Capítulo 12

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Era la hora del almuerzo, y ya la mayor parte de los estudiantes se encontraban en la cafetería. Los tecnológicos en sus teléfonos o laptops, los rockeros haciendo acordes en sus guitarras, los atletas presumiendo su cuerpo o jugando con vasos de cristal como si fueran un balón que podían hacerlo girar sobre su eje, y los amantes de la moda, hablando de eso, de lo último en tendencia.

El mismo ambiente pacífico.

Nakamura, que estaba en la barra de comida, se colocó una diadema con orejas, tomando una bandeja vacía, y con la cual comenzó a golpear suavemente la barra. Luego le siguió Kanzaki, quien comenzó a golpear sus pies contra el suelo mientras aplaudía.

Nagisa fue el siguiente, golpeando la mesa con dos vasos de cristal. Isogai, que había comenzado a golpear la mesa con sus manos, para después aplaudir, seguido de Maehara, que golpeaba la mesa con su bandeja ahora vacía. Kunudon que estaba oculto en una mochila, sacó una de sus manos y prendió una bocina.

Kanzaki, Nagisa, Isogai y Maehara se levantaron de sus mesas, y junto con Nakamura, tomaron unos de los pasillos que había entre cada mesa.

Ey, ey, todo el mundo,
nos tienen que escuchar,
somos diferentes,
como noche al día igual.

Pero ve un poco más cerca,
y tú verás...

Los cinco se reunieron en un punto en común mientras aplaudían.

Que soy como tú,
y tú igual a mí, más.

Isogai se tomó de la mano de Nakamura, y Maehara y Nagisa se reunieron.

Ey, ey, todo el mundo,
escuchen ya,
que traemos la magia,
de la, de la amistad.

Pues somos diferentes,
como noche al día igual,
pero Karma Akabane
nos ayudará a cambiar.

Los cinco comenzaron con una coreografía perfectamente ensayada –nadie sabría que se rompieron la cabeza por un largo tiempo antes de hacerla–.

A saltar, bailar,
sí nos quieres ayudar,
a que Karma
tenga su corona una vez más.

A saltar, bailar,
esto fuerte sonará,
sí juntos estamos,
Karma su corona al fin tendrá.

N: Manos, subirán,
este es un mensaje que tendrán
subirán, bajarán,
sí tú nos quieres ayudar.

Nakamura cantó, haciendo un ejemplo con un pobre chico que ni siquiera sabía lo que estaba pasando.

K: Generosidad,
Honestidad.

M: Risa,
amable
y lealtad.

N: Karma nos ha hecho ver

M: Que podemos ser

A saltar, bailar,
sí nos quieres ayudar,
a que Karma
tenga su corona una vez más.

A saltar, bailar,
esto fuerte sonará,
sí juntos estamos,
Karma su corona al fin tendrá.

Los cinco detuvieron su coreografía en ese mismo momento, apuntando hacía las puertas principales de la cafetería que fueron abiertas, y por donde entró Karma, usando la cola y la diadema de orejas.

Jamás le dijeron que para recuperar su corona... tenía que humillarce públicamente.

Manténme —.

Karma: El mismo voy a ser,
pero no cambiaré,
si tú no eres igual,
se fiel a ese que eres tú.

Karma se adentró a la cafetería, pasando por enfrente de Sakakibara, quien con una sonrisa, se levantó de su lugar mientras seguía la tonada de la canción con su guitarra.

Karma: Sí conmigo estás,
las diferencias se irán,
juntos iremos
y la escuela vamos a salvar.

¡Salta y grita ya!
Cascos hay, a girar,
házlo, hay que cambiar,
puedes intentar.

¡Salta y grita ya!
Cascos hay, a girar.
Tokyo, wonderlords,
¡Él ganará!

Karma se juntó con los rockeros, éstos comenzaron a tocar sus instrumentos, aunque en general, Karma se colocó al lado de Sakakibara, quien comenzó a tocar su guitarra mientras Karma cantaba a su lado.

Bien... realmente no es tan malo —.

¡Salta y grita ya!
Cascos hay, a girar,
házlo, hay que cambiar,
puedes intentar.

Nakamura y los otros comenzaron a lanzar colas falsas y diademas al aire, siendo estás tomadas por los demás.

¡Salta y grita ya!
Cascos hay, a girar.
Tokyo, wonderlords,
¡Él ganará!

¡Salta y grita ya!
Cascos hay, a girar,
házlo, hay que cambiar,
puedes intentar.

Fuera de la cafetería, Gakushū Asano se encontraba viendo lo que estaba ocurriendo a través de las ventanas que tenían las puertas, su ceño se frunció ligeramente, cuando escuchó como alguien tarareaba la misma canción detrás de él. Al darse la vuelta, se dió cuenta de que eran sus ayudantes, quienes se alguna manera, habían conseguido las colas falsas y diademas sin siquiera entrar a la cafetería.

— ¡Quieténse esas cosas! — Ordenó — Hay algo que quiero que hagan — Sonrió con malicia mientras se recargaba en los casilleros.

• | ~ • ~ | •

El timbre sonó, y los pasillos se llenaron de estudiantes nuevamente, y la mayoría, contaba con las dichosas colas falsas de potro y las diademas con orejas. Más de uno tarareaba la canción cantada en el almuerzo, además de que ahora los estudiantes incluso siendo de diferentes grupos, se acercaban más entre sí.

Se podía ver a los ecologistas con los rockeros, o los amantes de la moda con los tecnológicos, ¡o los amantes de la moda con los rockeros!

— ¿No creen que todos se ven fabulosos? — Kanzaki pasó un mechón de su cabello hacía atrás.

— Fue una excelente idea, Kanzaki — Karma sonrió — Valió la pena la humillación de cantar frente a todos — Pensó en sus adentros.

Los seis caminaban tranquilamente por los pasillos, cuando la mirada de Isogai se posó sobre cierta persona que caminaba hacia su dirección, con su séquito detrás de él mientras sonreía de manera arrogante, con su mirada fija sobre ellos.

Los alumnos cerca de ellos se alejaban al verlos, algunos incluso se quitaban las diademas y las escondían.

Aunque Gakushū no dijo nada cuando pasó aun lado de ellos, Karma comenzó a presentir que había algo mal en toda esa situación.

No era normal...

— No sé por qué está sonriendo así él, Karma va a ser príncipe del baile de otoño — El pelinegro declaró con seguridad, y bajo la atenta mirada de ellos, Gakushū Asano y los demás se detuvieron frente a la puerta del subdirector de la escuela.

— ¡Subdirector Karasuma!, ha pasado algo terrible —.

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