Meses después....
Carmen: si te sientes segura podemos dejar que esta sea nuestra última consulta.
Lucero: estoy segura- dije como último antes de sentarme en la silla de sentencia como la solíamos llamar, después de dos horas por fin su lápiz paro de escribir y mis nervios aumentaban, tenia mucha curiosidad por esa mujer y hoy era el momento de acabarla.
Lucero: Carmen- dije poniéndome de pie y caminando un poco hacia ella.
Carmen: Lucero- pronuncio al mirar que caminaba determinada hacia ella.
Lucero: has escuchado eso que dicen de que la curiosidad mato al gato?- pregunte mientras pedía su mano para ayudarla a levantarse a mi altura.
Carme: mas de lo que imaginas- dijo esta un poco nerviosa se puede decir, mientras sus ojos brillaban.
Lucero: hoy me siento como un Gato, porque muero de la curiosidad por ti- dije mientras suavemente extendía mis brazos para rozar sus mejillas en un suave toque cargado de miedo a ser rechazado.
Carmen: Lucero- dijo mientras tomaba mis manos con las suyas- también tengo mucha curiosidad por ti, pero no quiero dañar todo el proceso que nos costo meses construir- dijo mientras me acariciaba las mejillas.
Lucero: nada afectara, te lo aseguro- dije mientras la traía a mi despacio, poco a poco fuimos acotando la poca distancia que teníamos la una de la otra, cuando menos pensé sus labios se encontraban encima de los míos, era un beso hermoso, delicioso, sus suaves y carnosos labios se hundían en los míos buscando algo más y estaba dispuesta a dar lo que pedía a gritos.
Carmen: sonara feo, pero necesito apagar ese fuego que has encendido- dijo mientras me miraba a los ojos buscando en mi aprobación y la tuvo.
Lucero: acabemos con esto lo antes posible- dije mientras la besaba, Carmen me subió a sus caderas mientras me llevaba a su escritorio, de un solo tirón cayo todo lo que había encima y en lugar de papeles me encontraba yo, Carmen se encargo de besar cada espacio de mi piel mientras lentamente me desvestía, me sentía llega al cielo con la delicadeza de esa mujer, era algo magnifico que pudiera desarmarme de esa manera, que pudiera mover en mi tantas cosas en un solo encuentro, me entregue a ella de nuevo como no lo hacia desde Silvia, caí en sus brazos rendida y tome de ella todo lo que me entrego atesorándolo en mi, la luna a la cual teníamos vista desde aquella oficina ubicada en uno de los puntos mas altos de los Ángeles fue testigo de la entrega mutua entre aquella mujer y yo.
Carmen: Lucero, despierta nos quedamos dormidas y tienes que volar a Mexico- escuche entre sueños como Carmen hablaba, cuando caí en cuenta de la realidad me desperté rápidamente.
Lucero: que horas son?
Carmen: las 10 de la mañana- era demasiado tarde, perderé el vuelo tendré que excusarme.
Lucero: ya es demasiado tarde, tendré que comprar otro vuelo - dije mientras me sentaba a su lado, tenia puesta la camisa de botones que ella llevaba ayer y esta estaba prácticamente desnudarte frente a mi.
Carmen: lo siento, no fue mi intención, pero ayer terminamos muy cansadas- dijo esta con pena.
Lucero: Buenos días- dije dándole un beso en los labios que poco a poco tomó ritmo y ya me encontraba encima de Carmen de nuevo, como podré quitarle las manos de encima a esta Diosa.
Carmen: se te hará tarde- dijo mientras me besaba de nuevo.
Lucero: que importa eso- dije besándola de nuevo y así paso la mañana mientras no podía quitar mis manos de su cuerpo ni ella del mío, salí corriendo pero feliz de su oficina, tenía que ir a empacar maletas para mi próximo concierto en ciudad de México, cuando llegue a casa me gane un buen regaño de mi madre.
Doña Lucero: donde te metiste todo el día?
Lucero: estuve ocupada
Doña Lucero: si eso se ve a leguas- dijo mientras me hacia una mirada rara, pero no entendí.
Lucero: a que te refieres.
Doña Lucero: revisate tu misma- dijo dandome vuelta para que me viera en el espejo y ahí estaba, la prueba contundente de porque no había llegado a casa desde ayer.
Lucero: como puedo taparlo?
Doña Lucero: mira a ver como resuelves eso, necesito que llegues directamente a casa te cambies y sales para el auditorio, no quiero más novedades por favor Lucero, estamos cansados de correr cada que haces una locura.
Lucero: prometido.
Sali de casa corriendo al aeropuerto, pero antes de irme de los Ángeles tenía que dejar algo para Carmen.
Lucero: Julian, puedes pasar por una floristería rápido por favor?
Julian: en dos cuadras hay una.
Llegamos a la floristería y no sabia que flores enviarle, me decidí por unos tulipanes.
X: quiere ponerle alguna nota?
Lucero: si, póngale que gracias por hacerme vivir de nuevo, L
X: llegarán en una hora.
Lucero: gracias- salí de ahí rumbo a México siendo la mujer más feliz, había pasado un día y una noche maravillosa al lado de Carmen, me sentía plena, no se si esto era algo de una sola noche pero estaba realmente bien.