Capítulo 21

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AMAYA.

"Quiero ser feliz, no perfecta."

—No lo sé, no sé si es correcto, pero, joder, os juro que es increíble, me ha pedido que fuese su novia y ni lo he dudado, le he dicho que sí. —Los gritos de los chicos a través de la pantalla resuenan por todo mi piso.

—¡Dios! ¡Al fín! ¡Nuestra chica ha echado un buen polvo! —grita Grace.

—¡Nuestra chica tiene un novio! —vocifera Eliza y se me escapa una sonrisa, ella, como siempre, viendo el lado más romántico.

—Osea, ¿estás segura de que eres nuestra amiga y no un clon robótico hiper realista? —cuestiona Marvin.

—Pues, a decir verdad, nunca me he sentido más humana y más viva.

Los chicos chillan y jalean envueltos en un frenesí absoluto.

—Vale ya. —los reprimo.

—Tengo que conocer a ese Rodrigo, dile que soy su fan número uno por quitarte la virginidad —argumenta Grace.

—Tiene que pasar la prueba de fuego —replica Marvín —si quiere estar contigo tiene que aguantarnos.

—Tiene que hacerla feliz —lo corrige Eliza y el ambiente se relaja de forma instantánea, se libera, se vuelve más íntimo, más serio. —Nos gusta verte feliz. Nos gusta ver que te atreves, que experimentas, que vives. No importa si las cosas no salen bien a largo plazo con esté Rodrigo, tú quédate con lo que estás viviendo ahora, disfruta la experiencia de abrirte y relacionarte. Estás plantando cara al miedo, a la muerte y eligiendo la vida, tía y no podemos estar más orgullosos de que hayas decidido por fin salir de esa crisálida y usar las alas.

—Gracias chicos. —Las palabras de Eliza, como siempre, echan raíces en mi interior.

—Eliza tiene razón, estamos orgullosos de tí, pitufa. —sonríe Marvín.

—Os quiero. Ojalá pudierais estar aquí conmigo.

—Esperemos que Víctor se muera pronto para que podamos ir a verte o tú puedas venir. —añade Grace como si nada.

—Grace —La reprimo.

—¿Qué? —bufa Marvin —Grace tiene razón, ese tío es un incordio.

—Tendríais que haber oído sus chillidos mientras Rodrigo lo provocaba —suelto con una carcajada que se vuelve contagiosa. —Creí que iba a tener que llamar al uno, uno dos y pedir que enviaran una unidad uvi a su piso.

Me río con ganas junto a mis amigos y, por primera vez en mucho tiempo, tengo esperanzas y deseos de ser feliz a pesar de cualquier circunstancia. 

Hasta que la mafia nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora