Capítulo 4

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Ya había recorrido un buen tramo de los pasillos en el primer piso, el lugar realmente era grande y estaba lleno de diferentes salones. Mientras caminaba, trataba de evitar chocar con otra personas, aún no sabía cómo interactuar con ellas, cuando algo más llamó su atención cuando estaba cerca de una encrucijada.

Unas voces.

— Lo siento mucho, acabo de encontrarla y creí que debía de dársela a él, no sabía que se te había caído a ti —.

Asomó su cabeza, mirando a dos chicos que estaban cerca de donde él. Uno de los chicos tenía la piel de durazno, su cabello de color anaranjado, estaba usando un pantalón gris y una camisa blanca, sus manos estaban puestas sobre su cintura mientras veía al chico al frente suyo.

— Pues así fue, y me disponía a recogerla cuando tú llegaste y lo arruinaste todo — Recriminó con una voz molesta e irritada.

Karma podía ver mejor al otro chico, este tenía una piel de un color azul muy pálido, su cabello de color azul celeste sujetado en dos coletas, sus ojos del mismo color que el mar. Usaba un pantalón gris claro, una camisa blanca y un chaleco de color azul oscuro.

— No deberías levantar cosas que no te pertenecen — Siguió el chico.

El de ojos azules sólo bajó la mirada — Aunque... a ti tampoco te pertenece — Murmuró en voz baja.

— Disculpa, ¿qué dijiste? — Preguntó mientras lo acorralaba en los casilleros.

— N–Nada —.

Karma frunció el ceño.

— Eso es lo que creí, Shiota — Sonrió con burla mientras se alejaba — En serio eres patético, por eso tus amigos son sólo serpientes, que al igual que tú, nadie quiere — Rió con altanería, mirando de manera desafiante a su contrario.

— ¿Cómo te atreves a hablarle de esa forma? —.

El chico de cabellos anaranjados se volteó — ¿Qué fue lo que dijiste? — Preguntó con molestia.

— Te dije que cómo te atreves a hablarle de esa forma — Repitió mientras se acercaba, las personas que estaban cerca se empezaron a retirar con miedo.

El de ojos violeta lo miró fijamente, para después sonreír con altanería.

— Debes ser nuevo aquí — Dijo con burla, alejándose de él — Yo le hablo como sea a quien yo quiera — Dijo con voz segura, yéndose del lugar sin más.

Una vena resaltó en la frente de Karma.

— No puedo creer lo que hiciste — Dijo Nagisa con sorpresa.

— No podía quedarme indiferente — Karma se alzó de hombros, sin entender lo que había hecho mal.

— Bueno, es sólo que... nadie confronta nunca a Gakushū Asano — Dijo con algo de temor.

— ¿Gakushū Asano? — Lo miró con sorpresa.

— ¿Has oído de él? — Se atrevió a preguntar mientras se acercaba.

— Algo así —.

— Bueno... creo que nunca te había visto por aquí, ¿acaso te transfirieron a Tokyo High School de alguna otra escuela? — Preguntó con curiosidad.

— Ah, sí, de otra escuela — Rió con leve nerviosismo — Me llamo Karma — Sonrió.

— Me llamo... Nagisa — Murmuró en voz baja.

— Disculpa, ¿qué dijiste? — Lo miró con extrañeza.

— M–Me llamo Nagisa — Dijo un poco más fuerte, lo suficiente para que era vez el pelirrojo pudiera escucharlo.

Karma se extrañó al escuchar su nombre, combinando lo que él había dicho junto con el nombre por el que había sido llamado por Asano... le estaban dando el nombre de uno de sus amigos, pero... eso no podía ser posible, ¿o sí?

— Oh, que bonito — Nagisa sonrió mientras se acercaba a Kunudon — ¿Es tuyo? —.

— Eh... sí, es mi mascota — Respondió indeciso — Por cierto, Gakushū Asano dijo que recogiste algo, algo que le pertenecía a él — Comentó, buscando saber más sobre lo que había pasado — No era una corona, ¿o sí? —.

— ¿Cómo lo supiste? — Preguntó con sorpresa.

— Ah, sólo lo adiviné — Se encogió de hombros — ¿Aún la tienes? —.

Nagisa negó.

— Hm... ¿pero sabes qué pasó con ella? — Hizo otra pregunta.

Nagisa asintió — Está mañana estaba repartiendo volantes del refugio de animales como lo hago cada miércoles, cuando una corona simplemente golpeó mi cabeza. No tengo idea de cómo llegó ahí, pero no quería que le pasara nada, así que decidí dársela al director Koro —.

— ¿Director Koro?, ¿es el gobernante aquí? — Preguntó con extrañeza.

— Se podría decir que si, técnicamente él y el subdirector Karasuma mandan aquí — Comentó.

— ¿En dónde está él? —.

— Tal vez en su oficina —.

Al escuchar esas palabras, Karma y Kunudon comenzaron a irse –por direcciones separadas–, pero terminaron por regresar, al no saber ni siquiera en donde se encontraba.

— Tercera puerta a tu izquierda —.

— ¡Gracias! — Comenzó a irse nuevamente.

— ¡E–Espera! — Karma y Kunudon se detuvieron — Realmente no puede haber mascotas aquí, ¿por qué no lo escondes en tu mochila? — Apuntó a Kunudon — Es lo que yo hago — Dijo, unas serpientes se asomaron en la mochila semiabierta de Nagisa.

— Ah, entiendo, ¡hasta luego! —.

• | ~ • ~ | •

Karma tocó la puerta suavemente.

— Pase —.

Entró haciendo una reverencia, llevando luego su mirada a quien sería el director, Koro, que en aquel momento parecía estar leyendo algún expediente.

Karma trató de buscar las palabras adecuadas.

— Eh, me llamo Karma Akabane, soy nuevo aquí, y... tengo entendido que Shiota encontró una corona está mañana y se la dio a usted — Comentó.

— Sí, le dije al subdirector Karasuma que la pusiera en algún lugar seguro — Explicó mientras se levantaba de su lugar y guardaba el expediente que tenía en un mueble cercano — No sé cómo terminó en el jardín frontal, ¿te interesa postularte cómo príncipe del baile de otoño este año? — Cuestionó mientras sonreía levemente.

— No, mire, lo que pasa es que... sucedió, ahm... Hm, ¿príncipe del baile de otoño? — Miró al director con confusión.

— Es el gran baile otoñal de Tokyo High School —.

— Como la gran gala del galope — Karma sonrió.

— ¿La... gran gala del galope? — Koro volteó a verlo con extrañeza, sin entender lo que ese nuevo estudiante decía.

— Ahm... un gran evento en mi antigua escuela — Dijo rápidamente.

— ¿Y había un príncipe? —.

— Sí, pero en realidad no era una estudiante —.

— Aquí en Tokyo High School eligen a un compañero para representarlos, y él recibe la corona en el baile de otoño — El director Koro explicó.

— Me preguntó de si estaba interesado en postularme, ¿cualquiera puede hacerlo? — Interrogó mientras salía de la dirección.

— Sí, sólo debes de decirle al comité organizador del baile que quieres participar en la boleta, ¿se te ofrece algo más? —.

— Ehm... No, eso es todo — Sonrió.

— Pues sí necesitas otra cosa, mi puerta siempre está abierta — Dijo por último.

Luego la puerta se cerró.

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