Capítulo 7

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Karma estaba caminando en silencio por los pasillos de la escuela, observando de vez en cuando a los alumnos que pasaban cerca de él, sin embargo, luego de caminar por unos minutos, llegó hasta unos pasillos donde la iluminación no era realmente la mejor, y las luces parpadeaban, a veces dejando el pasillo completamente a oscuras.

— Es increíble que no te reconociera antes —.

Karma se volteó rápidamente, encontrándose con Asano, que estaba detrás de él, recargado en unos casilleros.

— Debí de saber que el Koro enviaría a su alumno favorito aquí por mi corona — Comentó con simpleza, acercándose a él mientras se alzaba de hombros, sonriendo con egocentrismo — Y a su bellota también — Apuntó a Kunudon que había asomado su cabeza por el espacio entreabierto de la mochila.

Kunudon gruñó.

— Es MI corona — Karma recalcó con seriedad.

— Como sea, sólo es un obstáculo menor para mí. No sabes ni lo más mínimo de este lugar, mientras que yo ya lo tengo controlado — Dijo con orgullo.

— Sí es así, ¿para qué necesitas mi corona?, pasaste demasiadas molestías para reemplazar la corona por una falsa — Alzó una ceja — Oh, quizás... realmente eres un inútil sin cerebro que necesita la magia, porque es incapaz de gobernar un lugar donde la gente es tan común y sencilla — Sonrió con una mirada retadora.

Asano hizo una mueca, pero rápidamente negó con su cabeza — Una pregunta, ¿qué pasa cuando traes a un elemento de la armonía a un mundo alterno? —.

Karma lo miró con duda.

— ¿No lo sabes?, ¿en serio? — Rió con burla — ¿Y se supone que eres el alumno estrella del rey Koro? — Dijo burlonamente — Pero claro, ¿qué posibilidad tenía un pony tan tonto como tú, al enfrentarse a alguien tan inteligente como yo?, eres más inútil que ese tonto rey que decidió dejarme ir cuando yo decidí abandonar Equestria... Es vergonzoso que tú seas lo mejor que encontró como mi reemplazo —.

Kunudon gruñó, tratando de morderlo.

— Ah, y debes de cuidar a tu mascota. Odiaría que alguien te lo fuera a arrebatar — Posó sus manos en su cintura.

— ¿Es una amenaza? — Kunudon preguntó.

— Claro que no — Respondió, recibiendo un gruñido en la cara por parte de Kunudon — Pero yo dejaría de hablar si fuera tú. No queremos que todos sepan que no perteneces aquí, ¿estoy en lo cierto? —.

Karma lo miró con seriedad.

— ¿Quieres ser un príncipe aquí?, por favor — Comenzó a caminar fuera de aquel pasillo oscuro — No sabes en lo más mínimo sobre ser aceptado — Finalizó.

• | ~ • ~ | •

Gakushū Asano se encontraba caminando por los pasillos de la escuela, cuando observó como sus ayudantes –sirvientes– comenzaron a caminar hacia él, estaban envueltos en serpentinas y su cabello estaba repleto de confeti de múltiples colores brillantes.

Tomó las serpentinas y se las quitó de un tirón.

— Quiero que lo sigan. Denme algo que pueda usar como lo hicieron con el anterior que creyó poder desafiarme — Ordenó con seriedad.

Los chicos asintieron.

— Lo que órdene, Gakushū Asano —.

— Cuando la corona y su poder sean míos, Karma Akabane lamentará el día en el que piso este mundo... aunque igual no hubiera estado a salvo estando en Equestria —.

Unas risas se escucharon detrás de él.

Se dió la vuelta, alzando una ceja.

— Sí, ¡en Equestria! — Dijo uno de los chicos mientras reía.

— ¿Por qué aún están aquí? ¡Vayan tras él! —.

Los chicos rápidamente asintieron, chocando primero contra ellos mismos, para después salir corriendo en la dirección que Asano les había señalado.

• | ~ • ~ | •

Karma caminaba tranquilamente, cuando por su mirada, cruzó una extraña máquina –máquina expendedora–, la cual en su interior contenía algunas cajas, y por lo que veía en lo que estaba escrito, eran leches de diferentes sabores. Su boca comenzó a salivar cuando se fijó en las cajas de leche de fresa.

Necesitaba tomar algo.

Sin embargo, estaba la duda, ¿cómo lo conseguiría?

Intentó de algunas formas conseguirlo, y luego de no poder hacerlo –y humillarce– finalmente se rindió.

— Gakushū Asano tiene razón, no se nada sobre este mundo — Se encogió de hombros mientras miraba hacia el suelo — Sí quiero ser aceptado y ganar votos, tendremos que investigar un poco — Dijo finalmente.

Kunudon pensó un poco.

— ¿Investigar? —.

— Este lugar es una escuela, debo suponer que tiene una... ¡biblioteca! — Con sorpresa, miró como unas puertas estaban abiertas, dejando ver una gran biblioteca, a la cual no tardó en ingresar.

Sin saber que unos chicos lo estaban espiando.

— Pss, ¿traes tú teléfono? —.

El chico le mostró su móvil — ¿Traes el tuyo? — Su contrario también sacó su teléfono, sonriendo con malicia.

Adentro de la biblioteca, estaba Karma sentado en una silla, tratando de averiguar cómo se utilizaba una computadora. Un hombre que trabajaba ahí, sonrió forzadamente, mientras trataba de enseñarle al pelirrojo cómo usar correctamente el internet. Dudaba que ese chico fuera de buenas calificaciones.

Repentinamente una canción comenzó a escucharse.

— Niñas, las computadoras de la biblioteca son para investigación — Dijo mientras quitaba la bocina y se la llevaba.

Las niñas sólo suspiraron.

— Está mejor así, algunos comentarios son espantosos — Dijo una de ellas mientras leía algunos comentarios — "Lo más horrible que he escuchado", "lo más gracioso que he visto" —.

— Lo más gracioso que he visto, ¿eh? —.

Las niñas sonrieron con alegría, saliendo rápidamente de la biblioteca.

— Oigan, niñas... no creo que deban de tomar en cuenta eso — Karma mencionó mientras las veía irse.

Después de eso, Karma simplemente suspiró mientras se alzaba de hombros, aún tratando de averiguar el como se usaba la computadora, con sus manos como puños, buscaba escribir algo sin saber realmente cómo.

Pero de alguna manera, lograría saber cómo funcionaban todas las cosas en ese lugar, aunque eso rápidamente le costó algunas reprimendas por parte del bibliotecario, algunos golpes en su cabeza, algunas caídas, y un gran desastre de libros a su alrededor.

— Como quisiera tener mi magia devuelta —.

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