CAP 20

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Doña Lucero: como te fue nena?

Lucero: bien madre, un poco cansada

Doña Lucero: me dijo Antonio que llegaste amanecida al avión

Lucero: salí a beber con una amiga y se nos pasó la hora en ese bar, cuando vine a ver ya era hora de volver

Doña Lucero: te divertirte?

Lucero: si madre, Fabiola y yo hablamos de muchas cosas que teníamos pendientes, nos despedimos de la forma correcta.

Doña Lucero: entonces es definitivo nena, no piensas cambiar de opinión?

Lucero: no madre, no voy a cambiar de opinión, pero no te preocupes, serán algunos años.

Doña Lucero: harás el anunciado después de que salgan los resultados de ella?

Lucero: no madre, eso está más que definido, Carmen dijo que estoy lista, hablando de Carmen, iré a verla, nos veremos en un rato.

Doña Lucero: que te vaya bien nena.

Salí de casa camino al consultorio de Carmen, siento que la extrañe y solo me fui dos días, estoy tan acostumbrada a su compañía que cualquier cosa por mínima que sea, quiero contárselo, quiero saber todo de ella y que ella sepa todo de mi, cuando llegue su asistente me iba anunciar pero quería saber si se sorprendería por verme, así que casi le implore que me dejase pasar sin decirle.

Lucero: me extrañaste- dije mientras entraba y vi como sus ojos se apartaron de esa torre de papeles y se fijaron a los míos.

Carmen: demasiado- dijo mientras lentamente caminaba hacia mi, nunca perdía esa elegancia que la caracterizaba, aún cuando se nota lo feliz en su rostro.

Lucero: no creo que más que yo- dije para tomarla de la cintura y atraería a mi y fundirnos en un apasionado y profundo beso que termino, en su cuerpo encima del mío, mientras gritaba de placer lo bien que la havia sentir y viceversa, de nuevo caí dormida en sus brazos, hacia tiempos tenía insomnios, pero ya van dos noches en las cuales duermo a su lado sin preocupación alguna, simplemente despierto cuando la luz del sol alumbra nuestras caras.

Carmen: no me quiero acostumbrar a verte todos los días al despertar, porque será difícil cuando no estés.

Lucero: en cambio yo si quiero verte todos los días a mi lado- dije dándole un beso.

Carmen: ayer te iba a invitar a cenar para celebrar tu excelente te presentación en México pero perdí apetito de comida cuando te vi.

Lucero: cene muy bien, aunque no lo creas- dije de manera pícara mientras pasaba mi mano por el medio de sus senos

Carmen: yo aún tengo hambre, creo que deberíamos de ir a desayunar.

Lucero: y si mejor no salimos de aquí hoy?- dije besándola de nuevo y esta correspondió gustosa mientras se posaba encima de mi sin despegar sus labios de los míos.

Carmen: el desayuno puede esperar- dijo mientras me besaba y así pasamos casi toda la mañana dándonos placer hasta que el sonido de puerta de su oficina nos interrumpió.

Consuelo: Señorita Carmen, puedo pasar.

Carmen: No.

Lucero: no que venía más tarde?- ahora sabrá que no nos fuimos de aquí.

Carmen: te dije que fuéramos a desayunar desde muy temprano.

Lucero: pero desayunamos- dije mientras le daba un beso y me paraba a vestirme.

Carmen: me gusta mucho ese lunar que tienes al entrepierna.

Lucero: lo note, esta marca es la prueba viva- dije mientras suavemente tocaba aquel chupeton que dejó ahí- e notado que te gusta marcar tus víctimas.

Carmen: solo las que me interesan, y mis partes favoritas de sus cuerpos.

Lucero: ahora comprendo- dije al recordar la última marca que dejo en mis pecho y en mi abdomen.

Carmen: vamos a comer algo antes de que te metas en tus asuntos y te olvides de mi por el resto de la tarde- dijo mientras se acomodaba mejor su ropa y pedía mi mano para salir, gustosa me acerque a ella y encaje nuestras manos para salir de la oficina y recibir una mirada de asombro de su secretaria- Consuelo, vendré más tarde a atender la consulta del señor Fernández, me avisas por favor si hay alguna novedad.

Consuelo: si, claro que si señorita, hasta luego.

Carmen nisiquiera se inmutó en despedirse, de las tantas veces que e estado a su alrededor me e dado de cuenta que con los demás puede ser una mala persona, pero conmigo es totalmente diferente es una niña consentida cuando se trata de mi, desayunamos entre platicas y sonrisas, me llevo a casa, saludo a mi madre y nos sentamos en mi cama a ver una serie que estaban pasando en la Televisión, estábamos besándonos cuando su celular nos interrumpió, justo cuando ya la tenia debajo de mi.

Carmen: que necesitas?

Consuelo: recuerde su cita con el señor Fernández, la está esperando.

Carmen: okey

Lucero: lo habíamos olvidado, ve a cumplir tu deber.

Carmen: mi deber es no dejarte así, el señor Fernández puede esperar un poco.


Tiempo después

La vida con Carmen era a otro nivel, era pasion tras pasión, cosa que con el pasar de los años se convirtió en amor, en el amor más puro y sincero que e tenido con una persona, un amor que apoya, soluciona, organiza, elige, evita y mejor aún un amor correspondido sin miedo o cobardía alguna, con el pasar del tiempo nuestra relación se hizo conocida para mi familia y la suya, conocí a su hijo que sentía ya mío, mis hijos se llevaban muy bien con ella y adoraban a Josue, mi madre era plena al verme feliz, pero ahora llego un evento que nos pondrá a prueba o por lo menos eso dice Carmen.

La Boda de Fabiola y Chantal....

QUE SEA VERDADERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora