Capítulo 18

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Capítulo 18 - Te encontraré.

La noche estaba en silencio cuando el recuerdo se abrió paso en mi mente, como una puerta que se abre de golpe.

—Matteo era aquel chico... su expresión parecía desolada, sus ojos estaban llenos de lágrimas también. —pensé.

Recordaba claramente cómo lo encontré ese día, con la mirada perdida en el horizonte, como si estuviera al borde del abismo.

—¿Matteo... quería suicidarse? —me pregunté, tratando de comprender la magnitud de ese recuerdo.

No entendía cómo alguien con una vida aparentemente perfecta podría llegar a ese extremo. La confusión me envolvía, y aunque estaba empezando a recordar más detalles, muchas preguntas seguían sin respuesta.

—¿Por qué dejó de venir a verme? ¿Dónde está ahora? —Estas preguntas me atormentaban mientras trataba de conciliar el sueño esa noche. Decidí que le preguntaría a Alexa al día siguiente. Necesitaba respuestas, necesitaba entender.

A la mañana siguiente, Alexa entró en mi habitación. Parecía cansada, como si no hubiera dormido bien.

—Alexa, necesito saber algo —dije con mi voz todavía débil pero decidida —¿Sabes algo de Matteo? No ha venido a verme. ¿Dónde está él?

Alexa vaciló, su mirada se volvió evasiva. Pude ver la duda en sus ojos, como si estuviera sopesando qué decirme.

—Daniel... —comenzó a decir con su voz baja. —No sé por qué dejó de venir. Ya no está en este hospital. Desapareció de la noche a la mañana.

Su respuesta no me satisfizo.

Podía sentir que había más detrás de sus palabras, algo que no estaba dispuesta a decirme. Pero, por ahora, no tenía fuerzas para insistir. Asentí lentamente, aceptando su explicación a regañadientes.

Los días continuaron pasando, y mis sueños se volvieron cada vez más vívidos. En ellos, Matteo y yo revivíamos momentos del pasado.

Recordaba las citas que teníamos, como aquella vez que él aprendió una canción en guitarra y me la cantó en un parque. La melodía resonaba en mis sueños, suave y dulce.

Recordaba cuando nos tomamos de las manos por primera vez en el cine, mientras veíamos una película. La emoción y el nerviosismo de ese primer contacto todavía se sentían reales en mis sueños.

También reviví nuestra primera vez juntos, una mezcla de amor y pasión que todavía podía sentir...

Pero junto con los buenos recuerdos, también vinieron los malos.

Recordaba la noche en que Matteo desapareció el mismo día que habíamos prometido estar juntos para siempre. La angustia de buscarlo y encontrarlo a punto de tener sexo con una chica en un club.

Ese dolor era tan real como si estuviera ocurriendo de nuevo.

Otra noche, soñé con el momento en que Matteo, borracho, intentó besarme a la fuerza mientras paseaba con mi entonces novio, Thomas.

La pelea que siguió y el caos emocional que causó. Esos recuerdos se sentían como pesadillas, y me despertaba llorando, con el pecho apretado por la angustia.

Una mañana, después de uno de esos sueños dolorosos, me encontré con los ojos llenos de lágrimas. Alexa estaba a mi lado, su rostro lleno de preocupación.

—Daniel, ¿qué pasa? —preguntó suavemente, sentándose junto a mi cama.

—Recuerdo... muchas cosas —dije sollozando. —Las cosas buenas y las malas. Matteo... él me hizo tanto daño. No entiendo por qué.

adiós, mi ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora