5: El trío femenino mas raro

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Capitulo 5
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the weirdest female trio


La pelinegra miraba al suelo. Sus ojos rasgados clavados en este mientras algunos mechones de cabello irrumpían su vista. Tragó en seco, como si esa acción resguardase la impotencia que se generaba en su pecho. Suspiró, sumida en sus pensamientos. Quería golpear algo, lo que fuese, golpear un pedazo de metal hasta que sus nudillos sangrasen y el dolor físico le gane al mental.

Su pierna se movía con impaciencia, en el Helicarrier siempre hacia una buena temperatura, pero ella se sentía sofocada, acorralada. La respiración se le agitaba. Pasó una mano frustrada por su cabello y sus ojos se detienen en la pelirroja, que caminaba de un lado al otro con un semblante y voz molesta.

—¡Me dijo que me alejase de ella! ¡De mi propia..- ¡De mi hermana! ¿Sabes lo que es eso? —exclamó, sus ojos azules mostraban irritación y amargura, la pelinegra volvió a suspirar—. ¡Por Dios, Adela, es un loco! ¡¿Cómo me puede alejar así?!

Deborah no era una mala chica, jamás lo había sido. Era una persona sensata y razonable para la mayoría, pero circunstancias en su vida la volvieron algo egocéntrica y superficial. Aveces creía que el mundo rondaba al rededor suyo y siempre la tachaban de perfecta por su padre. Y ahora, que lo volvía a ver con una pequeña niña, el enojo crecía y se fomentaba en sus venas.

La asiática finalmente se levantó y paró a la pelirroja con sus manos en sus hombros. Los ojos azules de Debbie encontraron a los de Adela, que mantuvo su contacto visual por unos segundos hasta que la menor suspiró, tranquilizándose. Barton dejó sus hombros y la menor se sentó en donde antes estaba la pelinegra.

—Perdón, es que.. —quiso disculparse Deborah—.

—Está bien, Debs. Mira, se lo difícil que es y no se como ponerme en tus zapatos, ¿Si? No hay mucho que hacer.. podrías, no lo sé. ¿Hablarlo con Nat? Seguro ella sabrá qué hacer. Ahora tenemos una amenaza que combatir, ¿Okey? Despejemos nuestra mente con eso. Acompáñame, debo buscar algo para Fury.

Deborah se levantó y acompañó a Adela por unos pasillos hasta que se subieron en el elevador, encontrándose con María. La castaña no les saludó, realmente porque no se percató de quienes eran pues sus ojos marrones estaban clavados en los archivos de Selvig que estudiaba mientras comía una paleta dulce.

La pelinegra no la saludó tampoco, no porque le cayera mal, si no porque conocía a Stark y sabía que no era intencional. Por más de que Liz sea egocéntrica, no es que era desubicada sin poder argumentar sus actos. El cómodo silencio con el leve sonido de los labios de la castaña chupeteando la paleta fueron interrumpidos por el carraspeo de garganta de la pelirroja.

—¿Qué estamos, pintadas? —cuestionó con molestia, Liz alzó su rostro y le dio una de sus sonrisas encantadoras y algo burlonas—.

—Addie. —saludó con amabilidad a Barton—. Y.. ¿Tú eras...? Ah si, hola, Suero Ruso.

Las únicas personas que sabían quienes eran ambos padres de Debbie eran Fury, Hill y además de sus padres obviamente, María. Solo que la última se enteró cuando hackeó la base de datos de SHIELD para su padre, quien, en poco, ya se sumaría a dicha lista. Suero Ruso, claro estaba, era la mezcla entre la sustancia dentro de tanto el cuerpo de Steve como el suyo y la sangre de su madre.

SUS HEREDEROS¹ || 𝐌𝐀𝐑𝐕𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora