña mesa de su comedor y poder degustar, que nervios, otra cosa no sé que hacer.

—Mmmh...— Decía mientras masticaba lentamente para sentir el gusto, era probarlo el y luego yo el mío. Miro a mis ojos seriamente luego de tragar ese gran bocado que había dado, para luego de asustarme, terminar sonriendo —¡Está riquísimo!— célebre orgullosa de mi logro, él reía al verme dando leves saltos y bailar como una niña feliz por un dulce.

—Ni fe me tenía— Reímos al unísono.

Apenas terminamos fuimos juntos a bueno, lo que parecía ser ejercicios. Tal vez era tarde pero lo digo, me arrepiento, ni bien hicimos calentamientos estaba lloriqueando por un dolor punzante en mis pantorrillas.

—Vamos, ahora serán solo 10 minutos para correr por toda la casa, incluyendo los sectores de afuera. Vamos niña, se que puedes...— Me alentó al verme hacer un puchero, no me quedo de otra que salir corriendo cuando los números empezaron a correr por el cronómetro pequeño que tenía el de trenzas.

Era todo un caos conmigo al hacer este tipo de deportes...o ejercicios, lo que sea, me estaba estresando. Mi frente cubierta de sudor mientras que Tom apenas respiraba cansado, entiendo, el está más avanzado que yo en esto y lo sé.

Mientras estaba haciendo abdominales, casi muriendo, peor que una foca, no podía respirar sin quejarme; Admiraba el marcado cuerpo de mi novio, ¿eso me estaba comiendo? joder Eva, deja de mirarle así o pareces una estúpida. Cuándo el se giró a verme de que tal iba con mis 5 minutos de abdominales, me encontró con la masa en la masa, viéndolo al igual que una acosadora novia.

—Si deseas hacer ejercicios conmigo...no tengo drama— Sonrió con picardía, poniéndose boca arriba en la colchoneta y empezar a hacer bicicletas con sus largar piernas.

—¿Sí?— Gustosa, me puse de pies y fui a verlo más de cerca, ahora estaba gustandome la idea de hacer ejercicios.

—Siéntate así me motivas..— Me senté sobre su pelvis, haciéndolo soltar un suspiro —, mmj, ahora haz lo que te enseñe minutos atrás mientras yo hago lo mío—.

No sé qué exactamente pero me inventé uno, creó que se llama movimientos circulares sobre tu novio, el al ver mi intensión gruñó debajo mío. Alzo mis hombros, fingiendo demencia y seguir sobre el haciendo aquello sintiendo como mi feminidad se rozaba con un creciente bulto.

—Mierda Eva— Suspiro pesadamente mirándome a los ojos, llevo sus manos a mis piernas apretando con fuerza mis muslos que podía acariciar gracias al short corto que traía de él, por ser de talla grande se subía a medida que me movía sobre Tom. —Que lindas...— lo mire y entendí su doble sentido, estaba mirándome los senos que estaban duros y rígidos ante la transpiración que empezaba a entrar en calor, y no por los ejercicios.

—¡Espero que el sopenco de Tom haya levantado ese sucio trasero de las sábanas!— Rápidamente nos pusimos de pies, viendo a un Bill sorprendido. No sé de qué se sorprendía, ¿de vernos apunto de tener sexo en su living o de mi presencia?

—Hola Bill— sonriente le saludo, más cara dura eres Eva.

—Eva— me saluda con desconcierto.

Definitivamente estábamos portandonos mal, en fin...fingi demencia y fui con ellos, mientras Tom terminaba por sí solo sus ejercicios y yo formaba una agradable conversación con Bill junto a su padre, luego nos llamó a todos para el almuerzo. No vi problema y almorzamos juntos, con un ambiente agradable y más si estaba reunidos con los Kaulitz..

Aún me pongo a pensar y decirme que fui tan tonta en pensar mal de ellos, en especial de un Tom Kaulitz, es tan amoroso, amable y caballero conmigo y en todo. Me trata como si fuese un objeto frágil y que tiene miedo de romperme, en buen sentido...

No soy un objeto, pero el me trata como una pluma, con tanta delicadeza, notándose el amor que me da y las cosas que hace por mi. Estábamos tan felices; embobada lo miraba, sin disimular, hasta que siento puras risas entre los tres.

—¡La tienes atontada Tom!— se burlaba Bill, mientras todos reían al verme. Si, estaba pasando un momento vergonzoso, muuuy y más si mis mejillas ardían.

—¡Ay mírala, es tan dulce!— siguió burlándose de mí Tom, lo miré sería y molesta —¡Aaaay mira ese pucheritooo!— me hablo con voz de bebé haciéndome reír

—Eres tann adorable cuñada, que ni te da hacerte la enojada— ríe Bill divertido.

Si, estábamos pasándola bien y divirtiéndonos entre nosotros. Era mucho ambiente con ellos, mí...ahora, familia.

𝚄𝚗 𝚜𝚞𝚌𝚒𝚘 𝚓𝚞𝚎𝚐𝚘|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora