8: Persecución: La muerte de un buen hombre.

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Capítulo ocho
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Persecution: The death of a good man.

El cuerpo de Dahlia se estrelló contra la pared pero logró reacomodarse con facilidad, quitando un poco de suciedad que amenazaba con entrar a sus ojos. Buscó con la mirada a su padre y hermano, que al mirarla ambos suspiraron sabiendo que estaba bien. Deborah cayó encima de Steve y se alejó con rapidez, compartiendo una mirada preocupada junto a él.

Peggy. —mencionaron con una voz temblorosa al unísono, corriendo rápidamente—.

Después de que Steve le diga a un distraído y preocupado Tony que se coloque su traje y ganarse un asentimiento de su parte, el rubio y la pelirroja salieron corriendo por la niña. Stark miró a los lados, sus ojos marrones buscando a su hija con desesperación sin encontrar rastro alguno. Pasó una mano por su cabello con frustración y decidió ponerse el traje antes de buscarla.

Adela se había encaminado con rapidez hacia Fury al solo notar un pequeño corte en su labio inferior restándole importancia para dirigirse con el moreno, que solicitaba hablar con Hill para ganar explicaciones.

—Es papá. —dijo Addie—.

—¿Barton? —cuestionó Nick uniendo las piezas del rompecabezas. Adela lo miró y el asintió—. Barton..

El motor tres está fuera, nos golpearon. —se escuchó la voz de Hill por el intercomunicador—.

Un pitido fulminó la cabeza de Elizabeth, que daba vueltas mareada con una mano en su cabeza. Abrió sus pesados ojos que recorrieron la habitación donde estaba, pudiendo ver a Natasha, Bruce y William. Los ojos del masculino menor fueron a los de ella y se acercaron con notable preocupación, estudiándola.

—Liz.. por dios, ¿Estás.. estás bien? —preguntó mientras su palma acogía la cabeza de la menor, levantándola un poco mientras ella tosía y asentía débilmente, levantándose con su ayuda—.

—Iré a ponerme el traje.. no- ehm.. solo.. no te pongas verde. —trató de bromear algo atorada y salió después de darle una palmada al hombro del menor de los Banner—.

María caminó a paso rápido a donde estaban los trajes, despejando a los agentes de su camino, sus pies resonando en los pasillos del concurrido Helicarrier. Llegó y pudo ver la figura de su padre a unos metros de ella desbloqueando la pared que ocultaba el traje de Iron Man y de Rescue.

Se acercó a su papá y tocó su hombro, el se volteó abruptamente y suspiró aliviado al saber que se trataba de ella. La examinó con sus ojos por unos segundos, viendo el corte en su frente y los restos de suciedad que adornaban la parte superior de su cabeza. Sacudió dichas migajas con su mano y una pequeña sonrisa se dibujó en su facción.

—No me asustes así, ¿Vale? —inició su habla acariciando su mejilla y empujando el interior de la suya con su lengua—. Casi me matas de un infarto sin saber dónde carajos estabas.

—No me invites a un Helicarrier asesino, ¿Vale? —trató de suavizar el momento, su padre rodó los ojos con diversión—. Vamos a terminar con esto.

Se colocaron sus trajes, los cascos de sus armaduras cerrándose simultáneamente.

Por otra parte, Deborah y Steve corrían por los pasillos hasta la habitación donde yacía Margaret en un rincón, abrazando sus piernas mientras lloraba asustada. La pelirroja quería ir, consolarla y decirle que todo estaría bien, pero una mirada de advertencia de parte de su padre la hizo tragarse sus consuelos y cruzarse de brazos, limitándose a ver a su hermana.

SUS HEREDEROS¹ || 𝐌𝐀𝐑𝐕𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora