SUS HEREDEROS¹ || 𝐌𝐀𝐑𝐕𝐄𝐋

9: El plan de Loki ya tiene sentido.

Capítulo nueve
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Loki's plan now makes sense

Ambos rubios se miraban.

¿Sus emociones? Indescifrables. Sus ojos se conectaron por dos minutos, que en sus cabezas transcurrieron como años. Hace tanto que no se veían, que no compartían tiempo juntos. La mayor vio al menor unos segundos hasta desviar la mirada finalmente, fundida en la incertidumbre donde su lengua combatía para esculpir cualquier frase que quebrara el silencio.

—¿Por qué?

—¿Por qué qué, Dahlia? —preguntó Lars con obviedad y un poco encantador sarcasmo—. ¿Por qué me fui? ¿Eso.. eso es lo que preguntas, enserio? —sus palabras eran escupidas como veneno, ira concentrada en su pecho que nublaba su visión—.

La rubia mordió su labio inferior reprimiendo las lágrimas que promovían ardor en sus cristalinos orbes azules, que poco a poco eran remojados en una cobija de lágrimas saladas. Su hermano ni siquiera se inmutó, restándole importancia a cualquier reacción sentimental de su hermana mayor.

Lars había huido de Asgard hace un par de años después de una pelea con su padre, Thor, donde habían discutido por temas que Dahlia aún reconocía. Desde pequeños, la mayor pensaba que su hermano podría ser mejor rey sin importar su imprudencia y encanto —que aveces lo llevaba a ser algo inmaduro— porque otros tratos que tenía eran perfectos para un buen reinado. Y, ella no sentía que los tenía.

—Éramos felices. —murmuró entre sollozos Dahlia—.

—Eras. En ese palacio yo no era nadie, no soy nadie ni para ti, ni para Odin, ni para Loki, ni para papá. Tú fuiste la que salió perfecta, una diosecilla de porcelana. Perfectas actitudes, perfectas calificaciones de nuestros tutores reales, perfecto rostro, perfecta vida. ¿Dónde quedó yo? ¿Donde está mi recompensa? —señaló su pecho con su dedo Lars clavando este, su tono impaciente e impotente—. Dime.. hermana.. —su tono salió con burla al nombrarla de esa forma—. ¿Donde quedo.. yo?

—Yo jamás fui la favori-

—¡Ahi! ¡Justo ahí! —exclamó burlón aplaudiendo lentamente—. ¡Otro trato de la favorita de Odin! Perfectamente.. generosa. Bondadosa, honesta, bonita, amable, sincera, audaz, correcta. Yo siempre fui el maldito inmaduro adicto al licor asgardiano que solo sabía acostarse con plebeyas, ¿No es así?

Un nudo se formó en la garganta de Dahlia. ¿Qué podía ella responder a eso? Si, jamás se había metido en disputas o problemas, siempre se había portado bien porque de esa forma todo le salió más fácil, no se llevaba desgracias. La rebeldía jamás fue algo que le naciera y su alma era desbordada por amabilidad y paz cuando hacía lo correcto.

Las malas actitudes de Lars con quienes lo rodeaban no podían recaer en Dahlia, ella no tenía la culpa. Ella jamás le dijo a su hermano que bebiera tanto, que le faltara el respeto a su padre y abuelos. Ella jamás quiso que la prefirieran a ella, a lo que hacía. El se lo había buscado solo y ahora quería darle la culpa an ella, a su dicha 'perfección', que ella trataba de buscar en su mente pero no encontraba.

¿Qué perfección?; Dahlia se parte los huesos para dar todo de ella.

Cuando esa pregunta invadió su cabeza, fue donde perdió el control de sus acciones. Fue donde ya no quería tratar a todos con respeto y cariño como merecían, como todos merecían. Con esas estúpidas y retorcidas palabras de Lars fue donde perdió los carriles del tren. Lo miró a los ojos, secando sus lágrimas con brusquedad.