Capítulo 19

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Karma se encontraba en el suelo, sus ojos cerrados mientras que ambas manos descansaban sobre el suelo, cuando sintió como alguien pasaba su mano por su rostro, acariciando suavemente su cabello. Abrió sus ojos de golpe, mirando a Kunudon que era el que se había acercado a él.

El pelirrojo se sentó en el suelo, recibiendo a Kunudon en sus brazos.

Sus amigos comenzaron a acercarse mientras sonreían ligeramente. Karma también les sonrió, cuando su mirada se fijó en un cráter que se encontraba frente al edificio.

Se acercó lentamente, observando como Gakushū Asano se encontraba justamente en el centro, luchando por al menos levantarse. Lo miró fríamente mientras que sus alas se desplegaban y abrazaba con más fuerza a Kunudon.

— Nunca vas a gobernar en Equestria, todo el poder que hayas tenido en este mundo se ha ido. Esta noche, les mostraste a todos quién eres en realidad —.

Los estudiantes lentamente comenzaron a salir de la escuela, acercándose al cráter, mirando fijamente a Gakushū Asano, que ahora se encontraba arrodillado, con su mirada hacía abajo.

— Mostraste lo que hay en tu corazón —.

Un sollozo se escuchó en el lugar.

— L–Lo siento... — Sollozó en voz baja — Lo siento mucho. Yo... no sabía que había otra manera —.

— La magia de la armonía no sólo existe en Equestria, está en todas partes — Miró a sus amigos con una ligera sonrisa — La puedes buscar... o puedes estar solo para siempre — Su sonrisa decayó — La elección es sólo tuya — Sentenció.

— P–Pero... — Con esfuerzo logró salir del cráter — Lo único que he hecho desde que llegué aquí es separar a todos... — Cubrió su boca para evitar sollozar — No sé lo más mínimo sobre la armonía —.

Karma tomó su mano, ayudándolo a levantarse.

— Gakushū Asano, tú y yo no somos tan diferentes, ¿sabes? El Rey Koro nos escogió a los dos por una razón, y era porque ambos estábamos tan perdidos en nuestro propio mundo, que no podíamos ver a nadie más a nuestro alrededor. Los dos cometimos errores, y aunque a mí también me falta mucho que aprender sobre la... amistad... estoy seguro que no es tarde para ti tampoco — Sonrió levemente — Apuesto que ellos te enseñarán — Señaló a sus amigos.

— ¡Esos son mis chicos! —.

— ¿Esa bellota acaba de hablar? Woah, que raro — Unos chicos lo miraron con extrañeza.

— ¿Es en serio?, ¿una bellota parlante es lo raro en todo este asunto? — Rodó los ojos con indignación.

— Me parece que esto te pertenece — Karma se volteó al escuchar aquella voz, observando como el director Koro se acercaba con su corona en manos — Un príncipe real en cualquier mundo guía, no obligando a otros a unirse a él... — Karma se arrodilló, juntando sus manos mientras cerraba sus ojos — Sinó inspirando a todos a levantarse con él —.

La corona finalmente fue puesta sobre la cabeza de Karma.

— Y todos hemos visto, que tú eres capaz de hacer eso — Se agachó frente a Karma, levantando su rostro — Espero que tú también lo veas, príncipe Karma —.

— Sí... sí lo veo —.

Karma se levantó con ayuda el director Koro, y de inmediato, los estudiantes presentes comenzaron a aplaudir.

— Este... ¿sería un momento muy incómodo para invitarte a bailar? —.

Karma se dió la vuelta, observando como Sakakibara le tendía su mano con una sonrisa en su rostro.

Un rubor apareció en las mejillas de Karma. El pelirrojo primero volteó a mirar la luna, aún le quedaba el tiempo suficiente. Sonrió tímidamente mientras comenzaba a jugar con un mechón de su cabello.

— Estaría encantado —.

• | ~ • ~ | •

La noche aquí está,
ya lo logramos,
hay que bailar.

Los estudiantes se encontraban nuevamente en el gimnasio, la música estaba a lo alto mientras que los estudiantes bailaban alegremente, sus mentes alejándose de la situación vivida hacía menos de unos minutos, para disfrutar de la fiesta.

Es el final,
tuvimos que pelear,
para poder ganar
y triunfar.

Sakakibara vio con algo de cariño a Karma, suspirando mientras se encogía de hombros, uniéndose a su extraño baile –normal para Karma–.

Ahora hagamos que
dure por siempre,
las luces brillan,
el ritmo se oye en el lugar.

Ahora Sakakibara y Karma se encontraban bailando vals, y aunque Karma se vez en cuando tropezaba con sus propios pies, Ren se aseguraba de tomarlo de su cintura para evitar que se cayera al suelo.

— ¿Sería avaricioso de mi parte pedirte... algo más? — Sakakibara sonrió con algo de pena.

— ¿Algo más? — Karma ladeó la cabeza sin entender.

Sakakibara lo dudó por un momento, tomando suavemente el mentón de Karma mientras lo acercaba lentamente, y al ver que el pelirrojo no se separaba de él, unió sus labios en un suave beso.

Karma correspondió lentamente el beso, posando suavemente sus manos sobre el abdomen de Sakakibara.

Cerca de ellos estaban Kanzaki y Nakamura con sus teléfonos.

La fiesta empieza
la música comienza a sonar
los 6 vamos a luchar.

Karma y sus amigos se colocaron lado a lado, mientras que una de las fotógrafas se preparaba para tomar una foto grupal.

Los 6 hay que demostrar,
la noche aquí está,
la noche será.

La noche será...

— Te queremos, Karma — Dijeron todos al unísono mientras se separaban del abrazo. El tiempo se estaba acabando, y era momento de que el pelirrojo regresara a su verdadero mundo y con sus otros amigos.

Karma sonrió — Lo van a cuidar, ¿cierto? — Volteó a mirar a Gakushū.

Gakushū Asano se encontraba en la entrada principal de la escuela, sus manos apoyadas débilmente sobre los escombros que habían quedado de lo que antes era una puerta, mirándolos con ojos de arrepentimiento, pero sin atreverse a acercarse.

— Por supuesto que sí — Kanzaki respondió — Aunque espero alguna disculpa por el otoño pasado — Se cruzó de brazos.

— Presiento que tendrá que dar bastantes disculpas —.

Observó como el subdirector Karasuma se acercaba a Gakushū, entregándole una espátula de construcción, mientras que sus sirvientes estaban con la cabeza baja, empujando ambos una carretilla con cosas de construcción.

— Sé... sé que hemos sido amigos por poco tiempo, pero... — Suspiró, jugueteando con un mechón de su cabello.

Miró hacia abajo.

— Lo siento, no estoy acostumbrado a esto... Los extrañaré, ¿vale? —.

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